De la redacción
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi invocó a Abraham Lincoln y la Biblia, pidió a los legisladores mantener su juramento de defender la Constitución de todos los enemigos “extranjeros y domésticos”. Trump, dijo, «Debe irse. Es un peligro claro y presente para la nación que todos amamos”.
Con una mayoría bipartita jamás conseguida -232 a 197- en un juicio político contra un presidente, la líder demócrata de la Cámara de Representantes selló la sesión del miércoles en el Congreso decretando el juicio de revocación de mandato contra el presidente Trump por “incitación a la insurrección”, una semana después de que una masiva turba de terroristas domésticos atacara el Capitolio cuando los legisladores consumaban la tradicional confirmación de los votos del Colegio Electoral que le dieron la victoria al presidente electo Joe Biden.
Así que por primera vez en la historia de Estados Unidos un presidente –Donald Trump- es enjuiciado dos veces y, además, en el lapso de un año. Se le acusa de haber incitado a la insurrección contra el gobierno de la nación a una turba de nacionalistas blancos ligados a grupos terroristas domésticos que iban con la alegada intensión de secuestrar y quizás asesinar a líderes del Congreso -principalmente a Nancy Pelosi-, y colgar al vicepresidente Mike Pence; como lo dijeron los mismos insurrectos durante el asalto al Capitolio, a la vieja usanza de los linchamientos del Ku Klux Klan.
El llamado a la insurrección el jueves 6 de enero, instigado por el presidente a la turba para «luchar como el infierno» para revertir ilegalmente los resultados de las elecciones que perdió el 3 de noviembre de 2020, terminó por asombrar y enfurecer incluso a legisladores republicanos que han presenciado ante sus propios ojos, y los de la nación, la fragilidad de la histórica tradición nacional de transferencias de poderes pacíficas.
Hay quienes piensan incluso que algunos congresistas republicanos están aprovechando el momento para un ajuste de cuentas con el atribulado mandatario que se resiste dejar el puesto a sólo 6 días del ascenso de la nueva administración Joe Biden-Kamala Harris. Diez miembros republicanos de la Cámara de Representantes, incluida Liz Cheney, la congresista republicana número tres en lacadena de mando de la cámara baja, se unieron a los demócratas para acusar a Trump.
Ahora la propuesta del “Impeachment” o juicio político pasará al Senado para su consideración y eventual votación, aunque no está muy claro todavía cómo se desarrollará el juicio y si algún senador republicano votará para condenar al mandatario. Pero el líder de la mayoría republicana en la cámara alta, Mitch McConnell, quien controla la agenda en el Senado, ha dicho que no programará una sesión del pleno sino hasta el 19 de enero, que podría ser el último día de McConnell como líder del Senado y es la víspera de la toma de posesión del nuevo gobierno (2021-2024).
Una vez que la vicepresidenta Kamala Harris tome posesión, lo que la convierte a su vez en presidenta del Senado, y cuando también tomen posesión los dos senadores demócratas que ganaron el 5 de enero en Georgia los dos escaños en juego del Senado, el líder demócrata de la cámara alta, Chuck Schumer asumirá el cargo como líder del Senado y determinará cómo se desarrollará el juicio contra Trump.
Con todo, hasta el momento lo que se sabe es que el juicio político no comenzará sino hasta después de que Trump deje la presidencia el 20 de enero. Pero si el Senado lo condenara, los legisladores podrían votar por separado sobre si descalificar a Trump para ocupar un cargo futuro.
El siguiente presidente del Senado, Charles Schumer dijo el miércoles que “No se equivoquen, habrá un juicio político en el Senado de Estados Unidos; habrá una votación para condenar al presidente por delitos y faltas graves; y si es condenado, habrá una votación para impedir a Trump volver a buscar un puesto de elección popular”.
Sólo se necesitará una mayoría de senadores para prohibir a Trump ocupar un cargo en el futuro, a diferencia de otras votaciones en las que hacen falta dos tercios de miembros del Senado■
Información de interés:
Nuevas grabaciones arrojan evidencia de que el asalto al Capitolio no fue espontáneo sino que fue planeado con meticulosa premeditación, muy probablemente asistida por desde adentro del Congreso representantes republicanos que están siendo investigados.
La representante demócrata de Nueva Jersey, por ejemplo, expiloto de helicóptero en el Ejército de EE UU, que luego perteneció brevemente al FBI, Mikie Sherrill declaró a la televisión que el 5 de enero ella presenció con sospecha la presencia de un grupo inusualmente grande de “turistas” en el Capitolio, cuando desde hacía meses estaban prohibidas las visitas a ese recinto por la pandemia de covid-19.
Ahora Sherrill y otros 30 congresistas han solicitado información sobre cómo es que un número inusual de turistas visitaron el Capitolio el día antes de que los partidarios de Donald Trump arrasaran el edificio, algunos con una familiaridad aparentemente extraña acerca de la ubicación de las oficinas de los líderes del Congreso.