A tres meses de su inauguración, cumpliendo difíciles promesas de campaña

debla-cuomoMarco Vinicio González

Noticiero Latino, Nueva York

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio continúa cumpliendo con sus promesas de campaña, a veces embarcándose en agrias disputas relacionadas a algunas de las nuevas políticas de la Ciudad, como el conflictivo tema de las escuelas Charter vs la educación pública inclusiva; o bien ha entrado en disputa con el Gobernador, su viejo amigo y exjefe en el Departamento de Vivienda durante la administración Clinton, en el tema del financiamiento a la educación preescolar; o enfrenta el desafío de construir -acaba de anunciarlo- 200 mil viviendas públicas durante los próximos 10 años. Y desde luego, una promesa que ya va cumpliendo en buena medida es la de hacer que el gabinete de esta administración se parezca a la diversidad de la composición étnica y de género de la gran manzana.

Por ejemplo, explica hoy The New York Times (NYT), de las 60 nuevas posiciones en su gabinete la mayoría han sido mujeres (54%) y minorías (55%). Esto en comparación a la pasada administración del alcalde multimillonario dueño de un emporio de telecomunicaciones, Michael Bloomberg, cuyo equipo de trabajo era mayormente de hombres (52%), y mayormente de blancos (72%). Cierto que tuvo un grupo pequeño de mujeres en posiciones de alto poder.

De Blasio ha designado a su gabinete a poco más de un 25 por ciento de miembros de la raza negra, un 15% de latinos y un 10% de asiáticos. Y ha designado a varias importantes posiciones de interés para la comunidad inmigrante y latina, que serán materia de otro artículo. Pero de Blasio reconoce los límites de esta diversidad, según dijo al Times: “Hay mucha diversidad racial, pero quizás no tanta diversidad ideológica”.

Esto ocurre cuando la Ciudad experimenta un crecimiento en su población, superior al número de personas que emigran a otros estados por diversas razones, o que mueren; mientras la inmigración y los nuevos nacimientos imponen un cambio en los patrones demográficos que han regido en los últimos 60 años, dice en artículo aparte un reporte de la fuente.

Aunque la recesión volvió mayores los problemas para habitar en esta ciudad, golpeando el ingreso y encareciendo el costo de la vivienda, y de la vida en general, por tercer año consecutivo la ciudad de Nueva York ganó el año pasado más gente de la que ha venido perdiendo. Para el año que terminó el 01 de julio 2013, la afluencia de extranjeros combinada con una continua disminución en la pérdida de los migrantes a otros estados ha aumentado la población en más de 61 mil nuevos habitantes, rebasando los 8.4 millones por primera vez, de acuerdo con estimaciones –que se publicarán hoy- de la Oficina del Censo de Estados Unidos.

Las Charter School

Una de la más reciente y sonoras batallas políticas y mediática derivadas de la intención del alcalde por cumplir sus promesas de campaña ha sido la de las escuelas charter. En este renglón el alcalde impulsó casi apenas iniciado su mandato una revisión en los contratos de arrendamiento de las escuelas charter alojadas en los edificios de escuelas públicas en los cinco condados de la ciudad, y el tema del financiamiento con dinero público a escuelas privadas que no rinden cuentas de sus administraciones aunque cumplen con un currículo oficial, recibiendo fondos destinados en el presupuesto oficial para la educación pública.

Las escuelas charter son un modelo de descentralización de la educación que aquí en Nueva York otorga bonos o bouchers a los padres de familia para pagar una educación privada a sus hijos. Este modelo, que no propiamente pedagogía, ha sido impulsado vigorosamente por el anterior alcalde Bloomberg y basado en la noción de un bajo aprovechamiento académico de los estudiantes de educación primaria a preparatoria en el sistema escolar, el mayor de la nación,  que derivó incluso en años pasados en el cierre o clausura de muchas escuelas que presumiblemente ‘no dieron el ancho’, así como en el despido de muchos maestros “mal preparados”. Actualmente el sistema escolar de la ciudad de Nueva York es el de mayor segregación en el país, dice un estudio del Proyecto de Derechos Civiles de la Universidad de California en Los Ángeles, UCLA, citado por la televisión pública de Nueva York.

Paralelamente a esta “debacle” de la educación oficial fondos públicos comenzaron a fluir hacia las escuelas charter, que presumían estar arrojando buenos estudiantes con alto rendimiento académico. Desde luego se trató más bien de campañas mediáticas que divulgaron esta idea, pero que luego recientes estudios mostraron que si bien es cierto que alumnos de las escuelas charter salen bien preparados, esto no es exactamente así en todas esas escuelas, sino más bien en muy pocas, cuando lo mismo puede decirse de las escuelas públicas. El debate es complejo y esto es apenas un esbozo del problema. Pero en días recientes el pleito llegó hasta la capital de Nueva York, donde la Asamblea y el Gobernador discuten el presupuesto 2014-2015, y hasta donde han estado llegando ejércitos de padres y madres de familia bien entrenados y bien uniformados, con sendas pancartas en grandes letras de molde y vivos colores, en apoyo a las charter school; contingentes que han incluso abucheado a de Blasio y se han enfrentado a las huestes del alcalde, quienes también se han movilizado hasta el Capitolio estatal en Albany para defender un mayor financiamiento a la educación pública, que de acuerdo con palabras de Blasio, “es más inclusiva… para todos”.

Ayer el tono de esta batalla pareció amainar sin embargo por parte del alcalde de Blasio contra las escuelas Charter. En tanto sigue caminando por el filo de la navaja el asunto del financiamiento para la educación preescolar, donde dos visiones se oponen entre sí, casi en la víspera de ‘plancharse’ el próximo presupuesto para el gasto público del estado, y donde de Blasio se halla también enfrascado para defender el presupuesto de la ciudad de Nueva York. Por un lado la visión de de Blasio. Éste quiere gravar con un mínimo impuesto -similar al costo de un café diario en un starbucks-, a las personas con ingresos por encima del medio millón de dólares anuales, mientras que el gobernador, Andrew Cuomo quiere pagar por estos programas de preescolar, que también él impulsa, con el surplus o ganancia del estado. Este método de financiamiento resulta para el alcalde algo muy inestable, pero dice estar dispuesto a negociar cualquier solución que garantice el financiamiento del programa preescolar para todos los niños de cuatro años de edad en la ciudad, durante cinco años consecutivos. Por lo pronto, de Blasio anunció ayer que a partir de septiembre los niños de cuatro años o de educación preescolar que salen actualmente de clases en las escuelas a las 2:30 de la tarde, verán su horario de escuela extenderse hasta el final del día escolar, lo que ha desatado una nueva controversia.

El alcalde de Nueva York se halla inmerso también en otras batallas relacionadas con la seguridad, el salario mínimo, la defensa de derechos civiles, un boceto de proyecto de licencias de conducir e identificaciones oficiales para todos, sin importar su estatus migratorio, y en cuestiones de medio ambiente, entre otros asuntos de interés público, temas que también serán motivo de otras entregas en estas mismas páginas.

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