Después de casi una década de trabajar juntas, una red de organizaciones de defensa de comunidades pobres decidió institucionalizarse, conformarse en una alianza permanente gracias al apoyo de una importante fundación filantrópica. En este reporte se cuenta la historia de una madre de familia que simboliza la causa de la nueva alianza. Ella es una residente del valle de Coachella que pasó de ama de casa a activista social y promotora de servicios de transporte, escuelas y parques. Jorge Ramírez tiene la crónica.
“Aquí las necesidades que hay, como le acabo de mencionar…”
Chela Peñaloza es residente de North Shore, una colonia latina localizada a un lado de Salton Sea, el lago más grande de California. A sus 60 años se mantiene muy activa.
“¡Buenas tardes Conchita! Estamos aquí fuera de tu casa”
Caminamos a un lote en construcción y con orgullo me muestra el parque que esperan inaugurar a mediados de octubre. Se detiene a un lado de uno de las paradas del autobús público que cada 3 horas recorre la colonia.
“Pues nos tardamos más de 3 años para poder lograr el bús. Y la gente sí lo usa. A veces se va el bus saturado…”
De regreso a casa, comenta que ya tienen el terreno para que se construya una escuela, para que los jóvenes de North Shore no tengan que ser transportados en autobús a las escuelas de La Mecca o a Coachela, como actualmente sucede.
Hace 14 años, cuando Chela llegó a esta colonia estos servicios no existían y no era activista. Cuando se casó, su esposo la trajo de Michoacán, pero ella no le gustó su nueva residencia y se deprimía.
“Porque yo estoy en un país que no quiero estar y si estoy aquí es porque aquí tengo mis hijos y porque aquí tengo mi esposo, pero yo no quería levantarme… constantemente deprimida”
Aunque todavía toma algunos medicamentos, el activismo para mejorar su comunidad ha sido su mejor medicina. Primero participó con un grupo católico en la Mecca.
“Ya mi esposo se está acostumbrando a qué es lo que me ha sacado de la depresión”
Después se involucró con Building Healthy Comunities, un proyecto que patrocina la organización filantrópica California Endowment. Su Directora Ejecutiva, Silvia Paz, destaca que este proyecto se inició para mejorar la salud y calidad de vida de los más de 68 mil habitantes del este del valle de Coachella, en su mayoría trabajadores agrícolas y de servicio; número que crece a mediados del año por la cosecha. Una comunidad a la que le pagan poco, pero con tradición de lucha desde los tiempos de César Chávez.
“Tenemos ya esa historia de una comunidad que es muy activista. Nuestro propósito es llevar ese liderazgo hasta las mesas donde se están tomando las decisiones que afectan nuestras vidas, día a día”, dice Silvia Paz.
Y precisamente su primera victoria fue que los residentes de North Shore tuvieran transportación pública. También lograron un puesto de la mesa del distrito del agua, porque como en toda zona agrícola, el agua sale contaminada.
“Desde el 2014, la comunidad pudo elegir a una persona y por primera vez el votó de esta área, contó. Y ya hay un plan de cómo se puede extender la infraestructura”, sostiene Paz.
Además, se involucraron en buscar soluciones al creciente abandono escolar, problemas de conducta y bajo aprendizaje mediante la llamada Justicia Restaurativa. Iniciaron con un programa piloto y ahora se ha extendido a 4 escuelas del Distrito Escolar, que tiene 21 planteles.
“Los castigos no cambian el comportamiento. Cambiar ese sistema para que no sea un sistema de castigo pero un sistema de disciplina, donde nuestros estudiantes se van a sentir seguros y van a aprender el impacto que su comportamiento tiene y van a rendir cuantas de cómo van a mejorar”
Se involucraron también en una campaña para inscribir a los 90 mil residentes que calcularon eran elegibles para el Obamacare.
“45 mil persona fueron inscritas”
Apoyaron a los jóvenes de la comunidad LGBTQ para que primero hicieran un análisis de su comunidad y con éxito lograron una mayor aceptación, de tal manera que van para su tercer año de su desfile del Orgullo.
“Hemos trabajado con jóvenes por algún tiempo y sabíamos que el ser LGBT trae otros retos a nuestra comunidad. Y nadie estaba hablando de eso”
Otro de sus logros destacados fue el que después de más de 25 años de que no se construían parques, está por inaugurarse tres; uno en North Shore, donde vive Chela Peñaloza.
“Si, pues estamos contentos, por ahora si estamos viendo un avance”
Las 10 organizaciones que forman el proyecto de Building Heltier Community del Valle de Coachella ahora se llamarán Alianza. Son las mismas organizaciones pero en un proyecto más sólido y de mayor alcance el compromiso, señala Silvia Paz:
“La misión de alianza es transformar las condiciones socioeconómicas del valle de Coachella para que la gente en todas las comunidades tengan oportunidades de prosperar”