La reforma migratoria a pedazos

Carmen Lima, de 13 de edad y Jennifer Martínez, de 16,confrontan a John Boehner en un restaurante de Washington, DC. donde le preguntan por la reforma de migración.

Carmen Lima, de 13 años de edad y Jennifer Martínez, de 16, confrontan a John Boehner en un restaurante de Washington, DC. donde le preguntan por la reforma de migración.

Marco Vinicio González

Noticiero Latino, Nueva York

La lucha por la reforma migratoria toma un nuevo giro al cuarto para las doce. El presidente Obama accede a la última escusa de los republicanos para oponerse llevar a conferencia el proyecto del Senado S 744, el de la Cámara, HR15 o cualquier otro, y proponen que mejor hay que sacar adelante dicha reforma por pedazos, en lugar de aprobar un paquete integral.

Pragmático y optimista como suele ser, en una entrevista con The Wall Street Journal Obama dijo entender que hay sospechas sobre la efectividad de una reforma integral, pero que “si los republicanos quieren partir la reforma en cinco pedazos” él no tiene inconveniente, “siempre y cuando todas las piezas se completen” o conviertan en ley.

Hoy The New York Times publica un amplio reporte sobre la presunta gran división que existe entre los latinos y sus defensores que exigen como requisito indispensable que dicha reforma tenga una ruta a la ciudadanía, y quienes no les importa tanto esto sino tener documentos para viajar y trabajar.

El director de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y del Caribe, Oscar Chacón declaró por ejemplo al Times, que “para muchos latinos la ciudadanía no es una prioridad… Lo que a ellos realmente les importa, -dijo- es una solución que les permita sobreponerse a su gran vulnerabilidad”.

Y en una entrevista con la cadena Univisión el congresista demócrata por Illinois, Luís Gutierrez, campeón de esta causa por la legalización de 11 millones de indocumentados, declaró ayer: “A mi no me importa si nos quieren dar el postre antes de la ensalada, con tal que nos den el menú completo”.

En tanto, continúan las huelgas de hambre por la la reforma migratoria y la reunificación de las familias en diversas ciudades del país, así como las protestas de los dreamers, un grupo de los cuales le llevó ayer serenata al vocero de la Cámara baja, John Boehner, plantándose frente a la puerta de su casa todavía a oscuras para pedirle que reconsidere y permita la votación sobre la reforma migratoria porque todavía hay tiempo legislativo, impidiéndole al poderoso político poder ir a tomar su desayuno favorito donde algunos de estos jóvenes lo interpelaron hace días. Desee luego, hubo arrestos de ‘soñadores’.

La pelota se halla ahora en la cancha de los republicanos, quienes quieren la reforma migratoria a pedazos, y su respuesta es más o menos predecible, si atendemos a las múltiples voces que le anticipan una muerte segura, por lo menos en lo que resta de este año.

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