Samuel Orozco Director de Noticias, Radio Bilingüe
Y tal como se esperaba, Donald Trump pone fin a DACA, el programa de acción diferida, y algunas acciones entrarán en vigor desde ya, otras hasta dentro de seis meses.
El presidente Trump decidió revocar los permisos de DACA. El anuncio fue hecho esta mañana por su procurador general, Jeff Sessions, quien se apresuró a girar órdenes inmediatas a USCIS (Servicios de Ciudadanía e Inmigración) para que dejen de aceptar solicitudes para iniciar permisos de DACA. Las renovaciones de permisos, aclaró Sessions, se suspenderán a partir del próximo 5 de marzo.
La Casa Blanca hizo trascender minutos más tarde la siguiente declaración, adjudicada al presidente Trump:
“… el Departamento de Seguridad Nacional empezará una transición ordenada y un fin gradual de DACA, con un mínimo de trastorno. Aunque no se aceptarán nuevas solicitudes de permisos de trabajo, todos los actuales permisos de trabajo serán válidos hasta su fecha de expiración, algunos de los que llegarán hasta dentro de dos años a partir de hoy. Además, las solicitudes que ya se hayan presentado serán tramitadas, así como las solicitudes de renovación para aquellos que estén a punto de expirar. Este es un proceso gradual, no una terminación repentina. Los permisos no empezarán a expirar hasta dentro de seis meses y seguirán activos por 24 meses. Así que, de hecho, no cortaré DACA así nada más, sino que le daré una ventana de oportunidad al Congreso para que por fin se ponga a actuar”.
De esta forma, en la fecha en que se vence el plazo que los halcones del partido republicano dieron para poner fin a DACA, Trump da detalles sobre la forma en que revoca el programa, ofreciendo no cortarlo de cuajo, sino dando un periodo de gracia de seis meses.
La reacción al anuncio del fin de DACA ha sido inmediata y proceden de los más amplios sectores de opinión. Líderes cívicos, religiosos y de derechos civiles han usado estas palabras al condenar la acción del presidente:
“Es una tragedia, un grave error, una acción devastadora, cruel, inhumana y sin corazón”.
Un dirigente social dijo: “Es una respuesta a una crisis prefabricada y a las tácticas abusivas de Texas”.
A propósito, nos llega también la noticia de que, en seguimiento a la acción de Trump, el gobierno de Texas ha decidido retirar su demanda contra DACA plus y DAPA, decisión que se hará pública dentro de algunos momentos.
(y el procurador estatal de Tennessee, el republicano Herbert Slatery había retirado el viernes su participación en la demanda de los 10 fiscales).
Otra reacción más que nos llega a la sala de producción, es “El fin de DACA es una mansa aquiescencia a Jeff Sessions, un nacionalista y feroz enemigo de DACA”; y así Trump “prefiere aplacar a la gente prejuiciada de su base política en vez de servir al mejor interés del país”.
Y otra condena más: “Despues de Charlottesville y el perdón de Arpaio, la administración federal debe demostrar con acciones y liderazgo que el fin de DACA no es parte de una agenda supremacista blanca que amenaza a nuestra comunidad”.
Varias agrupaciones de defensa legal acaban de anunciar que se irá a la corte, a impugnar la acción política del presidente y de Sessions. Sobre las bases de esta demanda no tenemos detalle.
El líder del Senado de California, el senador demócrata Kevin de León, aseguró lo siguiente en un comunicado inmediato: “El Senado de California se encargará de asegurar que los estudiantes de DACA puedan continuar ganando ingresos para sostener su educación”. Hablando a nombre del condado de Los Ángeles, la supervisora Hilda Solís promete también respaldó y defendió a los Dreamers.
La papa caliente está ahora en manos del Congreso y muy en particular del líder de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, quien tiene retenidas varias iniciativas de alivio a los Dreamers, entre ellas la American Hope Act y la Bridge Act. Ryan criticó la acción del presidente. Ahora está por verse que abra el pleno a un debate y voto con carácter de urgente sobre la legalización de los jóvenes Dreamers. “Esperemos -advierten líderes sociales-, que si pasan una ley, ésta sea sin enmiendas divisionistas y partidistas”■