Después de una semana de combatir el gigantesco incendio de Kincade en el norte de California, que ha consumido unas 80 mil acres, los cuerpos de bomberos finalmente han logrado volver a ganar el control. De los cerca de 200 mil residentes evacuados, sólo unos cuantos miles no han podido regresar a sus hogares, aunque docenas de miles siguen en estado de alerta. En las horas más difíciles de la emergencia, un grupo de locutores voluntarios de una radio comunitaria ubicada en la zona cero del desastre llevaron noticias de primera necesidad a sus oyentes. El locutor Hugo Mata nos cuenta cómo vivieron la dramática experiencia.
Hugo Mata, dando un taller sobre medio ambiente.
Estos últimos días de octubre fuimos testigos de una de las evacuaciones masivas más grandes en la historia del condado de Sonoma. Estamos 80 millas al norte de San Francisco. Las autoridades evacuaron a casi 200 mil residentes, para prevenir que las ráfagas huracanadas que azotaron como nunca la región, atizaran las llamas y consumieran extensas zonas residenciales. El gobernador, Gavin Newsom declaró la zona en estado de emergencia y la compañía Pacific Gas & Electric Co. suspendió el servicio a casi 2 millones de usuarios que se quedaron a oscuras.
Un gran número de los evacuados son latinos. Los mantuvimos informados a través de la estación de radio comunitaria, KBBF 89.1 FM, localizada a 15 millas de los fuegos. En esta estación soy programador voluntario del programa Nuestra Tierra. Les dimos a conocer los últimos detalles de la emergencia, en español, en lenguas indígenas e inglés. Muchos dormimos en la emisora.
La estación abrió los micrófonos al público para que expresaran cómo se sentían y también entrevistamos a autoridades del gobierno para que los informaran sobre los servicios disponibles. Les aseguraron que no les iban a pedir ningún tipo de documentos. Que fueran a los albergues donde había asistencia médica y emocional, comida caliente, cobijas, mascarillas contra el humo y otros productos.
Por medio de los testimonios nos enteramos que en medio de la tragedia surge la solidaridad. Personas en áreas fuera de peligro dieron albergue a familiares y amigos. Negociantes y personas de fe y comunitarias prepararon comida caliente para la gente que desconfiaba de la ayuda del gobierno, y se quedaron en sus vehículos que estacionaron en negocios que estaban cerrados. Muchos otros viajaron cientos de millas para alojarse con sus familiares en Fresno, Santa Cruz y Sacramento.
Una de las programadoras voluntarias, mientras informaba en el norte de California a su mamá, una señora ya mayor, horas antes había sido evacuada a causa de otro incendio en el sur del estado.
Todo indica que lo peor ya pasó. El incendio fue contenido en un 60 por ciento gracias a la ardua labor de bomberos de todo el estado que contaron con la ayuda de algunos presos de una cárcel que fue evacuada. Nos se reportaron muertos ni heridos en la población civil, y sólo resultaron heridos cuatro bomberos. Más de 76 mil acres fueron consumidas por el fuego, y por lo menos 282 estructuras destruidas, incluidas 141 casas. Con estos datos, en lo que va del año, Kincade es el incendio más destructivo en California.
Anuncio de emergencia.
Las autoridades dieron luz verde para que la población regrese a sus casas. Además, indicaron que están realizando inspecciones de seguridad y que el restablecimiento de los servicios seria paulatino. Pero llamaron a estar alertas ya que las órdenes de evacuación siguen vigentes.
Al parecer, esta es la nueva realidad que tenemos que enfrentar mientras no se tomen medidas de fondo para controlar el calentamiento global y para prevenir nuevas catástrofes. Mientas se nos reportan nuevos incendios en el sur de California, desde los micrófonos de KBBF los programadores voluntarios estamos pendientes para seguir informando a nuestra comunidad.
Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino, desde Santa Rosa, California, Hugo Mata.
Fotos: Hugo Mata y KBBF? Facebook.
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