Los ataques de Trump, ¿terminarán algún día?

Este es el huracán Dorian hace 24 horas, cuando estaba en formación y antes de enfilarse hacia las costas de La Florida. Foto: Daily Express.

Maribel Hastings                                                                                                                                 San Juan, Puerto Rico

¡Wow! Otro día para que Donald Trump destile mentiras y estupideces. ¿Terminará algún día?

La anterior es una variante del cretino tuit de Trump ayer, al preguntarse si los fenómenos atmosféricos terminarán algún día cuando dijo: “Wow. Otra gran tormenta se avecina a Puerto Rico. ¿Terminará algún día?”.

Claro está que un presidente que rechaza la ciencia y el cambio climático no puede entender que los huracanes han estado y estarán por siempre y que precisamente gracias al calentamiento global del que tanto se burla serán cada vez más intensos y frecuentes.

Es como si se quejara de los huracanes en La Florida, de los terremotos y fuegos en California, de las intensas nevadas en el noreste de Estados Unidos, de los tornados en los estados que conforman el Tornado Alley.

Pero lo más truculento es que mientas la tormenta Dorian se encamina hacia Puerto Rico, que todavía no se recupera de los estragos del huracán María de hace dos años, Trump decida desviar 271 millones de dólares en fondos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), incluyendo 155 millones de dólares para respuesta en casos de desastre de la agencia de protección al medio ambiente, FEMA, para destinarlos a la frontera sur; específicamente para ampliar el espacio de sus deplorables centros de detención de migrantes y para establecer centros temporales de audiencias de asilo para los migrantes que ha forzado a esperar en México con el cruel objetivo de que se cansen y retornen a sus países de origen.

¿Sorprendente? En lo absoluto. ¿Vergonzoso? Totalmente.

En el caso de Puerto Rico, nos tildó de “malagradecidos”, y en un tuit previo dijo un sinnúmero de mentiras como que Puerto Rico recibió 92 mil millones de dólares tras “María”, aunque en realidad se destinaron 42 mil millones; y de esa cantidad, más o menos 13 mil millones han llegado a la Isla hasta el mes de mayo. Tampoco la cifra rompe récords, como dijo Trump, pues diversos reportes concluyen que ese récord de costo lo tiene el huracán Katrina en 2005.

También acudió a Twitter para tildarnos de “corruptos”, como si el pueblo fuera culpable de las malas acciones de unas cuantas manzanas podridas. Este pueblo es resistente. Sobrevivió dos huracanes continuos en 2017 y la crisis económica resultante de la que todavía no se levanta; aun así, se lanzó a las calles este año para exigir la renuncia de un gobernador y condenar la corrupción que ahora Trump nos achaca a todos. Pero si de corrupción se trata, como dice el dicho, «el burro hablando de orejas».

Aparte de desviar fondos de emergencia en casos de desastre en el pico de la temporada de huracanes (Ojo Florida), Trump prosiguió con su cruzada de crueldad contra migrantes, minorías y sectores más vulnerables. Ayer trascendió que eliminó una protección que evita la deportación mientras los migrantes o sus familiares estén recibiendo tratamiento médico de vida o muerte.

Otro día, otro ataque de Trump a la decencia y los valores. ¿Terminará algún día?

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