Resisten en santuario a mega multas hasta de medio millón de dólares y la deportación

Janette Vizguerra con su esposo Salvador Baez y sus tres hijos en la iglesia Primera Sociedad Unitaria de Devenver, en Colorado. Jeanette familia entro a santuario el 17 de febrero de 2017.Foto: www.voanews.com.

Janette Vizguerra con su esposo Salvador Baez y sus tres hijos en la iglesia Primera Sociedad Unitaria de Devenver, en Colorado. Jeanette entra a santuario el 17 de febrero de 2017. Foto: www.voanews.com.

De la redacción

En medio de la guerra de baja intensidad que impulsa la administración Trump contra los inmigrantes particularmente latinos, con redadas que por ejemplo aterrorizaron a las comunidades inmigrantes nomás con haber sido anunciadas, y que sin embargo arrancaron realmente durante el fin de semana en unas 10 ciudades densamente pobladas de Estados Unidos denominadas Santuario. El presidente Trump decidió entonces ensañarse más con un grupo de mujeres que viven en santuario, a quienes les ha impuesto exorbitantes y ridículas mega multas de hasta medio millón de dólares por resistirse a la deportación impuesta por el gobierno federal.

En este programa de Línea Abierta participan 4 mujeres latinas, madres indocumentadas que buscaron refugio en iglesias de Estados Unidos para ampararse de la deportación; se negaron a abandonar el país que consideran su hogar, donde viven con sus hijos y han hecho una vida de trabajo; pagan impuestos, son propietarias y consumen y contribuyen de otras maneras también a la sociedad.

Estas mujeres, que tienen la mala suerte de estar en la mira de los federales, han decidido dar la pelea legal al gobierno desde el interior de los recintos religiosos donde viven recluidas en santuario. Ellas son Ingrid Encalada, peruana que vie en Boulder, CO; María Chavalan Sut, guatemalteca, en Charlottesville, Virginia; Edith Espinal, mexicana que reside en Columbus, Ohio y Jeanette Vizguerra, mexicana en Denver, Colorado.

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Javier Flores García y sus hijos. Es un inmigrante mexicano indocumentado que enfrenta la deportación, por lo que buscó y recibió un santuario en la Iglesia Metodista Unida de Arch Street en Filadelfia. Abraza a su hijo Javier, de 4 años, junto a su esposa, Alma, y su hija, Adamaris, a su lado dentro de la iglesia, donde se le otorgó el santuario el 13 de noviembre de 2016. Foto cortesía de Philly.com/Ed Hille.

Javier Flores García y sus hijos. Es un inmigrante mexicano indocumentado que enfrenta la deportación, por lo que buscó y recibió santuario en la Iglesia Metodista Unida de Arch Street en Filadelfia. Abraza a su hijo Javier, de 4 años, junto a su esposa, Alma y su hija, Adamaris, a su lado dentro de la iglesia, donde se le otorgó el santuario el 13 de noviembre de 2016. Foto cortesía de Philly.com/Ed Hille.

Por ejemplo, la inmigrante Jeanette Vizguerra es una mexicana refugiada en Denver, Colorado, que pelea contra la mega multa del gobierno, aunque no tiene orden final de deportación. Se trata de un caso “extraordinario”, dicen los abogados de Jeanette, por estar plagado de inconsistencias legales que han generado mucha confusión.

El gobierno está ejerciendo una fuerte presión en contra estas mujeres en santuario, pero lejos de intimidarlas y paralizarlas están más bien luchando legalmente para resolver sus casos de orden civil con Inmigración. Y conminan a sus compañeras y compañeros a juntar  fuerzas y recursos, y luchar como un solo bloque contra el abuso del gobierno federal.

Haciendo un recuento de los afectados, “80 personas se hallan actualmente en santuario a nivel nacional. Unos casos son públicos y otros no…”, dice Vizguerra. Unas 15 personas han recibido esas multas, en un rango amplio y variado, que va de los cinco mil dólares al medio millón…

“¿Cómo es que eligieron esa cantidad? En el movimiento santuario se está discutiendo la estrategia para responder a este nuevo ataque… No es un ataque específico a las ciudades santuario, sino que con nosotras encotraron una manera más fácil de llegar a las personas con orden de deportación, porque saben el lugar en donde está la gente”.

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Activistas de todas las edades que representan a trabajadores agrícolas, inmigrantes haitianos y solicitantes de asilo advirtieron que la nueva ley que prohíbe las políticas de

Activistas de todas las edades que representan a trabajadores agrícolas, inmigrantes haitianos y solicitantes de asilo advirtieron que la nueva ley que prohíbe las políticas de «santuario» en La Florida está generando temor en un momento en que el presidente Trump está anunciando las redadas de ICE en una 10 grandes ciudades de Estados Unidos, y mega multas a quines se resiten en santuario contra la deportación. Foto: Fox 35.

Para la indígena Maya, María Chavalan Sut, guatemalteca refugiada en Charlottesville, Virginia, el gobierno intenta cortarles a estas personas en santuario todas las salidas legales para usarlas de escarmiento contra la comunidad indocumentada, y aún contra los miembros de las familias mixtas que viven con el temor de que uno de los suyos sea deportado, porque eso significaría el rompimiento de la familia.

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Estas mega multas contra ellas son vistas “como las cosas más aberrantes, que están dañando a las personas, y no sólo a las mujeres sino a hombres también que están en santuario”. Ante esto, Vizguerra por ejemplo propone actuar de manera inteligente, y no atemorizarse. Porque es evidente, dice, que “sigue siendo un juego político, para decir que está poniendo mano dura contra los inmigrantes, para volverse a reelegir”.

Pero, ¿Cómo se vive este ataque de la administración Trump, que ya está teniendo consecuencias nefastas en los vecindarios de las comunidades inmigrantes?

En Colorado han echado a andar una campaña que busca extenderse a otras partes de la nación, denominada “No más chuecos”, en referencia a no usar más documentación falsificada o ilegal, para poder trabajar y vivir sin el peso de una inminente deportación; porque esta conducta es legalmente contraproducente, dice la peruana Ingrid Encalada.

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Amanda es una mujer guatemalteca que se acogió a Santuario el 17 de agosto de 2018 en la Iglesia de  la Santa Cruz/Holyroot en el vecindario de Washington, en la ciudad de Nueva York. Foto: MVG.

Amanda es una mujer guatemalteca que se acogió a Santuario el 17 de agosto de 2018 en la Iglesia de la Santa Cruz/Holyroot en el vecindario de Washington Heights,  ciudad de Nueva York. En la foto, con suhijo en los brazos,y la hija de Amanda aparece a su lado viendo al sacerdote que les da la vienbenida. Foto: MVG.

En el mensaje final de las entrevistadas sobresale el grito de aliento para infundir valor en el resto de la población indocumentada que vive con el temor a ser deportada. “Porque tenemos el derecho a salir de las sombras… para seguir luchando y demostrarle a esta administración que no le tenemos miedo, que somos fuertes y no nos vamos a dejar vencer por ninguna otra estrategia que Trump tenga planeado para nosotros los inmigrantes”, dice la mexicana Edith Espinal, refugiada en Columbus, Ohio.

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