Anuncia Trump cambios a la ley que protege la vida silvestre para facilitar actividad extractiva

De la redacción

Concreta la administración Trump una nueva amenaza al anunciar este lunes cambios a la forma como se aplica la Ley de Especies en Peligro de Extinción, lo que significa debilitar significativamente las medidas de conservación del lecho rocoso de la nación y hace más difícil la protección de la vida silvestre ante las múltiples amenazas que plantea el cambio climático. Las nuevas reglas despejarían el camino para la nueva minería, la extracción de petróleo y gas y el desarrollo en áreas donde viven especies protegidas.

Los cambios propuestos por la administración federal a la Ley de Especies en Peligro de Extinción, que entrarían en vigor el mes entrante, “no toman en cuenta las décadas de evidencia que comprueban la eficacia que dicha ley tiene para conservar la vida silvestre amenazada, y resta importancia al impacto e incluso extinción de especies que el cambio climático podría ocasionar”, reponde la organización mundial que protege la vida animal en el planeta, World Wild Life (WWL) en su sitio web. “Estos cambios socavan fundamentalmente la promesa de Estados Unidos de proteger la increíble variedad de vida que hay en nuestro planeta”.

Al tomar dichas decisiones el gobierno de Trump supone que las amenazas del cambio climático tienden a estar a décadas de distancia, y no como una amenza inmediata.

Según WWL, en mayo un informe sin precedentes de la ONU encontró que “la pérdida de biodiversidad puede dañar significativamente la estabilidad económica mundial”, y que «alrededor de un millón de especies animales y vegetales están ahora en peligro de extinción».

Las nuevas reglas federales implementarán partes de la ley de conservación que facilitaría la eliminación de especies recuperadas de la lista protegida, y abre la puerta para más perforaciones y otros desarrollos de las industrias extractivas, dice el Miami Diario.

“La «regla general de la sección 4 (d)», una disposición que extiende automáticamente las mismas protecciones a las plantas y animales enumerados como amenazados, queda eliminada”. Además, revisa cómo las agencias designan hábitats como críticos para las especies en supervivencia a largo plazo.

Por su parte el secretario del Interior, David Bernhardt dijo en un comunicado citado por The New York Times que los cambios “modernizarían” la Ley de Especies en Peligro de Extinción, que se atribuye al rescate del águila calva, el oso pardo y el cocodrilo estadunidense al borde de la extinción. «La efectividad del acto se basa en una implementación clara, consistente y eficiente», señaló el funcionario.

La semana pasada fue publicado un informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, o IPCC, el principal organismo de investigadores de la ONU que estudia el calentamiento global causado por los humanos. En el estudio se determinó que “los humanos han alterado cerca del 76 por ciento de la tierra libre de hielo del planeta, ayudando a impulsar las crisis climáticas y de biodiversidad”, afirma el Miami Diario.

Acabar con la Ley de Especies en Peligro de Extinción ha sido una meta largamente acariciada por la industria principalmente extractiva y los legisladores republicanos, quienes argumentan que “se ha abusado de la ley para controlar la tierra y bloquear actividades económicas; a saber, el desarrollo de combustibles fósiles”.

Según la ley actual, cualquier cambio a la ley que protege la vida silvestre animal debe hacerse únicamente con base en la ciencia, «sin referencia a posibles impactos económicos u otros impactos de la determinación».

Gary Frazer, subdirector de especies en peligro de extinción del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos dijo al Times que el cambio a la ley deja abierta la posibilidad de realizar análisis económicos con fines informativos, «pero esas decisiones sobre la inclusión de especies todavía se basarían exclusivamente en la ciencia».

Los grupos ambientalistas ven un peligro en el anuncio del presidente, y advirtieron que «Puede haber costos económicos para proteger especies en peligro de extinción», declaró a la fuente Drew Caputo, vicepresidente de litigios por tierras, vida silvestre y océanos en Earthjustice, una organización de derecho ambiental. Pero agregó que «si tomamos decisiones basadas en costos económicos a corto plazo, tendremos muchas más especies extintas».
Las nuevas reglas también le otorgan al gobierno una discreción significativa para decidir qué se entiende por el término «futuro previsible». Ese es un cambio semántico con implicaciones de largo alcance, ya que permite a los reguladores ignorar los efectos del calor extremo, la sequía, el aumento del nivel del mar y Otras consecuencias del cambio climático que pueden ocurrir dentro de varias décadas.

Entre los animales en riesgo por este cambio Caputo enumeró a los osos polares y focas que están perdiendo hielo marino crucial; a las grullas ferrosas cuyos patrones de migración están cambiando debido a los cambios de temperatura; y las ballenas beluga que tendrán que sumergirse más y más para encontrar comida en un Ártico más cálido.

Por su parte, el congresista republicano de Utah, Rob Bishop de Utah, del Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes aplaudió los cambios y dijo que la Ley de Especies en Peligro se había convertido en un «arma política en lugar de una herramienta para proteger la vida silvestre» bajo la administración de Obama, concluye el Times

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