Por Markian Hawryluk/KHN
Cuando las vacunas contra covid-19 estuvieron disponibles por primera vez, oficiales de salud de Colorado las promovieron en eventos masivos de difusión; Facebook, correos electrónicos y mensajes de texto, y exigieron que las citas para administrarlas se hicieran por internet.
Pero cuando la mega estrategia mostró enormes disparidades entre los que se vacunaban y los que no, los departamentos de salud pública en el área de Denver decidieron usar estrategias más focalizadas. Otorgaron micro subvenciones para proyectos unitarios a organizaciones comunitarias, y permitieron a estos grupos decidir la mejor manera de utilizar el dinero para impulsar las tasas de vacunación entre las comunidades inmigrantes y las minorías.
Algunos utilizaron aplicaciones y redes sociales, como WhatsApp, Nextdoor y Facebook Live. Otros optaron por tocar puertas. Los eventos de promoción de vacunas se hicieron en los juegos de fútbol de los sábados y en el Mile High Flea Market. Con el tiempo, las disparidades en las tasas de vacunación en el área de Denver se redujeron, aunque es difícil saber cuánto atribuir al programa de embajadores de la comunidad, como se conoce a la iniciativa.
El enfoque de micro subvenciones bien podría ser el futuro de los mensajes de salud pública para poblaciones diversas, y una forma de combatir la erosión de la confianza que se produjo con la politización de la salud pública por la pandemia.
Estableciendo objetivos de salud pública, pero permitiendo que fuentes confiables dentro de las comunidades los cumplan, los departamentos de salud están reconstruyendo su capacidad para difundir mensajes basados en la ciencia e involucrar a las comunidades desde sus raíces.
“Creo que la participación de la comunidad es una hoja de ruta para mejorar el trabajo de emergencia de salud pública en estas comunidades”, dijo el doctor Ned Colange, decano asociado de práctica de salud pública en la Escuela de Salud Pública de Colorado.
El éxito del programa de alcance de vacunas, una colaboración entre las áreas de salud pública de los departamentos de salud y la entidad sin fines de lucro, Colorado Health Institute, ahora comienza una segunda ronda de subvenciones para abordar el estigma de la salud mental.
Y con el final inminente de la emergencia de salud pública por covid, que impidió que los estados retiraran a las personas de la cobertura de Medicaid, los funcionarios planean usar un enfoque similar para alentar a las personas a actualizar su información para que el estado pueda determinar a los que todavía son elegibles para estos beneficios.
El programa embajadores en la comunidad se lanzó en 2020 cuando los oficiales de salud se preparaban para promover la vacunación contra la gripe. Una vez que las vacunas contra covid estuvieron disponibles, mapas identificaron vecindarios particulares en los que tenían baja aceptación.
Fue entonces cuando entraron en acción las organizaciones comunitarias para personalizar la llegada a esas comunidades, implementando la estrategia con los subsidios oficiales.
Muchos de los grupos comunitarios a los que invitaron a solicitar tenían personal mínimo, a veces sólo una persona, y a menudo con limitaciones de idioma. Eso haría difícil escribir propuestas. Por eso, las organizaciones pudieronsolicirtar a través de una entrevista de 30 minutos con líderes de los programas, para determinar si lo que proponían se ajustaba a las metas de la iniciativa.
A cada una de las organizaciones que consiguieron subsidios se les requirió que participaran en una llamada cada dos semanas con el Colorado Health Institute y los departamentos de salud pública. Las organizaciones más grandes fueron mentoras de las más pequeñas.
En esas llamadas, funcionarios de salud pública brindaban las últimas actualizaciones sobre covid y las vacunas, mientras que las organizaciones comunitarias transmitían lo que escuchaba en la calle.
“Escuchaba las preocupaciones sobre la vacuna contra covid de nuestros embajadores, antes que por los medios de comunicación; porque tenían esa conexión inmediata con la comunidad”, dijo Nicole Weber, gerente principal de programas en el Colorado Health Institute.
El programa de inmunización opera con un presupuesto de 300 mil dólares por año, que financia a 17 organizaciones comunitarias; mientras que el programa de salud mental tiene un presupuesto de 465 mil dólares parae financiar a 15 grupos. Desde el inicio de los programas de embajadores, más de 40 organizaciones han sido financiadas con subvenciones de hasta 30 mil dólares.
“Está permitiendo una profundización realmente encantadora de la confianza entre las organizaciones comunitarias y la salud pública”, dijo Wendy Nading, gerente de enfermería del Departamento de Salud Pública del condado de Arapahoe.
