Ante los millones de rezagos en las cortes de asilo político y la crecida presión por la ola de nuevos inmigrantes que tocan las puertas en la frontera sur, el gobierno de Biden ha tomado medidas especiales. Las autoridades federales han dado mayor poder de decisión a los agentes fronterizos y a los fiscales en las cortes de Inmigración. Dichas medidas fueron calificadas de agridulces por la especialista Ariadna Rentería en nuestro programa Línea Abierta.
“Las cortes migratorias están rebasadas. La última evaluación es de dos millones de casos rezagados. Uno e los avances que se logró el año pasado, de hecho, es que los oficiales de Inmigración en la frontera tengan la posibilidad de decidir asilos en la frontera. Eso es bueno y es malo, porque asegura que el sistema evalúa los casos, pero también tenemos a un sistema que o sabemos que tan benigno va ser, un oficial de Inmigración al evaluar los casos en la frontera. Entonces, es bueno porque se asegura que los casos van a ser revisados; pero no sé qué tan bueno, en el sentido de qué tan bien esté entrenado el personal, y con qué perspectivas son entrenados; si son con una perspectiva humanitaria, o con una perspectiva de enforzar la ley. Si es una perspectiva humanitaria un podría esperar mucho más entendimiento de las situaciones y que permitan a los individuos el ingreso. Si es una perspectiva restrictiva, uno pudiera pensar que van a recibir muchos casos de manera negativa. Ese es el avance, que al menos se trató de poner más personal en la línea de fuego, para evaluar cientos de miles de personas que están esperando y seguirán esperando en la frontera. Para las personas que entran e Estados Unidos, después tienen todos los problemas de asentarse en el país. Y una de las cosas que se estaban tratando de hacer, es tratar de agilizar los sistemas en la corte; y al utilizarlos se utiliza un sistema que se llama ‘usar el poder discrecional’, del que el fiscal o el abogado de migración para decidir qué casos efectivamente se quedan en la corte, o qué casos son desechados de la corte, y al individuo se le permite salir de ese sistema y perderse en la gran inmensidad. Lo que está haciendo esta administración muy puntualmente es devolverle ese poder discrecional a los abogados de inmigración, que básicamente tienen un sistema para evaluar qué casos son prioritarios y qué casos realmente deben ser empujados en el sistema de la corte. Muchos casos de asilo son resueltos antes de que la persona llegue a enfrentarse a un juez; a través de arreglos que se hacen entre los abogados que representan al solicitante, y los abogados que representan al gobierno. Pero es un avance que los abogados de inmigración tienen esa fortaleza ahora institucional para decidir qué casos se quedan o no”•