Estados Unidos en sentido inverso a las leyes internacionales sobre el aborto

En Chicago, la marcha de las mujeres en apoyo al aborto. Foto: Twitter.

En Chicago, la marcha de las mujeres en apoyo al aborto. Foto: Twitter.

La Suprema Corte de Justicia estadunidense, de súper-mayoría republicana con tres de sus seis jueces derechistas designados por Trump, considerará próximamente escuchar un caso de aborto que desafía a una ley de Mississippi, que prohíbe la mayoría de los abortos después de 15 semanas. El máximo tribunal parece pues estar dispuesto a socavar y quizás anular Roe v. Wade, la decisión judicial que estableció el derecho constitucional al aborto en 1973 y que prohibió a los estados impedir el procedimiento antes de la viabilidad fetal, dice expertos. Mientras, el mundo parece caminar hacia leyes menos restrictivas al aborto.

De la redacción

Cuando la Corte Suprema de la nación escuche este otoño los argumentos de un caso de aborto en Mississippi, considerará los relatos de las prácticas internacionales. Porque los conservadores en Estados Unidos a menudo miran con cautela las leyes extranjeras sobre el tema.

Como se sabrá, la opinión pública seña al máximo tribunal de la nación de haberse convertido en una corte partidista, y una encuesta realizada por Gallup el mes pasado encontró que sólo el 40 por ciento de los estadunidenses aprobaron el trabajo que estaba haciendo dicha corte, la tasa más baja desde 2000 cuando Gallup planteó por primera vez la pregunta.

De modo que «Desde Bush v. Gore, la percepción pública de la legitimidad de la corte no parecía tan seriamente amenazada», dijo en conferencia de prensa Irv Gornstein, director ejecutivo del Instituto de la Corte Suprema de Justicia de Georgetown, refiriéndose a la decisión de 2000 en la que los jueces, divididos en líneas ideológicas entregaron la presidencia a George W. Bush, reporta The New York Times.

Y es que la percepción pública tiene razones para pensar en la parcialidad de la Corte Suprema, pues como se ha podido observar la mayoría conservadora de la corte rechazó también las políticas de la administración Biden sobre asilo y desalojos, y permitió que entrara en vigencia una ley de Texas que prohíbe la mayoría de los abortos después de seis semanas de embarazo”, cuando muchas mujeres suelen no darse cuenta siquiera de que están embarazadas.

“En la decisión de Texas, que fue tanto de procedimiento como de enorme trascendencia, el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts se unió a los tres demócratas disidentes”, afirma la fuente. En una serie de recientes apariciones en los medios de comunicación televisados varios jueces conservadores de la Suprema han insistido en que sus fallos “no están contaminados por la política”, y que este tribunal “no está compuesto por un montón de hacks partidistas».

La última vez que el máximo tribunal escuchó argumentos en persona sobre el aborto fue hace más de 18 meses, en un caso que impugnaba una ley restrictiva del aborto en Luisiana, que reportamos aquí oportunamente. En esa ocasión antes de morir la jueza Ruth Ginsburg formó parte de la mayoría de cinco jueces que derogaron dicha ley.

Por su parte, el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts votó entonces con los cuatro miembros del ala liberal de la corte en ese caso y, ahora, más de un año después votó con los tres liberales restantes en desacuerdo en el caso del aborto en Texas.

Entre tanto, la corte Suprema dominada por los conservadores de derecha escribió en un informe que quienes desafían la ley de Mississippi son adversarios de la nación. «Estados Unidos se encuentra en compañía de China y Corea del Norte como algunos de los únicos países que permiten abortos electivos después de las 20 semanas de gestación», dice el informe.

El escrito agregó que las tendencias internacionales recientes han sido hacia un acceso más fácil al aborto, “con más de 50 países liberalizando sus leyes en los últimos 25 años”. México por ejemplo acaba de despenalizar el aborto hace unas semanas, así como otra media docena de países latinoamericanos. De modo que anular Roe v Wade «pondría a Estados Unidos en compañía de países como Polonia y Nicaragua, como uno de los pocos países que se están moviendo hacia mayores restricciones al acceso legal al aborto en los últimos 20 años».

Entre tanto, una inmensa marea de mujeres, similar a la que protestó contra Trump al día siguiente de su toma de posesión como presidente, marcharon este fin de semana inundando las calles y plazas de las principales ciudades de Estados unidos para con lema: “No dejes que Estados Unidos siga el camino de Texas”.

Y en California, este sábado las manifestantes inundaron las calles de San Diego, Eureka, San José, Riverside, Sacramento y varias otras ciudades del estado, que es muy diferente al de Texas y al de gran parte del resto de la nación. Porque California alberga más de una cuarta parte de las instalaciones de aborto del país, y muchas han estado tratando a pacientes de Texas desde que entró en vigencia la nueva ley. Mientras tanto, los médicos de California han estado volando fuera del estado para proporcionar abortos a las mujeres texanas■

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