De La Redacción

El presidente Obama ha declarado en repetidas ocasiones que una persona en Estados Unidos que trabaja tiempo completo debería tener resueltas sus necesidades básicas, incluido el cuidado médico y la educación superior de sus hijos.

Como anunciamos ayer en este mismo espacio, hoy en pleno día de reportarse con el Tío Sam o de declarar los ingresos al fisco, se daría la mayor movilización de trabajadores de establecimientos de comida rápida mal pagados que se inclinan por la huelga y andan desde hace dos años y medio en busca de aumentar salario mínimo a 15 dólares la hora. La movilización ocurre en 200 ciudades en seis continentes.

En su demanda los y las trabajadoras quieren poner de relieve el hecho de que se les paga tan poco que muchos se ven obligados a depender de la asistencia pública para salir adelante. En efecto, muchos reciben asistencia pública por ejemplo en forma de cupones de alimento.

El presidente Obama ha declarado en repetidas ocasiones que una persona en Estados Unidos que trabaja tiempo completo debería tener resueltas sus necesidades básicas, incluido el cuidado médico y la educación superior de sus hijos.

Los republicanos más conservadores, que no sólo se oponen al aumento de salario, quieren eliminar también la asistencia pública a los más necesitados, que laboran hasta en dos trabajos o más y aun así no les alcanza para sostener a sus familias. Argumentan que el contribuyente no tiene por qué financiar con sus impuestos la asistencia pública que da el gobierno a los pobres.

Lo que no dicen los republicanos es que los trabajadores que trabajan en Walmart o en almacenes similares, por ejemplo, muchos de los cuales reciben efectivamente cupones de alimentos, van a gastarlos precisamente a Walmart o a otros comercios parecidos. Negocio redondo, ¿no? Pagan poco, y el dinero del contribuyente convertido en asistencia pública gracias a los bajos salarios vuelve a sus arcas.

Por boca de Rocío Sáenz, vice presidenta internacional del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU), «La dinámica de la lucha para conseguir que se pague 15 dólares la hora se va fortaleciendo, y va construyendo la base para la siguiente clase media de Estados Unidos. Lo que comenzó de manera orgánica por cocineros y cajeros que se unieron para exigir mejores salarios ha crecido hasta convertirse en un movimiento de trabajadores de diversos sectores laborales a través de todo el país”.

Sáenz sostiene que el SEIU ha apoyado esta lucha, y que “trabajadores de cuidado a domicilio, de cuidado de niños, de aeropuertos, estudiantes y profesores universitarios se han sumado a esta lucha por una oportunidad justa para lograr tener una vida decente”.

Agrega: “Los trabajadores se están manifestando en las calles y en sus comunidades, y continuarán haciéndolo porque esta lucha va más allá de los dólares; se trata –dice-, de un mejor futuro para sus familias… De ganar 15 dólares por hora a lograr una reforma migratoria, pues esta lucha no parará hasta que los empleos de servicio sean trabajos bien remunerados dentro de una economía y una democracia que funcione para todas las familias”.

Los trabajadores de establecimientos de comida rápida por la huelga y los 15 dólares la hora se maniefiestan en ciudades de Estados Unidos que en incluyen a Los Ángeles, San Francisco, Nueva York, Chicago y Miami,entre muchas otras, y se extiende a seis continentes; están respaldados por estudiantes universitarios, profesores y otros profesionales, amas de casa, padres de familia y defensores de los derechos humanos y laborales■