Fuera de la Suprema Corte se congregan organizaciones de defensa de migrantes que se oponen a incluir la pregunta sobre ciudadanía en el Censo 2020. Foto: Jose Lopez Zamorano

A pocos días de que la Suprema Corte se pronuncie sobre si se incluye o no la pregunta de ciudadanía en el Censo del 2020, otro serio problema es la falta de recursos. Y algunos advierten que si no se toman medidas urgentes, más de dos millones de latinos podrían ser excluidos de este crucial conteo poblacional. Ante estos peligros, organizaciones civiles preparan ingeniosas campañas para animar a los latinos a hacerse contar. Sobre eso nos informa desde la capital, Washington, José López Zamorano.

 Se escuchan gritos frente a la Suprema Corte

Mientras la atención nacional está pendiente del veredicto del máximo tribunal sobre la pregunta de ciudadanía, un nuevo estudio del Instituto Urbano alerta que otro gran obstáculo es la falta de recursos. Los investigadores concluyeron que sin inversiones sustanciales en español y dirigidos a las comunidades rurales hasta 2,2 millones de latinas y latinos, y 1,7 millones de afro americanos podrían no ser contados.

“Por cada persona que no es contada en el Censo nuestras comunidades pueden ser perjudicadas por una década…”

Arturo Vargas es el Director Ejecutivo de NALEO, la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos.

“Recibimos menos representación política y menos recursos para carreteras, clínicas, escuelas si no somos todos contados”.

Arturo Vargas, director de NALEO. Foto: Jose Lopez Zamorano

Para animar a los latinos a dejarse contar, un creciente número de organizaciones pusieron en marcha creativas campañas donde además les aseguran de que su información no será compartida con las autoridades migratorias. En California, que tiene los 4 condados más difíciles de contar del país, NALEO puso en marcha la campaña Hazte Contar y la agrupación CHIRLA, lanzó la iniciativa Contamos Contigo explica Rosa Barrientos, una activista de esta organización.

“Estamos yendo a las casas y comunidades que no se hacen contar.  Empezamos con la primera fase, la gente se está comprometiendo con una tarjetita y dice: yo me comprometo a llenar el Censo”.

El próximo año, cuando inicie el conteo oficial del CENSO, regresaran a esos mismos hogares, dice Barrientos.

“Vamos a contactarlos con llamadas, yendo a sus casas y vamos a sentarnos con ellos, para asegurar que sí lo hagan”.

Para tranquilizar los temores de las comunidades migrantes, les aseguran que el nombre, la dirección, el número de teléfono y la información compartidos con el Censo se mantienen confidenciales por 72 años y no pueden ser usados en las Cortes o por agencias del gobierno.

En Minnesota la organización Faith In Action lanzó una iniciativa inédita donde repartirán a los hijos ciudadanos de padres indocumentados, manuales de participación en el censo, señala la activista Catalina Morales.

“Vamos a educar a los niños de estos padres migrantes, porque los niños actúan como traductores para sus padres.  Yo lo hacía desde que tenía 9 años. Los padres confían en sus hijos para obtener la información correcta”. 

Póster de la campaña Hazte Contar. Foto: Jose Lopez Zamorano

También reclutaran a unos 500 sacerdotes para que hablen de los beneficios positivos de participar en el Censo, como más recursos para educación, pues sostienen que los medios informativos se han centrado mayormente en los peligros.

Sonido de la Suprema

Se espera que para fines de junio La Corte Suprema emita su veredicto, sin embargo, varios grupos piden que demoren el fallo para que se investiguen los alegatos de que la inclusión de la pregunta de ciudadanía fue una estrategia para restar visibilidad a los inmigrantes y dar ventaja electoral a los republicanos. Un juez de Maryland dictaminó esta semana que la acusación de conspiración tiene mérito, por lo que el caso pudiera llegar a la Corte en el otoño y postergar la impresión de las boletas del Censo.

Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino desde la capital, Washington, José López Zamorano

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