De la redacción
Tal vez se recordará que en una reunión del mes pasado en el salón Oval de la Casa Blanca los líderes de la minoría demócrata en el Senado y la Cámara de Representantes, Charles Schumer y Nancy Pelosi respectivamente, se dijo que llegaron a un acuerdo presupuestal con el presidente Trump que impediría la parálisis del gobierno federal a partir del 9 de diciembre a cambio de permitir que se votara un proyecto legislativo del Dream Act limipio, sin píldoras venenosas que refuercen el aparato de deportaciones y la construcción del muro fronterizo, para dar una protección permanente a los Dreamers o ‘Soñadores’. Pero luego el presidente se desdijo y los líderes demócratas lo dejaron plantado en una subsiguiente reunión de seguimiento para afinar detalles del referido acuerdo.
A partir de ahora y hasta el 5 de marzo de 2018 cada día que el Congreso retrasa una votación sobre el Dream Act aproximadamente 122 personas perderán la protección del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). Es decir, 851 personas cada semana, y más de 7 mil 900 ‘soñadores han quedado expuestos a la deportación “desde que el gobierno de Trump realizó el arbitrario y cruel anuncio de terminar DACA”, dice la organización United We Dream.
De esta suerte, y acuerdo con la publicación Político, 86 por ciento de los beneficiarios de DACA que eran elegibles para renovar en este periodo lo hicieron. Pero “Aunque esta cifra pueda sonar bien, significa que 22 mil jóvenes no pudieron lograrlo. Cualquier día de estos empezaremos a escuchar sobre los beneficiarios de DACA que pierden sus empleos, dejan la Universidad y se exponen a la deportación”.
Al respecto, el liderazgo demócrata del Senado amenaza con forzar el cierre del gobierno federal a menos que el Congreso haga algo para proteger a los casi 800 mil ‘Dacamentados’ que ahora enfrentan una posible deportación. Pero aunque los Dreamers cuentan con la simpatía de muchos legisladores, incluso republicanos, pues como publicamos ayer 34 representantes le enviaron una carta a su líder en la cámara baja para pedirle que permita una votación del Dream Act, no obstante la última encuesta nacional telefónica y en línea de Rasmussen Reports arroja cifras desfavorables para esta causa.
Por ejemplo, esta encuestadora sostiene que el 61% de los posibles votantes estadunidenses “cree que es importante proteger la frontera contra la futura inmigración ‘ilegal’ antes de abordar la cuestión de los Dreamers”. Y que el 43% afirma que esto “es muy importante”, aunque el 33% señala estar “en desacuerdo con esto último y no le dan mucha importancia a asegurar primero la frontera”, lo que incluye a sólo el 12% que dice que esto “no es para nada importante”.
Así las cosas, de acuerdo con un texto telefónico de un Soñador’, en los momentos de escribir esta nota 10 mil Dreamers están marchando en el Capitolio de Washington, DC, para pedir a los legisladores que el Dream Act limpio sea sometido a votación en el Congreso, y piden a las personas que creen en ellos llamar a sus congresistas para exigirles que traigan al piso del Congreso una votación del esa legislación.
En tanto, la organización America’s Voice señala razones adicionales “por las cuales es necesario actuar ahora y hablar de que la fecha límite del 5 de marzo es una excusa para la inacción que continuará poniendo a los Dreamers en peligro”.
De acuerdo con el Centro para el Progreso Estadunidense (Center for American Progress), “esto significa que 122 Dreamers perderán sus protecciones DACA entre el 5 de octubre de 2017 y el 5 de marzo de 2018, lo que significa que hemos superado recientemente la marca de 10 mil Dreamers que ya han perdido su estatus de Dacamentados y otras protecciones relacionadas”.
Además, el Foro Nacional de Inmigración y el Centro Niskanen concluyen que “tomaría un mínimo de siete meses establecer e implementar la legislación que proteje a los Dreamers a partir de la fecha en que se firme la ley”, que otorgaría un nuevo estatus a los Dcamentados que lo perdieron con la fecha del 5 de marzo del año entrante pendiendo sobre sus cabezas.
Pero los Dreamers, como han demostrado en una década no cesan en su lucha y contingentes de todo el país se movilizan en sus localidades y otros viajan a Washington, DC para aumentar la presión en el Congreso. Como por ejemplo la organización comunitaria, Make the Road Nueva York, que cuenta con 20 mil miembros, afirma en un comunicado que unirá un nutrido contingente a las miles de familias inmigrantes en la capital de la nación para participar en la movilización masiva que en estos momentos se lleva a cabo, a fin de pedir al Congreso que apruebe un Dream Act limpio antes del final del año.
Además existen destacados aliados de los Dreamers, de múltiples organizaciones defensoras de los Soñadores, universidades, iglesias, empleadores y entre otros políticos el liderazgo demócrata del Congreso y el senador Dick Durbin y el representante Luís Gutiérrez, ambos de Illinois. Recuérdese que estos últimos no han dejado de pelear por el Dream Act por lo menos en la que va de una década.
Llame al Congreso al 215-874-6784 y dígale a los legisladores que cualquier votación sobre un proyecto de ley obligatoria sin el Dream Act es un voto para deportar a estos jóvenes inmigrantes.■