Signos de disminución de coronavirus en NY, opacados sin embargo por número de muertes

Una familia mexicana en Brooklyn sale a la puerta de su casa a recoger la comida que le dejó la Iglesia del Buen Pastor, porque esas personas no han podido salir a trabajar y están pasando hambre. Foto: Cinthya Santos.

Una familia mexicana en Brooklyn sale a la puerta de su casa a recoger la comida que le dejó la Iglesia del Buen Pastor, porque esas personas no han podido salir a trabajar y están pasando hambre. Foto: Cinthya Santos.

De la redacción

Unas de las más reciente cifras de casos de COVID-19 en Estados Unidos hasta el 12 de abril era de 555 mil 327 casos confirmados, y 22 mil 56 personas habían muerto. El fin de semana se registraron 2 mil decesos más en un solo día, rebasando a Italia en este registro fatal.

Vale anotar que las cifras de casos y muertes, por lo menos en Nueva York se cuentan sólo en los casos y muertes registrados en hospitales; y que como dijimos el viernes en este mismo espacio informativo, en general los muertos en sus casas no son contados. Sobre todo si se trata de los inmigrantes, latinos mayormente, y en los vecindarios pobres de la ciudad de Nueva York; menos aún si éstos son indocumentados.

En el estado de Nueva York, que es el epicentro de los casos y las muertes por coronavirus en el país, 8 mil 236 nuevas personas dieron positivo, llevando el total a 195 mil casos confirmados, y 10 mil rebasaron los 10 mil decesos; 758 en sólo el domingo. Además, 189 nuevos pacientes fueron ingresados en unidades de cuidados intensivos, lo que eleva el total en este rubro a 5 mil 198; más otros 110 pacientes fueron entubados, para un total de 4 mil 449 en el estado. No obstante, hubo sólo 53 nuevas hospitalizaciones, el número más bajo desde que comenzaron estos registros.

Pero la cifra de muertos en el estado se repitió por tres días consecutivos, en un rango de entre 730 y 758 decesos, lo que hizo abrigar un rayo de esperanza al gobernador Andrew Cuomo, en que de continuar las muertes sin salirse de este rango espantoso, por dos o tres días consecutivos más, dijo, podrá comenzarse a pensar que la curva pandémica entra en una trayectoria plana, se estabiliza, y eventualmente tendería a disminuir.

Otros indicadores poco más positivos, dijo Cuomo en su conferencia de prensa de ayer, es que continuando con el patrón de la semana pasada, incluso cuando cientos de personas murieron diariamente, las tasas de hospitalización y otros datos sugirieron que la propagación del virus había disminuido. Pero esto puede ser un espejismo, porque la infección viene por oleadas, dijeron científicos, y ahora disminuye y más tarde vuelve a azotar con otro latigazo de la muerte. En todo caso, los médicos prefieren pensar con cauteloso optimismo.

En tanto, el gobernador Cuomo emitirá una orden ejecutiva que ordene a los empleadores proporcionar sin cargo alguno para los trabajadores esenciales, máscaras que sean usadas y pantallas de plexiglás ubicadas en cajas de cobro y mostradores cuando los empleados interactúen directamente con el público.

La ciudad de Nueva York, epicentro del epicentro nacional

Hoy el aire de la ciudad amaneció más crispado que de costumbre, con el aullido de las sirenas de las ambulancias azuzado por los fuertes vientos, sin darnos tregua.

De todos los casos de coronavirus confirmados en el país, 103 mil 208 estaban en los hospitales de la ciudad de Nueva York, donde se reportaron 4 mil 900 nuevos casos positivos ayer domingo, aunque con mil 862 personas dadas de alta.

Sin embargo, los casos de COVID-19 en esta ciudad alcanzaron los 104 mil 410 confirmados, con 27 mil 676 hospitalizaciones, y las muerte llegaron a ¡6 mil 717!, según The New York Yimes, aunque otra fuete dice que son 6 mil 898. En todo caso, son más de dos veces que las muertes del 11 de Septiembre de 2001 (el 9/11), consideradas una tragedia que desató una enérgica respuesta oficial, a nivel nacional.

No obstante, todos estos datos están sujetos a constantes cambios, y sobre todo a partir de que comiencen a contarse con mayor precisión los casos y las muertes que están ocurriendo, ignoradas hasta el momento, en los hogares.

