La crisis de la vivienda en los Estados Unidos no es nueva. Antes de la pandemia entre el 10 y el 15 por ciento de las familias ya tenían inseguridad en la vivienda. Si a eso le agregamos más de 20 millones de desempleados, la situación se complica y aún más para los latinos. Según un estudio nacional del Instituto de Política Social de la Universidad de Washington en St. Louis, enfocado en familias de ingresos bajos y moderados encontró que:
- El veinte por ciento de los propietarios latinos no pagaron el monto total de su hipoteca, durante la pandemia de COVID 19. Casi el doble que otros grupos étnicos.
- Uno de cada cinco propietarios latinos se saltó una factura o la pagó tarde.
Además, históricamente los inquilinos de bajos o moderados recursos a veces gastan más de la mitad de sus ingresos sólo en vivienda, y la pandemia ha exacerbado esta crisis.
Sobre esta crisis, el periódico The New York Times tiene una columna donde apoyados en expertos abogados y organizaciones comunitarias señalan 10 pasos para prevenir un desalojo:
Actuar primero
Si ha perdido su trabajo o parte de sus ingresos, en lugar de evitar a su arrendatario hable con él. Abigail Staudt, abogada de Cleveland dice que «Muchos de ellos, no todos, son compasivos y están listos y dispuestos a trabajar con los inquilinos». De todos modos si no paga la renta muy pronto lo sabrá. Ser sincero puede dar sus frutos más tarde.
No te vayas
A menudo, los inquilinos reciben el primer aviso de un arrendador y desalojan su vivienda. Zach Neumann, fundador del Proyecto de Defensa contra el Desalojo Covid-19, de Colorado, dice que en la mayoría de las áreas no tiene que mudarse hasta que le hayan notificado legalmente y llegue un agente policiaco a proceder con el desalojo. Esto le da tiempo para que encuentre una solución que no requiera dejar su vivienda.
Obtén ayuda legal
El simple hecho de contratar a un abogado puede hacer que los propietarios sean más propensos a negociar. Incluso si no puede evitar el desalojo, un abogado puede negociar más tiempo para que encuentre otro lugar. Una organización llamada Just Shelter tiene un mapa nacional con enlaces de organizaciones locales que lo pueden ayudar.
Revisa las reglas
Según dónde viva y los detalles de la hipoteca de la propiedad que ocupa, es posible que esté protegido contra el desalojo, al menos por ahora. Algunos propietarios que han puesto sus hipotecas en suspenso no pueden desalojar a los inquilinos mientras también ellos han suspendido sus pagos.
La Coalición Nacional de Viviendas de Bajos Ingresos, creó una base de datos con enlaces que lo pueden ayudar. Algunos funcionarios estatales y locales han establecido sus propias restricciones de desalojo. Puede consultarlos en los sitios de Eviction Lab y Regional Housing Legal Services.
Busca ayuda externa
Existen programas de asistencia para el alquiler, aunque por la alta demanda algunos se han agotado. De todas formas, no está de más insistir La Coalición Nacional de Vivienda de Bajos Ingresos mantiene una lista de programas en su sitio web.
El sociólogo de la Universidad de Princeton, Matthew Desmond, fundador de Just Shelter y Eviction Lab, mientras investigaba para escribir su libro «Evicted» o «Desalojado: Pobreza y Ganancias en las Ciudades Americanas» en español. El libro le valió el Premio Pulitzer de 2017. Le sugiere este par de consejos:
Primero: haga un plan sobre a dónde podría ir si pierde su vivienda. Con suficiente anticipación, pídales ayuda a familiares y amigos.
Segundo: quédese en su hogar actual mientras pueda legalmente. «Es mejor que esperes a que venga el sheriff y te obligue a salir», dijo.
Esté atento a los cambios
Nadie sabe lo que sucederá en Washington. Muchos legisladores están de acuerdo en que es necesario otro paquete de ayuda, pero nadie sabe cómo será y cuándo llegará.
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