De la redacción
México enfrenta de nuevo una vieja amenaza de Estados Unidos, quien amaga con designar a los cárteles de la droga mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras. Pero analistas afirman que la medida podría ser un disparo en el pie, ya que enfurecería no sólo a México sino sobre todo a los amos de la banca estadunidense, vinculados con el lavado de dinero de los carteles mexicanos.
La tragedia ocurrida el pasado 4 de noviembre contra tres madres y seis de sus hijos, de la familia LeBarón, masacrados por miembros del crimen organizado en el estado de Sonora, podría haberle brindado en charola de plata al gobierno de Trump una oportunidad para designar al crimen organizado mexicano como grupos terroristas.
No es un secreto que la tentación de intervenir militarmente a México ha estado latente a lo largo de la historia. De hecho, México ha sido intervenido militar y económicamente, y actualmente organismos de inteligencia estadunidenses operan en el país al sur del Río Grande.
Así as cosas, el anuncio de Trump surge debido al alto número de estadunidenses asesinados. Trump dijo también haber estado trabajando durante tres meses en una lista de organizaciones criminales, que designaría como grupos terroristas extranjeros, reporta hoy The New York Times.
Durante los casi tres años de Trump el presidente ha presionado y ejercido amenazas diversas contra México, con la supuesta esperanza de forzar un cambio de política en el gobierno de su vecino del sur. Pero analistas afirman que lo hace también para excitar su base electoral, que celebra la construcción de un muro fronterizo, las deportaciones masivas, castigar a México con aranceles y frenar la ayuda exterior y no firmar el acuerdo de libre comercio.
De esta suerte, la intención de Trump podría traer profundas implicaciones legales, bancarias y financieras de pronóstico reservado. Arturo Sarukan, exembajador de México en Washington advirtió al Times que Trump podría usar la designación terrorista para bloquear préstamos a México de instituciones financieras internacionales, e incluso restringir las importaciones de Estados Unidos y boicotear la firma del nuevo Tratado de Libre Comercio para América del Norte.
Pero la medida pone en peligro la estabilidad de una de por sí frágil relación bilateral, «cuidadosamente cultivada por décadas y generaciones, que abarca un amplio abanico de importantes temas, como el comercio, la lucha contra el crimen, las finanzas, la migración, el turismo y el intercambio cultural», dice la fuente.
Y es que el anuncio de Trump podría obligar al gobierno mexicano a fortalecer su lucha contra los grupos criminales y la corrupción, lo que no le permite prosperar a México. Cmo se ha visto, López Obrador ha luchado sin éxito por definir una estrategia de seguridad coherente, pero la violencia ha seguido aumentando durante su administración.
Brian J. Phillips, un investigador universitario en la Ciudad de México advirtió al Times que «Lo único que casi une a México es la oposición a las tropas estadunidenses armadas en territorio mexicano». Pero matizó que la etiqueta de terrorismo a dichos grupos criminales “no es equivalente a una declaración de guerra contra el grupo designado”, y agregó que «Es muy posible que no haya cambios en el enfoque militar para tratar con estos grupos».
Con todo, el exembajador Sarukhán dijo a la fuente que los expresidentes George W. Bush y Barack Obama consideraron en su momento aplicar la designación terrorista extranjera a grupos de narcotraficantes mexicanos, con la intención de usarla a fin de atraer más recursos para combatir el narcotráfico.
Con todo, cuando era embajador en Washington Sarukhán consideró la medida de Trump como un retroceso en las relaciones bilaterales. «Era la herramienta incorrecta para combatir el problema».
Como se sabe, la designación de una organización extranjera como “terrorista” tiene profundas implicaciones legales, bancarias y financieras. Una vez que se designa a una organización como “terrorista” cualquier entidad o persona que resida en Estados Unidos, vinculado al crimen organizado mexicano, estará sujeta a la jurisdicción federal, lo que va contra la ley.
Y es que hay “un amplio abanico de actividades que hoy vinculan de forma encubierta o soterrada a los carteles mexicanos con los bancos de Estados Unidos y sus filiales en todo el mundo”, dice por su parte el periódico mexicano La Jornada.
Es antigua la lucha de instituciones binacionales por desmantelar “la poderosa red de complicidad financiera de los carteles -mexicanos- en Estados Unidos para reducir su poder de fuego y su poder económico para corromper y comprar voluntades tanto en México como en este país».
Y si Trump decidiera seguir adelante con su intento de designar a los carteles mexicanos como grupos terroristas, “ésta sería la gran oportunidad del gobierno mexicano para exigir a EE UU el desmantelamiento de la estructura financiera en su propio sistema bancario”, señala La Jornada.
Vale anotar que tanto los carteles mexicanos como las instituciones bancarias estadunidenses se han beneficiado mutuamente con el lavado de dinero, sin que ningún ejecutivo o funcionario bancario en Estados Unidos haya sido jalado a cuentas por la justicia, y mucho menos haya sido preso.
No obstante, el acta contra lavado de dinero data de 1986, pero “la ausencia de una mayor vigilancia por parte del gobierno federal y sus reguladores en EE UU es hoy la principal razón de este ambiente de laxitud que tanto ha beneficiado a la banca y a sus prósperos clientes en el mundo del narcotráfico”, sostiene la fuente.
Y señala que en 2010 el Banco Wachovia –hoy Wells Fargo–, «se vio obligado a suspender sus operaciones de lavado de dinero en medio de una investigación judicial que le obligó a pagar una multa de 160 millones de dólares luego de haber movilizado más de 420 mil millones de dólares a través de la frontera”.
Además, el banco HSBC operaba desde 2004 el esquema de lavado de dinero para el cartel de Sinaloa. “Tan sólo entre el 2007 y el 2008, el HSBC realizó la transferencia de 7 mil millones de dólares a México, en algunos casos en avión o por carretera».
Así que Trump tendría que pensar mejor si designa como terroristas a los carteles de la droga mexicanos, compradores consuetudinarios de armas de asalto de Estados Unidos, pues dicha decisión podría enfurecer y México ya a los amos de la banca■