A esto se suma el asesinato del líder del Partido Acción Nacional, PAN, en esa entidad, que tampoco ha sido esclarecido.

Recientemente él mismo había revelado que su hijo fue levantado por un grupo de la delincuencia organizada, pero no presentó ninguna denuncia por ello.

Quienes deciden abandonar su lugar de origen sólo están en la búsqueda de una mayor felicidad, una mejor calidad de vida, la reunificación familiar o protegerse de la violencia, por lo que no merecen ser tratados como malhechores, ni mucho menos victimizados por la delincuencia.

Porque la violencia que afectan a Michoacán, uno de los principales productores del cítrico, ha provocado la baja de producción en Colima, lo que han ocasionado no sólo la afectación en los bolsillos de mexicanos sino que ha convertido al limón en un botín para delincuentes.