De la redacción
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Hoy inició el primer día de la entrega de ayuda financiera por desastre a los trabajadores indocumentados (DRAI) afectados por la pandemia de coronavirus en California.
En la ciudad de Los Ángeles, organizaciones de gestoría y defensa de los derechos de los inmigrantes, como CHIRLA, CARECEN y Asian Americans Advancing Justice, que distribuirán el dinero de la ayuda estatal, ditrabajaron arduamente para abordar la abrumadora necesidad de un millón 644 mil inmigrantes indocumentados, de los 2.4 millones que hay en los condados de Los Ángeles y Orange.
Desde el jueves pasado, el sitio web de CHIRLA recibió casi 6 millones de visitas, la mayor parte solo el lunes. La línea telefónica de asistencia al público había recibido 1 millón 137 mil llamadas, dice un despacho de la organización. Para ampliar la capacidad de respuesta CHIRLA agregó una segunda línea de ayuda. Los solicitantes ahora pueden llamar a los números (213) 201-8700 y (213) 395-9547, lunes a viernes de 9 a.m. a 5 p.m., excepto los días feriados.
A pesar de algunos desafíos técnicos y la abrumadora afluencia de solicitudes de ayuda que hubo que tramitar el primer día, las tres organizaciones que sirven a los condados de Los Ángeles y Orange procesaron y adelantaron la solicitud de mil 644 familias inmigrantes y trabajadores necesitados, con 822 mil 500 dólares en ayuda comprometida para los referidos inmigrantes impactados por Covid-19, de los que CHIRLA atendió sólo a 668 personas. El programa continuará hasta el 30 de junio
“La primera familia en recibir ayuda de CHIRLA fue de estatus mixto, con el esposo residente permanente y la esposa indocumentada. Normalmente, venden mazorcas de maíz como vendedores ambulantes, pero ninguno había podido trabajar en tres meses. Se espera que esta familia obtenga su tarjeta de débito en unos días”, dice el comunicado.
«Vamos a estar aquí para nuestra comunidad en cada paso del camino», anunció Angélica Salas, directora ejecutiva de CHIRLA. «Sabemos que esta ayuda es muy necesaria, y que nuestra comunidad confía en nosotros para entregársela».
«Una vez que abrimos nuestras líneas telefónicas, miles de personas se apresuraron a llamar y buscar ayuda”, dijo por su parte Stewart Kwoh, fundador de Asian Americans Advancing Justice■