Aunque el presidente Obama prometió una acción ejecutiva en migración para el verano, postergó cualquier anuncio hasta después de las elecciones de noviembre.

La 187 negaba todo servicio también a los hijos estadunidenses de padres indocumentados.

Por otra parte, reciente encuesta de USC Dornsife y el periódico Los Angeles Times destaca que tres de cada cuatro electores de California apoyan un camino a la legalización de los 12 millones de inmigrantes, pero se dividen casi a la mitad cuando se trata de apoyar que se queden en el país los menores centroamericanos que migraron sin compañía en los últimos meses.

Al no poder demostrar que corren riesgo de manera personal en sus comunidades, la mayoría de las familias son divididas, con algunos miembros deportados y otros en centros de detención. Quienes son expulsados a la frontera no conocen a nadie y carecen de recursos.

Sin embargo, las últimas cifras publicadas por el Servicio de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos (USCIS) reflejan que sólo 22 mil 21 jóvenes de este estado han sido aprobados desde finales de 2012, en comparación con 553 mil 197 en todo el país.

“Bueno para ellos ha sido muy difícil estar lejos de su papá, y mi niña de cinco años, ella siempre dice que quiere que su papá la abrace, porque como muchos sabemos sólo podemos visitarlo y hablar con él por teléfono, no es directamente en persona, y entonces ella dice que quiere un abrazo de su papá…”, dijo a Línea Abierta Verónica Noriega. Ramón Mendoza Pascual, su esposo, a su vez organizó y protagonizó una prolongada huelga de hambre en ese centro de reclusión, por lo que fue severamente sancionado, deploró la mujer.

Esa noticia le hado un respiro a la Casa Blanca y a estados como Arizona quienes ya no están recibiendo en albergues a menores provenientes de Texas donde no había espacio para tantos.