Bañistas en Huntington Beach, California, en medio en el pico nacional de la pandemia. Foto: www.lamag.com.
De la redacción
Por primera vez Estados Unidos registró casi 50 mil casos de contagio en sólo día. Cuatro de los estados más poblados, con amplia población latina se hallan literalmente en llamas pues concentran la mitad de los casos de Covid-19 de todo el país. Vale anotar que la proporción de muerte entre latinos es del doble respecto a la población blanca, y que el país tiene la mitad de los contagios en el mundo.
En un intento por reportar algunos sucesos de importancia en medio de la pandemia de Covid-19, la última semana se alcanzó en Estados Unidos el quinto registro más alto en un solo día: 49 mil 932 nuevos casos confirmados hasta este miércoles. Estados Unidos rebasó los dos millones y medio de casos confirmados, y casi 130 mil defunciones. El Dr. Anthony Fauci, principal epidemiólogo del país, sugirió recién que si no se corrige el rumbo, “hasta 100 mil nuevos casos van a registrarse diariamente” en un futuro cercano.
Expertos atribuyen esta nueva explosión de infecciones entre otras cosas a la reapertura apresurada de los comercios y las economías. Y aunque es difícil encontrar un desglose de casos por raza o etnicidad, reportamos aquí cómo cuatro estados con amplia población latina están tratando de corregir sus políticas para contener la pandemia.
Arizona por ejemplo se ha convertido en un nuevo foco rojo de la infección. La cifra de contagios se disparó a 84 mil 152 casos y llegó a mil 726 defunciones, alcanzando el umbral de los 5 mil nuevos casos diarios. Nada más el miércoles hubo 4 mil 800 nuevos casos y 88 decesos. El aumento de las tasas de infección entre los jóvenes fue un factor importante.
El gobernador republicano, Doug Ducey retrasó los planes para la reapertura de su economía y el inicio del año escolar en persona. Además, el sistema de hospitales más grande del estado, Banner Health, activó planes de emergencia para aumentar su capacidad de admisión, que está punto del colapso.
Tras un eficiente y oportuno manejo al principio de la pandemia, California apresuró la reapertura de su economía y súbitamente vio dispararse el número de nuevos casos de contagio hasta alcanzar hoy cerca de un cuarto de millón. El miércoles reportó 37 mil nuevos y alcanzó las 6 mil muertes; 370 en la última semana.
El gobernador Gavin Newsom anunció que estaba cerrando bares y cenas en interiores, y en general actividades bajo techo en 19 condados, retrasando la reapertura para más del 70% de la población en el estado. También ordenó cerrar operaciones en licorerías, tiendas, zoológicos, museos y salones de juegos. Los cierres, dijo, permanecerán vigentes durante al menos tres semanas; “no se trata de clausurarlos”.
En el condado de Los Ángeles el Departamento de Salud Pública anunció el lunes el cierre de todas las playas públicas, los muelles y sus estacionamientos, así como los senderos para bicicletas de playa. Durante la última semana ha promediando más de 2 mil 100 casos nuevos por día. También las playas del condado de Ventura estarán cerradas.
La Florida registró hasta ayer 159 mil casos confirmados y 3 mil 550 defunciones, y tuvo que dar marcha atrás. ‘Dándose golpes de pecho’, el gobernador republicano, Ron DeSantis dijo que no seguirá los pasos de Texas; y tras haberse apresurado a abrir sus comercios reimpuso el cierre de bares y limitó al 50% la capacidad de admisión en los restaurantes.
La División de Manejo de Emergencias de La Florida está ordenando la entrega de suministros adicionales y equipo de protección personal a los comercios, en un esfuerzo por mitigar y contener la propagación del virus. DeSantis pidió al gobierno federal recursos financieros para combatir el COVID-19.
Por último, Texas batió record al registrar 174 mil 826 casos de coronavirus. Los 7 mil nuevos casos nada más en un solo día convirtieron al estado en uno de los mayores puntos de contagio en el país, lo que ha sido nombrado como “una catástrofe humanitaria”. Hasta hoy jueves por la mañana, al menos 2 mil 518 personas habían muerto de Covid-19.
En una de sus decisiones más radicales en lo que va de la pandemia, el gobernador texano de filiación política republicana, Greg Abbott dijo que debió haber abierto más lentamente los negocios y bares, y ordenó volver a cerrarlos. Originalmente había permitido que la orden de quedarse en casa caducara el 30 de abril, una medida que le dio a Texas, el segundo estado más grande de la nación, una de las órdenes de confinamiento más cortas del país.
En tanto, el presidente Trump, que ha sido incapaz de establecer una política federal coherente para frenar la propagación del virus, sigue declarando a los medios, como lo hizo por primera vez el 27 de febrero, que la pandemia “desaparecerá por sí sola”, como por arte de magia o un milagro a punto de materializarse.
Es posible que los estadunidenses tengan que celebrar este 4 de julio en casa, o podrían ser sujetos a serias penalizaciones. Pero el presidente Trump planea próximamente un masivo mitin de campaña■
