El clorpirifos se usa para controlar las plagas en una variedad de cultivos, como alfalfa, almendras, cítricos, algodón, uvas y nueces. Su uso ha disminuido en la última década debido a que los productores de California han optado por alternativas más seguras.

«Durante años las compañías químicas como Dow han engañado y persuadido a la EPA para que se apoye en estudios de bajo rigor científico y mantenga en el mercado pesticidas dañinos, incluido el clorpirifós”, dice Earthjusice.