Investigadora inmigrante en un laboratorio de la Universidad de Queensland en la búsqueda de una vacuna contra el Covid-19. Foto: South China Morning Post.
De la redacción
Uno de los últimos o más recientes reveses sufridos en tribunales por la administración Trump sucedió este martes cuando el juez federal de Distrito en California, Jeffrey White bloqueó los intentos del gobierno federal saliente, de frenar las visas de trabajadores extranjeros altamente calificados, o H-1B, lo que habría afectado a un tercio de las solicitudes del programa.
El juez White encontró que la administración Trump «no se tomó el tiempo suficiente para considerar cambios o buscar comentarios públicos sobre las reglas”, lo que dificulta a las empresas obtener empleados extranjeros altamente calificados, «y aumenta los salarios que los trabajadores H-1B deben recibir», reporta Político.
La Asociación Nacional de Fabricantes (NAM), que se sumó a una demanda que reta legalmente las nuevas restricciones del gobierno federal, declaró en un comunicado: «Ahora más que nunca necesitamos innovadores altamente calificados, y la administración Trump intenta imponer estas reglas sin considerar adecuadamente el impacto en miles de personas, con consecuencias devastadoras en este momento crítico de nuestra historia».
Grupos empresariales que también han desafiado las medidas de Trump aplaudieron la decisión del juez White, y criticaron al presidente, “que utiliza la pandemia del coronavirus y el alto desempleo como justificación para frenar rápidamente la inmigración legal». Y agregan que “Es probable que la decisión, que es vinculante en todo el país, tenga consecuencias de gran alcance, para las administraciones futuras».
En su análisis del fallo, Stuart Anderson escribe para Forbes: «El hecho de no hacer que estas regulaciones H-1B sean permanentes significa que será mucho más fácil para las futuras administraciones adoptar políticas más neutrales o incluso acogedoras hacia los extranjeros altamente calificados, incluidos los estudiantes internacionales».
En su sitio web, NAM dice ser la mayor del ramo en Estados Unidos, y que “representa a pequeños y grandes fabricantes de todos los sectores industriales de los 50 estados… emplea a más de 12.2 millones de hombres y mujeres trabajadoras, y aporta 2 mil 350 millones de dólares a la economía de este país.
Anualmente dicha industria manufacturera “tiene el multiplicador económico más grande de cualquier sector importante y representa el 62 por ciento de la investigación y el desarrollo del sector privado”. Además, “es la voz poderosa de la comunidad manufacturera y el principal defensor de una agenda política que ayude a los fabricantes a competir en la economía global y crear empleos en Estados Unidos”■