Hasta la semana pasada, sin nuevas indicaciones, los latinos eran el grupo social que más estaba muriendo porcentualmente. El cuadro es así: 22.8 por ciento de latinos; 19.8% de afroestadunidenses; 10.2% de blancos y 8.45% de asiáticos.

Las imágenes de la televisión describen un cuadro de auténtico desastre, con doctores (as) y enfermeras (os), y personal de hospitales corriendo sin parar de arriba abajo sin descanso por los pasillos de los hospitales para atender a los enfermos que a cada segundo está empeorando y tienen que ser trasladados a las unidades de cuidados intensivos o ser entubados. Y en esos asilos se puede observar a muchas camillas con cadáveres metidos en bolsas de plástico esperando ser trasladados a las morgues.

Los trabajadores que usan equipo de protección personal entierran cuerpos en una trinchera en Hart Island, El Bronx, NY, el 9 de abril. FOTO: https://www.buzzfeednews.com.

Por cierto que el viernes NBC transmitió una imágenes de grandes excavadoras abriendo grandes zanjas en la tierra de un terreno en Hart Island, El Bronx, Nueva York, donde estaban enterando cientos de ataúdes con cuerpos de personas que en vida fueron infectados de coronavirus. Luego eran cubiertos con tierra y cemento. Algunos vecinos han comenzado a protestar, por no querer lo que consideran un potencial fc de infección que pueda salirse de control e infectar a la comunidad.

Se sabe además de familias mexicanas cuyos seres queridos que han muerto a causa de la pandemia de COVID-19, han querido enviar sus restos a México. Como el de una familia que quiso enviar a su Puebla natal el cuerpo sin vida de un padre de familia, porque su familia allá no lo había visto en muchos años y querían despedirse de él, y darle sepultura de acuerdo a sus costumbres religiosas cristianas. Pero las autoridades sanitarias mexicanas lo impidieron, con el argumento de que era muy peligroso pues podía ser un foco de propagación del contagio.

Y algo que por el cúmulo de nuevos y cambiantes datos que están ocurriendo, y que por tanto no se había mencionado en este espacio, es lo que se ha vuelto una costumbre en las últimas semanas en la ciudad de Nueva York. Resulta que todos los días a las 7 de la tarde en punto, en los pasillos de los hospitales el personal administrativo y módico o enfermeras, camilleros, paramédicos de ambulancias o quienes se hallen en ese momento en el hospital, así como en las calles, paran sus actividades y comienzan a aplaudir y a echar porras y gritos de aliento para los trabajadores de la salud, en reconocimiento a su importantísima e infatigable labor, a veces de dos y más turnos seguidos, en la exponen su vida propia para salvar a la de os otros que atestan los hospitales. Como una muestra de respeto y admiración, y sobre todo de cariño. Y en los edificios de la ciudad, a las 7 pm se abren espontáneamente las ventanas, y asoman las cacerolas y sartenes, o los objetos que hacen ruido y la gente comienza a tañerlos y hacer ruido con ellos, a echar porras, para sumarse al agradecimiento popular hacia los trabajadores de la salud.

En otro renglón del tema, la gran pregunta en Nueva York, y eventualmente en el país, es cuándo el estado se volverá a la normalidad; o mejor dicho a la nueva normalidad, porque ya nada, dicen, volverá a ser como antes Y para apoyar el efecto de la pandemia en el estado de Nueva York, el gobernador Cuomo está pidiendo al gobierno federal 500 mil millones de dólares más, aparte de lo que le corresponde del paquete de ayuda por el coronavirus que hace dos semanas el Congreso pasó, fue firmado por el Presidente y se halla enredado en las telarañas burocráticas de la administración, pues no termina por legar a su destino.

Además, la apertura de las escuelas es un tema en el que el alcalde Bill de Blasio y el gobernador de Nueva York siguen sin ponerse muy bien de acuerdo; porque tanto de Blasio como el canciller del sistema escolar más grande de la nación, Richard Carranza piensan que tal vez los estudiantes deberían regresar a clases en septiembre, mientras que Cuomo dice que no se sabe cuándo todavía. Que todo dependerá del progreso en el combate al coronavirus, y que no ordenará la reapertura hasta estar 100% seguro de que no hay riesgo de rebrote.

Estas son a grandes rasgos y por el momento las nuevas cifras de la pandemia en Nueva York■

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