De la redacción
La mayoría de los trabajadores no tienen seguro de salud y enfrentan oportunidades de empleo cada vez menores a causa de la pandemia de Covid-19. Pero la situación se agrava más cuando de se trata de trabajadoras domésticas, y peor aún si son mujeres inmigrantes negras, que se encuentran luchando no sólo contra una pandemia sino también contra la marginación social y el racismo institucionalizado en Estados Unidos.
Como se sabe, la pandemia de coronavirus alcanzó dos umbrales sombríos en elmundo: 10 millones de casos confirmados y 500 mil muertes, mientras que en Estados Unidos se confirmaron más de 2.6 millones de casos positivos y 128 mil decesos contados, con la reapertura de las economías.
De hecho, a partir del viernes 12 estados han registrado niveles récord en nuevos casos de Covid-19: Arizona, California, Carolina del Sur, La Florida, Georgia, Missouri, Montana, Nevada, Oklahoma, Tennessee, Texas y Utah.
Tal situación de pandemia ha llevado a muchas de estas trabajadoras domésticas inmigrantes negras a plantearse un grave dilema: escoger entre su situación financiera o cuidar su salud. Por cierto que estas empleadas casi nunca reciben en sus trabajos el beneficio de un seguro médico para ellas y sus familias.
Un nuevo estudio llamado “Trabajadoras domésticas inmigrantes negras en la época de COVID-19”, de la Iniciativa para Trabajadores Negros del Instituto de Estudios Políticos (IPS), en asociación con el programa We Dream in Black, de la Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas (NDWA), fue realizado del 19 de mayo al 6 de junio de 2020 entre 800 trabajadoras domésticas inmigrantes negras en tres lugares: Massachusetts, Miami-Dade y Nueva York.
En dicho estudio se encontró que las referidas trabajadoras son las más invisibles y vulnerables en Estados Unidos, y son también las más marginadas económica, social y políticamente. El 70 por ciento de ellas han perdido sus empleos o han recibido menos horas y salarios con la pandemia.
Hoy la publicación electrónica de Nueva York, The City, enlistó una serie de preguntas y respuestas frecuentes entre los trabajadores esenciales de la ciudad. Por ejemplo:
a) ¿Qué precauciones debería tomar mi jefe?
b) ¿Qué debo hacer si no me proporcionan el equipo de protección personal adecuado?
c) ¿Qué derechos tengo en el trabajo?
Algunas respuestas fueron estas, y son similares para otras ciudaddes y estados aparte de Nueva York:
- En Nueva York, por ejemplo, a partir del 12 de abril el gobernador Andrew Cuomo firmó una orden ejecutiva para que a los trabajadores esenciales se les proporcione sin cargo alguno máscaras cubre boca; que las empresas implementen reglas que faciliten el distanciamiento social de al menos seis pies; y respetar las pautas generales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, o CDC.
- Además, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) ha publicado una larga guía sobre qué lugares de trabajo deberían estar tomando precauciones para evitar la propagación del COVID-19.
- Si su empleador no le proporciona una cobertura facial, puede informarlo al Departamento de Trabajo del estado. Pero si tiene su propia máscara, úsela por su propia seguridad, pero su empleador no debe esperar que usted mismo se la proporcione.
Según una nueva ley aprobada este mes, los trabajadores del estado de Nueva York están legalmente protegidos contra la discriminación o represalias por parte de su empleador, por usar la licencia por enfermedad durante esta crisis. Eso significa que su jefe no puede despedirlo si falta al trabajo porque usted o un ser querido está enfermo, o porque usted es el cuidador principal de su hijo.
La referida encuesta también encontró que:
- Ccasi la mitad de las trabajadoras domésticas encuestadas (49%) temen buscar ayuda o recursos del gobierno federal, estatal o local debido a su estado migratorio.
- Pagan impuestos, pero no son elegibles para el paquete de alivio de coronavirus de 6 mil millones de dólares aprobado recién en el Congreso.
- Y aunque hay otras formas de ayuda disponibles, incluso aquellos con permisos de trabajo tienen miedo de aprovechar estos fondos y recursos de socorro, por la regla de “carga pública” del presidente Trump.
- Aproximadamente la mitad no tienen seguro médico y el 73% no han recibido equipo de protección personal (PPE) de sus empleadores.
- En Miami-Dade, uno de los puntos críticos de La Florida, donde los casos de coronavirus han aumentado recientemente, el 85% ciento de las trabajadoras domésticas informan que no tienen seguro.
- Una cuarta parte de ellas han experimentado o viven con alguien que ha experimentado los síntomas de COVID-19.
- En Massachusetts, donde los mandatos de distanciamiento social se han relajado en las últimas semanas, la mitad de las trabajadoras domésticas inmigrantes negras informan haber estado expuestas al virus.
- Los trabajadores de atención domiciliaria están en la primera línea de la pandemia en algunos casos, ya que los hogares de ancianos emergen como los principales puntos críticos para COVID-19.
- Las trabajadoras domésticas negras se enfrentan a los efectos continuos del racismo sistémico en Estados Unidos, un problema de larga data que ha resurgido en la conversación nacional después del asesinato policial de George Floyd. La industria en sí está arraigada en un pasado violento, con los primeros trabajadores domésticos como esclavos negros■