La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) cita esta semana a los líderes del mundo para discutir los problemas más urgentes del planeta, y se espera que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden habra el martes su participación con un discurso enfocado en el cambio climático y el Covid-19. En este tema líderes mundiales enfrentan una crucial controversia: impulsar la tercera vacuna de refuerzo en la población ya vacunada vulnerable, o atacar la necesidad de países pobres que ni siquiera han tenido acceso a una primera vacuna.
De la redacción
La semana de la ONU abordará el tema del Cambio Climático y el combate a la pandemia de Covid-19 en la mayor convocatoria diplomática que atraerá la atención mundial con una serie de discursos de líderes a partir de este martes. En cuanto al programa mundial de vacunación respaldado por la ONU, trascendió que éste se halla tan atrasado que ni siquiera el 10 por ciento de la población en los países pobres está completamente vacunado, dijeron expertos.
Y es que con la presencia de nuevas mutantes del Covid-19, como el delta, en el mundo existen actualmente más de 228 millones de casos de infecciones y se registra en promedio más de 541 mil infecciones diarias y unas 8 mil 800 muertes. Mientras que tan sólo en Estados Unidos, hay más de 42 millones de casos y 674 mil muertos; y se registran más de 148 mil casos con más de 2 mil muertes al día.
Entre tanto, la Casa Blanca envió un documento borrador a los participantes de la cumbre mundial para abordar la crisis del coronavirus. Pero la tarea de los mandatarios se antoja por lo menos cuesta arriba, pues los líderes mundiales tratarán de convencer a los fabricantes de productos farmacéuticos, filántropos y organizaciones no gubernamentales de trabajar juntos para tener vacunado al 70 por ciento de la población mundial cuando la Asamblea General de la ONU se reúna de nuevo en septiembre de 2022.
Expertos estiman que se necesitan 11 mil millones de dosis para lograr una inmunidad global generalizada, y para tal efecto, “Estados Unidos se ha comprometido a donar más de 600 millones de dosis, más que cualquier otra nación; y la administración Biden ha tomado medidas para expandir la fabricación de vacunas en Estados Unidos, India y Sudáfrica. La Unión Europea, de 27 naciones, tiene como objetivo exportar 700 millones de dosis para fin de año”, afirma The New York Times.
De esta suerte, expertos en salud han culpado a la prohibición de las exportaciones de vacunas de India impuesta en marzo, de retrasar el suministro mundial. “Dos meses después, el Serum Institute of India, el mayor fabricante de vacunas del mundo anunció que desviaría la producción de la vacuna AstraZeneca hacia las necesidades domésticas”, después de que una segunda ola de infecciones devastara a ese país, «incumpliendo con la entrega de cientos de millones de dosis designadas para países pobres”.
Con todo, funcionarios de diversos gobiernos mundiales se reunirán en Washington el próximo lunes para discutir lo que describieron como “esfuerzos continuos para impulsar la fabricación de vacunas”. Eso será aún más necesario “a medida que Estados Unidos y otros países comiencen a recomendar vacunas de refuerzo para ancianos y otras poblaciones domésticas vulnerables”, señaló la fuente.
El lunes, el grupo de defensa Health Gap organizará una manifestación cerca de la sede de la ONU en Nueva York, pidiendo a Biden que «acabe con el apartheid de las vacunas». Una coalición de casi 60 grupos de defensa de los derechos humanos y otros grupos de defensa y abogacía también enviarán a Biden una carta instándole a respaldar una inversión de 25 mil millones de dólares, que produciría 8 mil millones de dosis en un año. Y también pedirán al Congreso que incluya una línea específica para ello en la legislación presupuestaria de 3.5 billones de dólares que los legisladores están considerando ahora.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había pedido a los países ricos que pospusieran la administración de dosis de refuerzo a pacientes sanos, al menos hasta fin de año, como una forma de permitir que otras naciones vacunen al menos al 40% de su población. La Dra. Kate O’Brien, principal experta en vacunas de la OMS, sin nombrar a Estados Unidos dijo a la fuente que “algunos países están avanzando con programas de refuerzo para los cuales no vemos evidencia que respalde una necesidad en la población general. Y al mismo tiempo, otros ni siquiera han comenzado a vacunar lo suficiente a los trabajadores de la salud o los grupos de alto riesgo».
Por su parte, el principal asesor médico del presidente Biden para el control del coronavirus, el Dr. Anthony Fauci afirmó en una entrevista televisada que “la administración Biden está trabajando en un plan de respuesta global de gran alcance”, pero no ofreció detalles. “La construcción de plantas de fabricación de vacunas adicionales puede ser un paso razonable en preparación para la próxima pandemia –dijo-, pero eso no puede suceder lo suficientemente rápido como para poner fin a ésta”■