Colorado Changemakers Collective fue una de ellas. Comenzó en 2017 con un pequeño grupo de residentes en el vecindario de Montebello, en el noreste de Denver, para vincular a la población principalmente hispana que vive allí con programas de asistencia de alquiler o servicios públicos o de salud.
Utilizando el modelo de promotoras, en el que los trabajadores comunitarios de salud son miembros de la población objeto y comparten muchas de las mismas características sociales, culturales y económicas; este colectivo ha construido raíces profundas dentro de la comunidad. También ha ampliado su trabajo a toda la región metropolitana de Denver y pronto a Grand Junction y Colorado Springs.
Debido a que las promotoras viven en las comunidades a las que sirven, pueden identificar rápidamente las barreras y sugerir estrategias para superarlas. El grupo, por ejemplo, convenció a los funcionarios de salud locales para que cambiaran el horario de sus clínicas móviles de vacunas, del horario diurno durante la semana a los viernes de 5 pm hasta la medianoche.
Eso permitió que los residentes que trabajaban varios turnos sin tiempo libre recibieran sus vacunas después del trabajo, y que tuvieran el fin de semana para recuperarse de cualquier efecto secundario. El colectivo se comunica a través de Facebook y otras redes sociales, pero también hace un uso extensivo de WhatsApp, una aplicación de mensajería utilizada a nivel mundial y popular entre los inmigrantes en Estados Unidos.
A través de la aplicación, diseminan información sobre los servicios y recursos disponibles para los miembros de la comunidad. También participa en el programa de embajadores sobre el estigma mental, organizando círculos comunitarios, tanto en persona como en línea, donde las promotoras dirigen debates sobre temas como dormir lo suficiente o comunicarse con un hijo adolescente.
Los fondos del programa permiten que se contrate a un terapeuta para realizar sesiones individuales con los residentes que necesitan ayuda, y trabajar con las promotoras en sus propios problemas de salud mental.
Carlos Herrera, gerente de proyectos del grupo, dijo que el modelo ayuda a superar la desconfianza de los inmigrantes hacia las agencias gubernamentales al asociarse con organizaciones que conocen las necesidades específicas de sus comunidades.
“Cuando los funcionarios de la ciudad o alguien que parece demasiado profesional se acercan a los miembros de la comunidad, simplemente se alejan”, dijo Herrera. Pero ayuda cuando los inmigrantes escuchan que el terapeuta vivió la misma experiencia que ellos, al llegar a Estados Unidos y vivir el choque cultural. “La gente piensa: ‘Está bien, esta persona es alguien que pasó exactamente por lo mismo que yo’”, dijo Herrera. “Se sienten mucho más dispuestos a compartir”.
El año pasado, durante uno de los círculos de salud mental una mujer que se unió a la llamada de forma anónima, reveló que era víctima de violencia doméstica. Una promotora pudo hacer seguimiento y programar una sesión con el terapeuta.
La mujer, que tal vez nunca hubiera buscado ayuda a través de los canales tradicionales de salud pública, se ha mudado y ya no está en peligro, según Herrera. Lori Freeman, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Funcionarios de Salud de Condados y Ciudades, dijo que las organizaciones comunitarias pueden actuar como una extensión natural del trabajo de los departamentos de salud con poco personal, que atienden a comunidades vulnerables que pueden desconfiar del gobierno.
“La pandemia aumentó aún más la importancia del trabajo con organizaciones comunitarias cuando las entidades gubernamentales y sus mensajes asociados se hiperpolitizaron, se enfocaron menos en el mensaje de salud y más en el impacto de las medidas de salud en los derechos y libertades individuales”, dijo.
El programa de vacunas contra covid ahora se ha ampliado para incluir todas las vacunas de rutina para adulto,s y está financiado hasta abril. El programa de estigma de la salud mental está financiado hasta fines de 2023. Los socios ahora están buscando programas para impulsar las vacunas de rutina tanto para adultos como para niños.
El objetivo, dijo Weber, es desarrollar la capacidad de los líderes locales para tomar decisiones e implementarlas.
“Las personas que saben cómo asegurarse de que los mensajes y las intervenciones sean culturalmente relevantes para las poblaciones a las que servimos son aquéllas que trabajan todo el tiempo en la comunidad”, opinó Weber•
KHN (Kaiser Health News) es la redacción de KFF (Kaiser Family Foundation), que produce periodismo en profundidad sobre salud. Es uno de los tres principales programas de KFF, una organización sin fines de lucro que analiza la problemática de salud y salud pública de la nación.