Una grabación del 2005 donde el aspirante presidencial Donald Trump se precia de tocar los genitales de las mujeres sin su permiso provocó una estampida de los seguidores del millonario. Aunque su desempeño en el segundo debate con Hillary Clinton ayudó a contener la ‘hemorragia’, este escándalo de Trump dejó al Partido Republicano enfrascado en una guerra civil de consecuencias impredecibles, no sólo para el desenlace electoral, sino para el futuro del partido. José López Zamorano reporta.
Se escucha a Donald Trump…
“When you’re a star, they let you do it. You can do anything”
(Cuando eres una estrella, ellas te dejan hacerlo… Tú puedes hacerles cualuier cosa).
El diálogo entre Donald Trump y el conductor Billy Bush acaparó la atención del país y provocó lo que ninguna otra pifia había logrado, vulnerar el escudo protector del magnate: Más de 160 senadores, representantes, gobernadores y otros republicanos le dieron la espalda.
Se escucha la presentación del segundo debate presidencial…
Trump llegó así al segundo debate, disminuido en las encuestas y bajo demandas para renunciar a la candidatura. Para cambiar la conversación, amenazó a Hillary Clinton de meterla a la cárcel; revivió viejas acusaciones de ataques sexuales de tres mujeres contra Bill Clinton, pidió perdón y dijo que nunca había cometido un ataque sexual:
“Me disculpo por esas palabras… Pero si ven a Bill Clinton, es mucho peor. Las mías fueron palabras, las suyas fueron acciones”
Hillary Clinton evitó las provocaciones y acusó a Trump de usar a las mujeres como estrategia de distracción:
“Cuando oigo algo así, recuerdo lo que aconseja mi amiga Michelle Obama: ‘Cuando ellos se van a lo bajo, tu ve a lo alto’”
Aplausos…
Aunque el desempeño de Trump en el debate calmó las demandas de dimisión, el presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan sacudió la recta final de las elecciones cuando anunció que no defendería a Trump ni haría campaña a su favor, a raíz de dicha grabación.
Se escuchan palabras genéricas de Ryan…
El anuncio de Ryan sorprendió a la clase política, detonó una revuelta interna de los republicanos del Congreso y desencadenó una guerra de palabras de Trump contra el liderazgo político republicano.
Ana Navarro, comentarista de CNN:
“Los republicanos están en una situación muy difícil. Por una parte muchos de ellos deben luchar contra su propia conciencia y sus principios, y por la otra parte lidiar con las realidades políticas. No es fácil pelar este gato”
Las palabras de Trump, de que nunca cometió un ataque sexual regresaron para cazarlo. Para finales de la semana, una decena de mujeres denunció en diferentes medios, empezando por The New York Times, haber sido manoseadas, besadas sin su consentimiento, espiadas o humilladas por Trump, quien negó las acusaciones y amenazó con demandar a los medios.
Se escuchan voces de mujeres…
En este marco decenas de mujeres latinas y activistas se reunieron en Washington para hacer un frente común en defensa de las latinas contra el acoso sexual y otros problemas que enfrentan en el trabajo. Yanira Merino es líder de una sección del Sindicato de Obreros de la Construcción de Norteamérica:
“En la campaña presidencial hay una persona que está ofendiendo aún más y que eso hace más relevante la necesidad de hablar de eso… Es muy importante que no sólo las mujeres lo digamos sino que los hombres expresen su indignación hacia el trato y las palabras que se están usando”
Desde 1976 las mujeres blancas han apoyado mayoritariamente a los candidatos presidenciales republicanos, pero Trump logró dividir por primera vez ese voto. Y después de las nuevas polémicas, sólo 28 por ciento de las mujeres a nivel nacional apoya a Trump■
Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino, José López Zamorano.