Dos desafíos que escucha hoy la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos tienen que ver con el derecho a portar armas, y acerca de la nueva ley de Texas, SB8 también llamada “ley del latido del corazón fetal”, que penaliza el aborto a las 6 semanasde embarazo. El Departamento de Justicia y los Proveedores de Aborto argumentan por un lado que la ley texana es la más restrictiva de su tipo, pero sobre todo, que desafía el derecho constitucional establecido hace casi medio siglo en el caso Roe v. Wade.
De la redacción
El Fiscal General de Texas, el republicano Ken Paxton argumenta que el gobierno federal y los proveedores de aborto carecen de fundamentos legales para demandar a Texas. Cualquier desafío a la ley, sostiene, debe presentarse en un tribunal estatal después de que un proveedor demuestre la violación de la ley SB8, que prohíbe practicar abortos después de aproximadamente seis semanas de embarazo, cuando la mayoría de las mujeres, se alega, ni siquiera saben que están embarazadas.
La Suprema Corte debe intervenir para detener una ley “inconstitucional” diseñada a modo de evitar el escrutinio judicial, dice los oponentes a la SB8. Y es que esta ley se invoca por ciudadanos privados, facultados para demandar a cualquiera que ayude a una mujer a obtener un aborto o incluso a planearlo. Muchos afirman que lo que suceda hoy en la Suprema Corte acerca de la SB8 arrojará una idea más clara sobre la posición que tomaría la Suprema Corte de Jusitcia cuando escuche el caso de Mississippi, que desafía a Roe v Wade de 1973, que legalizó entonces el aborto en todo el país antes de la viabilidad, lo que puede ocurrir alrededor de las 24 semanas de embarazo, caso que será ventilado el primero de diciembre.
Desde que el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott activó la SB8 el 19 de mayo de 2021 y la Suprema Corte se negó a bloquearla, eliminando el acceso a los servicios de aborto por todo este tiempo en ese estado, el segundo más grande del país después de California, muchas mujeres que han contado con recursos han tenido que ir a otro estado vecino, o incluso a México para suspender sus embarazos.
En tanto, 13 estados han promulgado las llamadas “leyes del latido del corazón fetal”, que prohíben los abortos una vez que se puede detectar la actividad cardíaca embrionaria.
En La Florida por ejemplo, el gobernador republicano Ron Desantis está considerando el mismo proyecto de ley del aborto. Y sin embargo, al mismo tiempo él siente que sólo los padres tienen el derecho a tomar la decisión médica con respecto a la vacunación anticovid y el uso de los cubre bocas, o si están vacunados o no. Y al mismo tiempo está reteniendo el financiamiento a los superintendentes escolares que requieren que los estudiantes usen máscaras para proteger a los educadores.
La SB8 establece que un médico no puede realizar o inducir un aborto a una mujer embarazada si detectó un latido del corazón fetal en el no nacido, si no se trata de una emergencia médica; y requiere que los médicos busquen actividad cardíaca antes de abortar el feto. La SB8 no hace excepciones en casos de violación o incesto.
Por otra parte, se dice que sobre el caso de Mississippi los oponentes al aborto están tratando de anular Roe v Wade, con el caso de ‘la paternidad planificada v. Casey’, que reafirmó el derecho al aborto en 1992.
De esta suerte, el caso sobre el aborto que escuchará hoy la Suprema se centran en cuestiones de procedimiento legal, o sobre cómo se aplica la ley de Texas y si el gobierno federal y los proveedores de aborto pueden demandar para detenerla en la corte federal.
El caso de Mississippi por su parte se enfoca en la base de las demandas de los estados gobernados por republicanos que han aprobado restricciones que entran en conflicto con los precedentes del Tribunal Supremo, que protegen los derechos de aborto. Los oponentes esperan que el máximo tribunal sea susceptible a sus argumentos. Porque la ley de Mississippi prohibiría casi todos los abortos después de 15 semanas de embarazo, con excepciones estrechas para emergencias médicas o anomalías fetales.
Dicha ley de Mississippi no ha entrado en vigor porque un juez de distrito federal y un panel de la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Quinto Circuito dijeron en su oportunidad que no cuadraba con décadas de precedentes legales de la Corte Suprema. Los tribunales inferiores se han negado a dejar que entrará en vigencia esa ley, o la prohibición de 15 semanas aprobada en 2018.
Entre tanto, la magistrada de la Suprema Corte designada por Trump, Amy Coney Barret habría hecho preguntas «muy amigables» a uno de los abogados que defienden la SB8, lo que para algunos analistas signgnifica que la jueza podría mostrar simpatía por estos argumentos antiaborto■