De la redacción
El amplio paquete de reformas de ley de migración que abriría el camino a la ciudadanía de unos 11 millones de inmigrantes indocumentados, la Ley de Ciudadanía de Estados Unidos de 2021 podría ser sometida a votación en el Congreso en próximas horas o días. El momento que vive la inmigración con sucesos como el de la frontera por ejemplo, no conduce a un clima propicio para una negociación de tal envergadura, por lo que se plantea el dilema de presentar completo el proyecto o someterlo por partes con legislaciones de menor alcance como el Dream Act, la Ley de Sueños y Promesas (HR 6), o la Ley de Modernización del Trabajo Agrícola (HR 1603), etcétera, para hacer más viable el proceso y asegurar el éxito.
En su edición de Migración el programa estelar de noticias de Radio Bilingüe, Línea Abierta abordó el tema de las votaciones que podrían tomar lugar en el Congreso esta semana sobre distintos proyectos de ley de inmigración.
El director de Noticias de Radio Bilingüe, Samuel Orozco plantea en Línea Abierta el dilema de esta manera:
Por su parte el invitado al programa, el Reverendo Gabriel Salguero, fundador y presidente de la Coalición Nacional Evangélica Latina, con sede en Orlando, Florida, afirmó que se necesita con urgencia una reforma migratoria.
“Creemos que la cámara de Representantes y el Senado deben tener un sentido de urgencia para traer los recursos necesarios para resolver dicho dilema”. Y señaló que además de voluntad política, se requiere ejercer la valentía. «La mayoría de los estadunidenses pide la reforma migratoria, independientemente de su partido político”.
El reverendo sostiene además que se requiere del sector comercio y empresarial para que ejerzan presión a los políticos a fin de que pase la reforma migratoria.
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Pero, ¿qué se necesitará para generar apoyo bipartidista? ¿Pueden los demócratas del Congreso impulsar un plan por sí mismos?
Tomando en cuenta la polarización del ambiente político que se vive en Estados Unidos, dice Orozco, “y que ya hemos oído algunos mensajes de que parece haberse enfriado el apoyo que venían prestando los senadores republicanos a los proyectos más viables… ¿qué deberían hacer los demócratas?, que son los que tienen la mayoría, mínima pero al fin la mayoría, a fin de hacer que la reforma avance”.
–¿Qué hacer para que la reforma no vuelva a atorarse irremediablemente? –pregunta Orozco.
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Como se dijo ya, la reforma migratoria se ha partido en varias mini reformas, que verán la luz del debate en comités y plenarias de ambas cámaras del Congreso durante lo que resta de marzo y lo que sigue en abril.
Vale recordar que este debate no se ventilaba en el Capitolio desde hace ya unos 8 años, afirma Samuel Orozco. “Alguna reforma va a pasar, y si va a ganar algún impulso en Washington, dependerá de lo que pase en próximos días” sostiene. Y agrega que “en esto cuentan mucho los vientos políticos y las corrientes subterráneas… contará mucho la participación de cada uno de los ciudadanos concernidos”.
El otro invitado de Línea Abierta, el sociólogo Gonzalo Santos, que es profesor emérito de la Universidad Estatal de California en Bakersfield y veterano líder social activo en la causa de los inmigrantes, se une alprograma por la vía del teléfono desde su sede universitaria.
Ante el referido dilema de ‘la enchilada completa’ versus sólo ‘los chilaquiles’, el profesor Gonzalo Santos afirma que “… lo que se tiene que confrontar es la realidad actual, de que uno de los dos partidos está empecinado en obstruir absolutamente todo. No es negociar con ellos, no es encontrar ahí algo en común; no es lograr forjar una agenda bipartidista. En todos estos temas, incluyendo el migratorio, lo que tenemos es una cerrazón absoluta que está guiada más que nada por órdenes ideológicas… que yo creo que viene del trumpismo… vamos a tener que deshacernos del filibusterismo e imponernos”.
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Pasadas la votaciones que le dieron a los demócratas la Casa Blanca, la Cámara de Representantes y el Senado, ahora «ha llegado el momento de que los representantes electos conozcan el sentir de sus representados», prosigue Orozco. “Ahora sigue el deber de jalar a cuentas a los funcionarios electos, de fiscalizarlos, hacerlos que cumplan su plan”.
–¿Qué espera el ciudadano de a pie que pase con ese proyecto de reforma migratoria en el Congreso, que opina de esto el profesor Santos?
“No es necesario abolir el filibusterismo totalmente. Ya de hecho se ha venido modificando en cuanto por ejemplo a la certificación de jueces a la Suprema Corte… porque eso decidieron los demócratas primero, y los republicanos después. Si ya han reformado parcialmente el filibusterismo, pues lo pueden hacer de nuevo”, dice el profesor, quien se refiere a proponer la reforma migratoria como tema que tiene que ver no sólo con el asunto de la democracia sino también con el de la seguridad nacional.
“Y ahí es donde nos va bien. Porque entonces si los republicanos han estado diciendo siempre, cosa que es falsa, que el tema migratorio es un asunto de seguridad nacional, ah bueno, pues como dicen entonces que los inmigrantes son unos terroristas que van a pasar por la frontera sur, pues bueno, vamos a pasar una enmienda que diga que en asuntos vitales de seguridad nacional para esta gran nación norteamericana, no vamos a usar el filibusterismo porque no se puede bloquear esto, y ya, los acorralamos con sus propios argumentos”, explica Santos.
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José es un asiduo radioescucha de Línea Abierta y esta plática se inclinó por pasar la reforma migratoria en partes, y confía en el apoyo de los republicanos, que temerían según él, verse mal si votaran contra la reforma.
Sin embaergo, el profesor Santos afirma que eso ya se hizo, durante el presidente republicano (George W) Bush.
“En la medida que haya líderes republicanos entre las filas y reten lo que es el sentido común anglosajón actual, que es trumpista, va a haber una solución para ese partido. Si no, van a seguir perdiendo», dijo.
Haciendo un cálculo electoral hacia el futuro de su partido, el profesor sostiene que Bush decía, ‘no, hay que actuar de una manera que no nos haga ver mal, anti hispanics, que no nos haga ver racistas y xenófobos’. Y entonces él mismo sometió todo tipo de proyectos de leyes, en el 2007, etcétera, y todas fueron bloqueadas por su propio partido”, señaló el sociólogo.
“Se va a tener que requerir que se fajen los pantalones los demócratas, y digan: ‘bueno, pues entonces se va a tener que pasar encima de ellos… los mismos demócratas, para preservarse en el poder, entienden que tienen que hacer esto. Ese es el dilema político actual”.
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