De la redacción
Para quienes extrañamente todavía esperaban que Trump ganara los 11 votos electorales de Arizona, ayer vieron esfumar sus esperanzas cuando las autoridades electorales decretaron, después contar hasta el último voto, que el ahora presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden ganó el estado por unos 11 mil votos, o el 0.3 por ciento del padrón que sufragó. Y no sólo eso, sino que Biden es el primer candidato presidencial demócrata en ganar Arizona desde el presidente Bill Clinton en 1996. Otro estado rojo convertido en azul.
Luego de una contenciosa semana de conteo, el jueves, 12 de noviembre el presidente electo, Joe Biden ganó Arizona por estrecho margen, capturando los 11 votos electorales del estado y fortaleciendo su margen en el colegio electoral mientras el presidente Trump continúa realizando ataques infundados a los recuentos de votos que favorecen a Biden. Biden, quien ganó el estado por unos 11 mil votos, o el 0.3 puntos porcentuales, es el primer demócrata que no había ganado para los suyos una elección presidencial desde 1996.
De hecho, no sólo los funcionarios electorales contradicen directamente a Trump acerca de su insidiosa proclama de falso fraude en el sistema de votación, sino que un grupo de funcionarios federales, comenzando la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad del Departamento de Seguridad Nacional, una de las agencias del propio gabinete de Trump que es responsable de ayudar a los estados a asegurar el proceso de votación, declaró a los medios que las elecciones generales de 2020 habían sido “las más segura de la historia”.
Y es que a juzgar por el análisis de expertos en la materia las falsas afirmaciones del presidente le costaron las elecciones, y no sólo eso, sino que el sólido muro de del Partido Republicano, que acompaño durante 4 años a ciegas las mentiras del presidente, aún a riesgo de traición a la patria, comenzó a resquebrajarse, en la cuestión de seguirlo respaldando.
Una docena de senadores y congresistas republicanos felicitaron a Biden por su rotunda vitoria, y hasta uno de ellos, el segundo en importancia en el Senado, el senador republicano de Oklahoma, James Lankford kaport dio un ultimátum a la administración para que a más tardar hoy ‘viernes 13’ de noviembre se le diera acceso al presidente electo a las sesiones informativas y clasificadas de inteligencia con que se documenta a los mandatarios, o si no dijo que actuaría para asegurarse de que esta administración cumpla con lo que establece la ley.
Otros republicanos, como el líder del Senado, Mitch McConnell y el líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, siguen plegándose a los caprichos del presidente y se niegan a aceptar que Biden debería recibir informes de inteligencia clasificados.
Por su parte Biden se halla confiado en que por más que haga y diga el presidente, que sigue sin reconocer su derrota y alimenta la sospecha de querer crear una crisis constitucional y política que derive en actos violentos de sus seguidores armados, el proceso de transición seguirá dándose como hasta ahora. Y también descarta el apoyo de El Pentágono a cualquier intento de insurrección por parte de Trump.
Y para discipar o atajar la avalancha de rumores y temores acerca de un gpe de Estado, el Presidente del Estado Mayor Conjunto, General Mark Milley, dijo este miércoles (11/11/20) desde el Departamento de Defensa que su lealtad y obligación está con la Constitución de Estados Unidos, y no con ningún presidente o dictador.
Vea:
A message from the United States military. It is necessary for the people of the United States to feel secure and confident that this will be a peaceful transfer of power. They are set and ready to defend our constitution. pic.twitter.com/v8YHRFUewK
— UnitedWeStand (@UnitedW22607736) November 13, 2020
