Por Heidi de Marco
Delano, California.
Daisy León intenta quedarse quieta y leer las letras en la tabla optométrica. Sus respuestas son algo confusas.
“¿Ves estas letras?”, le pregunta el optometrista, Jolly Mamauag-Camat. “Umm, sí”, dice Daisy, con una voz inaudible.
La niña de 6 años tuvo su primer examen de vista hace pocos días. Aunque no se había quejado de dolores de cabeza o visión borrosa, su abuela notó que se acercaba mucho a la pantalla cuando miraba la televisión.
Después de los intentos fallidos de Daisy por leer la tabla optométrica, Mamauag-Camat examinó los ojos de la niña a través de un aparato y le recetó anteojos.
Al menos el 20 por ciento de los niños en edad escolar en Estados Unidos tienen problemas de visión. Pero según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), menos del 15% tiene un examen de la vista antes de empezar el jardín de infantes.
Debido a que los problemas de visión tienden a empeorar cuanto más tiempo pasan desapercibidos, muchos niños sufren, a pesar que en general existen soluciones simples y relativamente económicas, como anteojos de aumento.
La mitad de los estados y el Distrito de Columbia requieren exámenes para niños en edad preescolar, según el National Center for Children’s Vision & Eye Health. Pero California no tiene ese requisito, dijo Xuejuan Jiang, profesor asistente de investigación en oftalmología en la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California. El estado los requiere para niños más grandes.
“El sistema en California no es tan bueno como debiera”, dijo Jiang.
En gran parte del Valle Central de California, donde aproximadamente 1 de cada 5 personas vive en situación de pobreza, dos distritos escolares están trabajando con dos organizaciones sin fines de lucro, el Centro Avanzado para el Cuidado de la Vista y OneSight, para brindar atención visual a los niños desatendidos y sin seguro del condado de Kern.
Muchos de los más necesitados son hijos de trabajadores agrícolas.
“Somos una comunidad que depende de la agricultura”, dijo Linda Hinojosa, coordinadora de servicios de salud para el Distrito Escolar Unido de Delano. “La mayoría de nuestras familias cosechan uvas 12 horas al día, con un tiempo muy limitado para llevar a sus hijos a un examen de la vista”.
El programa, financiado por organizaciones sin fines de lucro y los distritos escolares, opera cinco clínicas escolares en Bakersfield y Delano. Los estudiantes reciben exámenes completos de la vista y anteojos, junto con transporte gratuito. Y desayuno.
La mayoría de los niños que visitan las clínicas tienen cobertura a través de Medi-Cal, el programa de Medicaid en California para personas de bajos ingresos.
Alexander Zahn, director de desarrollo comercial del Centro Avanzado para el Cuidado de la Vista dijo que no hay costos de bolsillo para los exámenes visuales y los anteojos, ni para los niños que no tienen seguro.
Casi la mitad de los estudiantes a los que se examina necesitan anteojos.
“La necesidad era muy evidente en el Valle Central”, dijo Zahn. “Sesenta dólares para un examen de la vista y 80 dólares para anteojos podrían ser la diferencia entre cenar un par de días a la semana”.
Daisy se encontraba entre los 12 estudiantes que fueron en autobús al Centro de Visión del Distrito Escolar Unido de Delano, adyacente a la Escuela Pioneer, una primaria con aproximadamente mil estudiantes. Casi todos los estudiantes de Pioneer son hispanos y alrededor de tres cuartos califican para almuerzos gratis.
Estudiantes de todas las escuelas primarias visitan la clínica. Desde su apertura en 2018, la clínica ha realizado 961 exámenes de la vista y recetado 517 pares de anteojos.
Para Daisy, cuyos padres son trabajadores agrícolas, la clínica ha sido de gran ayuda.
“Se pasan el día podando en los campos”, dijo Guadalupe León, la abuela de Daisy. “No pueden darse el lujo de tomarse días libres”.