De la redacción
Estados Unidos comenzó sufestejo de Acción de Gracias. Una auténtica pesadilla en la transportación nacional, que se agudiza en algunos caminos y carreteras de diversas regiones del país por las condiciones adversas del clima. Los comercios hacen ganancias billonarias, pues los hábitos de consumo se disparan al máximo. Y las mesas de los hogares se colman de alimentos, aunque pocos dan las gracias a quienes producen la comida que colma la mesa: los campesinos, muchos de ellos perseguidos por las políticas oficiales de Inmigración, se hallan también agobiados por los bajos salarios y francamente por la explotación.
En medio del panorama prenavideño de 2019, y por citar sólo a dos regiones del país con grandes poblaciones, 114 mil 85 estudiantes viven sin hogar, en refugios, en las casas de familiares y amigos o de plano en las calles de la ciudad de Nueva York durante años, y algunos tienen que desplazarse hasta 15 millas al día para asistir a la escuela.
Un realidad similar ocurre entre los desamparados del área de la Bahía de San Francisco, proporcionalmente hablando, donde 8 mil 11 niños y niñas viven homeless según datos del gobierno estatal de California. Pues como hemos dicho repetidas veces en estas mismas páginas, con una población de 4 millones 335 mil 391 habitantes el área de la Bahía sufre una aguda crisis de vivienda, que deriva a su vez en una crisis humanitaria de personas desamparadas.
Y en el Día de Acción de Gracias, Línea Abierta de Radio Bilingüe abordó el tema de los desamparados en San Francisco, una zona del país con los alquileres más altos entre las ciudades grandes de Estados Unidos, y con tasas de desalojo de vivienda que tienden al alza. En respuesta a esta crisis y para atender a la creciente población de personas sin hogar, una organización local se acercó a residentes sin techo para proporcionarles refugio y servicios médicos y de salud mental.
Algunos trabajadores del albergues y personas sin hogar comparten aquí su historia.
Escuche:
Por otro lado, en 2019 la competencia por la candidatura para la presidencia en 2020 centra los reflectores de los medios de comunicación nacionales en 4 candidatos, todos de la raza blanca (con excepción de Kamala Harris, que algunas veces aparece entre los cuatro punteros); y en un número similar de precandidatos republicanos (aunque, Trump comenzó su campaña por la reelección en 2016). A juzgar por lo dicho hasta el momento, las preocupaciones de los candidatos se dirigen en general al presunto bienestar de la clase media, y al futuro del uno por ciento más rico de la población.
Pero, ¿qué pasa con las necesidades de las poblaciones de las minorías étnica, racial y económica? Por el momento no está claro. Los candidatos de la raza negra hacen lo mejor que pueden para encontrar la elegibilidad de un candidato (a), que sea capaz derrotar a Trump como principal foco de sus campañas. Y el único candidato demócrata de los latinos -¿todavía?- en la contienda, Julián Castro está ‘curiosamente’ fuera del radar de la atención pública según las encuestas.
Y es que Julián Castro es uno de los candidatos con mayor experiencia ejecutiva, por haber sido Secretario de una de las carteras más complejas de la administración Obama: el Departamento de Vivienda; y cuenta con una de las más sólidas experiencias académicas: graduado con honores de la Universidad de Stanford, y luego doctorándose en la Escuela de Leyes de Harvard. Sin embargo, se halla fuera del radar de la atención pública y lucha denodadamente para participar en el próximo debate de los precandidatos demócratas.
No obstante, en una declaración a The New York Times (NYT) Julián Castro dijo hoy tener un plan para combatir por los pobres y contra el hambre que asola a buena parte de la población estadunidense general: «En nuestra política actual, nos hemos olvidado de hablar sobre los pobres tan intensamente como hemos luchado por la clase media», dijo. Y para comenzar propuso desayuno y almuerzo gratis para todos los estudiantes de las escuelas públicas.
Entre tanto, los estudiantes de las escuelas públicas en la ciudad de Nueva York que viven en refugios (shelters) “se duplicó». Otros viven en apartamentos con familiares o amigos, y otros en las peligrosas calles de la metrópolis. En la última década, «el número de niños homeless ha aumentado -por lo menos- en un 70 por ciento, una crisis sin precedentes en la historia de la ciudad», dice por separado un extenso reportaje del NYT.
“Durante el día, de los 114 mil 85 estudiantes que viven sin hogar en Nueva York –en 2019- muchos viven a la vista: estudian en el metro y corren por los patios de recreo (el año pasado eran 73 mil). Por la noche, estos niños a veces duermen en habitaciones miserables e inseguras, a menudo durante unos pocos meses hasta que se mueven nuevamente. La escuela es el único lugar estable que conocen”. Como se puede imaginar, los padres están sujetos a conseguir un empleo, cuando lo consiguen, solamente en los horarios de día.
De alguna manera esto se parece a la realidad de muchos niños estudiantes hijos de inmigrantes, cuyos padres –y a veces hasta los mismos menores- trabajan en los campos agrícolas del país. Son migrantes aún adentro del mismo Estados Unidos, y emigran siguiendo los cultivos de temporada, de una región a otra. Sus hijos obviamente tienen que suspender cada vez sus clases y escuelas, y recomenzar en otra escuela de otra región.
Sin la intensión de estropear su fiesta de Acción de Gracias, convidamos al lector a hacer una reflexión sobre los temas expuestos arriba, para lo que le proveímos los enlaces necesarios a fin de profundizar en estos temas: ¿Cómo viven decenas de miles de niños sin hogar en este país, que es “el más poderoso” del planeta? ¿Quién se preocupa por los trabajadores agrícolas que producen la comida que colma la mesa esta fecha del año? ¿Y que proponen los precandidatos a las presidenciales del 2020 para atajar estos problemas?
Puede mandarnos sus sugerencias o respuestas a estas preguntas a nuestra página web, o a nuestra página de Facebook. Serán atendidas y trataremos, en la medida de nuestras posibilidades y en nuestros tiempos, de buscarles una respuesta.
Feliz día de Acción de Gracias■
Campesinos mexicanos en los campos agrícolas de Coachella, California, envían un simpático mensaje de Día de Acción de Gracias.