Se acerca el fin de la certificación electoral en Pensilvania y Míchigan

De la redacción

Hoy tres estados anuncian el resultado del recuento de los votos, tras las demanda de Trump que ya habían sido contados y que le habían dado el triunfo al presidente electo, Joe Biden, quien hasta el momento se alza con 306 de los 270 votos electorales necesarios para ganar la Casa Blanca, dejando al mandatario saliente con apenas 223 de estos votos y sin posibilidades legales que puedan revertir los resultados.

No aceptar su derrota no sólo es reprobable por parte de Trump, de quien sin embargo se esperaba esta conducta ilegal que había ‘telegrafiado’ con bastante anticipación, sino que debiera ser bochornoso también para el Partido Republicano y sus miembros insertados en el aparato de Estado (Casa Blanca, Congreso, Gabinete), reacios a decirle de una vez por todas al presidente Trump que conceda ya la elección que perdió ante Joe Biden y detenga la lista de demandas “frívolas” y “sin sustento legal”, como las han calificado las cortes que las han rechazado antes siquiera de considerarlas como un caso digno de ser litigado.

Vele hacer aquí algunas excepciones entre los republicanos que se han desprendido públicamente de la presión de Trump, o sea un  puñado de ellos, como el senador republicano de Pensilvania, Pat Toomey, quien pidió a Trump que acepte ya el resultado. O sea, su derrota, y dé paso a la transición de poderes que ha venido operando sin este tipo de bochornoso comportamiento por más de 200 años. «El presidente Trump ha agotado todas las opciones legales plausibles para impugnar el resultado de la carrera presidencial en Pensilvania», dijo Toomey en un comunicado, en respuesta a la derrota de Trump en un tribunal federal de Pensilvania el sábado, y llamó a Biden presidente electo.

Como se pudo observar este fin de semana, las  presiones de Trump incluyen los más grotescos e ilegales métodos de seducción a los legisladores republicanos y las autoridades electorales encargadas de la certificación; como el haber invitado este fin de semana la Casa Blanca a dos legisladores de Michigan para “persuadirlos” de que impidan de alguna manera  la certificación.

Y es que Michigan y Pennsylvania certifican hoy el recuento de los votos, y Nevada lo hará el martes. En tanto, Arizona y Wisconsin tienen fechas límite para certificar sus respectivas elecciones la próxima semana. Esta mañana sin embargo, en Michigan el presidente electo, Joe Biden tenía una ventaja de 155 mil votos sobre Trump; más de 81 mil en Pensilvania, y más de 33 mil votos sobre su oponente en Nevada.

Trascendió que terminada la reunión en la Casa Blanca los congresistas de Michigan declararon a la prensa que respetarían el resultado del proceso electoral de ese estado, lo que se convirtió de hecho en otro duro golpe para las intenciones de Trump de perpetuarse ilegalmente en el poder, como hacen los dictadores.

Pero tras los cargos infundados de fraude electoral en Michigan y en otros lugares, los dos principales legisladores republicanos de ese estado dijeron aún no se les había informado de nada que pudiera cambiar el resultado de las elecciones. Y en un comunicado dado a conocer a los medios prometieron no interferir con el proceso de certificación.

¿Qué puede esperar el pueblo estadunidense? ¿Qué sigue?

El 30 de noviembre, que es el próximo lunes, toca a Arizona certificar su elección y a Wisconsin el 1 de diciembre. En ambos estados Biden ganó por un estrecho margen, de o.5 por ciento, o menos. Esto faculta al perdedor para solicitar el recuento de los votos, tal como hizo la campaña de Trump solicitando un recuento en dos condados de tendencia fuertemente demócrata y mayormete habitados por afroestadunuisense, que pusieron a Biden al frente en Wisconsin, con la falsa queja de que los demócratas impidieron a los observadores de la campaña de Trump supervisar el recuento.

Con todo, los estados están programados para dar los resultados o certificar sus respectivos procesos el 8 de diciembre. Luego los electores o miembros del Colegio Electoral encargados de la certificación emitirán sus votos en sus respetivas Legislaturas estatales el 14 de diciembre, votos que serán recibidos por el vicepresidente Pence el 23 de diciembre y luego el Congreso los contará el 6 de enero. O sea, antes del 20 de enero que es la toma de posesión del nuevo presidente Biden.

Se espera que la campaña de Trump continúe intentando demorar el mayor tiempo posible la certificación, presentando en muchos casos impugnaciones y apelaciones frívolas. Pero la presión de esta semana probablemente estará dirigida a quienes lo rodean, para que abandonen a Trump o lo convenzan de que haga a un lado su pelea, que con el paso de los días va siendo cada vez más inútil y ridícula■

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