Hoy los mexicanos en México y en el exterior se preparan para conmemorar la efeméride por excelencia, grabada con sangre en la memoria colectiva, que a la matanza del 68 suma esta nueva afrenta de Ayotzinapa. Como todos los años, decenas de miles inundarán las calles de México y otras ciudades rechazando un destino marcado por la impunidad de sus gobernantes.

También se analizaron las violaciones contra los migrantes que cruzan por territorio mexicano en su paso hacia Estados Unidos, “incluidas las implicaciones del éxodo continuo de jóvenes, niños y niñas migrantes desde Centroamérica y la región andina, y su trato y detención injusta”.

Para demostrar que lejos de desvanecerse este hecho que llena de sangre y debería llenar de vergüenza al Estado mexicano, el reclamo ciudadano permanece vivo en la memoria de la gente ya no sólo de México, sino allende sus fronteras, como lo demostraron marchas en diversas partes del mundo.

Cuenta Vidulfo Rosales, del Centro Tlachinollan y representante legal de dichos familiares de los 43, que por el contrario el gobierno federal mexicano presentó en la reunión una lista de seis compromisos, “insustanciales” y redactados de forma unilateral.