De la redacción
Los problemas de discriminación o el perfil racial que ejercen a veces las autoridades contra la población civil, en particular contra los inmigrantes o personas de color son difíciles de comprobar, si es que no hay una evidencia contundente. Y aun así, estas quejas pasan por un proceso de revisión prolongado, que en ocasiones termina disuadiendo al agredido por dicha conducta discriminatoria de las autoridades, que tienden a apoyarse entre sí mismas, y más aún con las nuevas políticas antinmigrantes de la administración Trump.
El iste incidente que reporta aquí The Huffpost, sobre una interrogatorio de la Patrulla Fronteriza en Montana a dos mujeres en un supermercado ha rebasado los límites de lo creíble, pues aun después de haberlas detenido por hablar español el agente de la Patrulla Fronteriza declaró mientras era grabado con el teléfono de una de las agredidas, que la detención se hizo “por haber escuchado a las dos mujeres hablar en español… en una ciudad donde el inglés es la lengua predominante”. Ojo, predominantemente no quiere decir ilegal.
El incidente sucedió cuando Ana Suda y Mimi Hernández, dos mujeres mexicoamericanas obviamente ciudadanas estadunidenses, fueron detenidas la semana pasada por un agente de la Patrulla Fronteriza en Montana después de que las escuchó hablar español entre ellas mientras hacía la fila para pagar los comestibles que habían comprado en un supermercado en Havre, un pequeño pueblo cerca de la frontera con Canadá, informó la televisora local, KRTV.
“Para su incredulidad”, el agente de la patrulla se aproximó a ellas y les pidió que le mostraran una identificación, algo así como show me your papers.
«Lo miré como diciéndole: ‘¿Hablas en serio?’ Y dijo: ‘Sí, muy serio'» relató Suda, quien nació en Texas, a The Washington Post.
Y es cuando ya en el estacionamiento, a donde fueron conducidas las mujeres, Suda comenzó a filmar al agente en su teléfono. Ella le preguntó ¿por qué se había visto obligado a detenerlas? Y él le dijo que su uso del español había llamado su atención:
«Señora, la razón por la que le solicité su identificación es porque vine aquí y vi que ustedes están hablando español, algo que no se escucha por aquí». Las imágenes del teléfono celular dan cuenta de las palabras del agente, sostiene la fuente.
Desde luego las mujeres declararon conocer sus derechos, y reclamaron al agente haber sido víctimas de perfil racial.
«No tiene nada que ver con eso», dijo el agente en el clip grabado por el teléfono. «Es el hecho que tiene que ver con ustedes hablando español en la tienda, en un estado predominantemente de habla inglesa».
Pero la cosa no concluyó ahí. Aun después de haberse identificado plena y satisfactoriamente “el agente no les permitió salir del estacionamiento por unos 35 minutos”.
Suda, quien dijo estar casado con un ex agente de libertad condicional del Departamento de Correcciones de Montana, sostiene que marido criticó al agente de la Patrulla Fronteriza por sobrepasar los límites de su autoridad.
Un representante de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP) dijo al Post que “la agencia estaba revisando el incidente para garantizar que se siguiera el protocolo adecuado”.
Aunque la mayoría del trabajo de la patrulla se lleva a cabo en el área fronteriza inmediata, “los agentes tienen amplia autoridad policial y no están limitados a una geografía específica dentro de Estados Unidos», dijo el representante de la patrulla. «Tienen la autoridad para interrogar a las personas, hacer arrestos y tomar y considerar evidencia».
De acuerdo con el HuffPost, que se comunicó sin éxito con el Sector de Havre de CBP para comentarios sobre este incidente, acudió al sitio web de la Patrulla Fronteriza, donde constató que ésta es «responsable de 456 millas de la zona fronteriza entre Montana y Canadá, Wyoming, Colorado y Utah, así como, parte de Idaho».
Las fuentes consultadas no dan cuenta en ningún momento que la autoridad territorial de los agentes justifique el uso del español como motivo de detención o interrogatorio, y menos aún para que después de haberse identificado las mujeres hayan sido retenidas en el estacionamiento por casi 40 minutos.
Suda, planea emprender acciones legales por el incidente, dijo que ella y Hernández estaban profundamente conmocionados por el encuentro y se quedaron en estado de shock.
Ella dijo que estaba especialmente alarmada por la reacción de su hija de 7 años ante el incidente, pues le preguntó, dice Suda, “visiblemente emocionada: ‘Mami, ¿eso quiere decir que ya no vamos a poder hablar en español nunca?’”.
CPB ha pedido más tiempo para analizar las pruebas presentadas en el video captado por el teléfono de Suda.
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