Gas lacrimógeno en la frontera y elecciones en Mississippi, la agenda de Trump hoy

Corriendo con sus hijos para salvarse de las bombas de gas lacrimógeno que les lanzaron los agentes de Inmigración a los migrantes centroamericanos de la caravan este domingo. Foto: Reuters.

Corriendo con sus hijos para salvarse de las bombas de gas lacrimógeno que les lanzaron los agentes de Inmigración a los migrantes centroamericanos de la caravan este domingo. Foto: Reuters.

De la redacción

La última contienda por definirse, porque se fue a segunda vuelta tras un empate técnico en las elecciones del 6 de noviembre es el asiento del Senado federal por Mississippi, entre el demócrata Mike Espy y su contrincante republicana y titular del escaño, Cindy Hyde-Smith. Ambos competirán de nuevo mañana martes 27. Y hoy el presidente Trump estará haciendo campaña en Mississippi en favor de la republicana, sumida en una controversia por una referencia positiva a los linchamientos; por su declarado apoyo incondicional a Trump “100%”, y por la ayuda que brindó al presidente para elegir a la Suprema Corte al juez Brett Kavanaugh.

Los sucesos este domingo en la frontera de Estados Unidos con México en Tijuana, es fácil imaginar, con toda seguridad serán explotados por el presidente, quien utilizará las imágenes del caos suscitado en la línea fronteriza entre los policías mexicanos y los migrantes centroamericanos, y luego entre éstos y los agentes de migración de Estados Unidos. Y aunque no hubo heridos, poco más de 80 personas fueron arrestadas: 39 en el lado mexicano y 42 en lado estadunidense, según reportes de la prensa.

Y es que los migrantes centroamericanos, frustrados con la negativa rotunda de Estados Unidos a brindarles una oportunidad para atender sus solicitudes de asilo, tras una prolongada y sumidos en la incertidumbre, marcharon a la frontera para entregarse pacíficamente a los agentes de migración, como marca la ley.

Pero al aproximarse a la línea fronteriza algunos migrantes –“unos 500 revoltosos”, dicen las autoridades mexicanas, quienes procederán a deportarlos, según declararon-, se enfrascaron en una refriega con la policía mexicana que les impidió seguir avanzando; y tras la escaramuza los migrantes, que desconocían el terreno corrieron confundidos con la sola intención de llegar hasta la valla fronteriza, misma que quisieron derribar. Fue entonces que los agentes de migración dispararon gases lacrimógenos contra los migrantes, entre quienes se hallaban madres y padres con sus hijos pequeños. Esta fue una acción totalmente ilegal según los expertos entrevistados por los noticiarios, que dejó a los niños gritando y tosiendo en medio del caos y el dolor, como dieron cuenta las televisoras de ambos lados de la frontera.

La frontera estuvo cerrada por 5 horas ayer domingo, en la frontera más transitada del mundo, entre Tijuana y San Diego, CA, generando aún más animadversión entre algunos tijuanenses contra los migrantes centroamericanos.

Activistas, políticos demócratas y otros defensores de los migrantes reaccionaron con conmoción ante las escenas, pero la secretaria de Seguridad Nacional (DHS), Kirstjen Nielsen defendió las acciones de su agencia, como parte de la política de ‘cero tolerancia’ impuestas por esta administración, y declaró a la prensa que el DHS, «no tolerará este tipo de ilegalidad».

Como es sabido, la semana pasada el presidente Trump le dio luz verde a las tropas estadunidenses que envió a la frontera para impedir el paso de la caravana, facultándolos a “usar fuerza letal si fuera necesario”, e impedir que intentaran ingresar al país.

Las imágenes de la revuelta, que han dado la vuelta al mundo no explican sin embargo el origen de la violencia que se suscitó en la reyerta, y aun con las mejores intenciones, las televisoras hacen aparecer a los migrantes como hordas de salvajes. Esto se convierte en una mina de oro para el presidente Trump, que no las ha dejado de explotar políticamente y que en su acto de campaña esta noche en Mississippi seguramente exprimirá hasta la última gota.

En un comunicado America’s Voice sostiene que Trump y sus asesores, principalmente el nacionalista blanco, Stephen Miller, inducen el miedo en la caravana y refuerzan la idea de la seguridad fronteriza como “una manera de cambiar el ciclo de las noticias, beneficiarse políticamente y justificar cambios de política aún más radicales”. Pero no se puede escapar al hecho, afirma el comunicado, “de que su enfoque de disuasión de línea dura ha fallado y está condenado a seguir fallando”.

Se trata, dice esta organización defensora de los inmigrantes, de “una crisis fabricada”, que ha creado “una olla a presión al desmantelar las leyes y procesos existentes, como el de dar asilo a todo aquel que llegue a la frontera, se entregue a las autoridades competentes y solicite asilo, como ha sido la tradición fundacional de este país.

Ahora, “Trump está decidido a hacer que sea prácticamente imposible solicitar asilo en la frontera. Además, ha desmantelado otros enfoques probados que son humanos, ordenados y sensatos». El resultado es que «hoy tenemos un enfoque condenado al fracaso, que depende totalmente del instrumento contundente de la disuasión de la línea dura, con la intención total de que la situación se intensifique y se malinterprete totalmente la complejidad del desafío y la necesidad de una estrategia múltiple”.

Pero la política de disuasión de línea dura, contenida en la política de Cero Tolerancia de Trump, “ha fallado y seguirá fallando. La disuasión no evitará que los padres huyan para salvar la vida de sus hijos y la suya propia. Las mujeres y los niños con gas lacrimógeno no volverán a hacer grande a Estados Unidos”, como promulga Trump.

Cerrar las opciones legales de inmigración no hará que los refugiados lleguen legalmente. Deshacerse de las reglas de asilo no protegerá a quienes lo merecen. “Trump busca politizar los problemas, dividir a nuestro país y alimentar su necesidad de parecer duro”, para convencer a su base fanática, dice Frank Sharry, presidente de America’s Voice.

Un enfoque inteligente y multifacético para los centroamericanos que huyen de la inestabilidad y la violencia combinaría, sostiene Sharry: “1) inversiones serias y sostenidas en los países de origen para aliviar las causas fundamentales de la emigración; 2) un enfoque regional que combine la protección de los refugiados y el reasentamiento internacional; y 3) un proceso de determinación de asilo sólido y justo en Estados Unidos que protege a quienes lo necesitan y se basa en prácticas comprobadas de administración de casos para garantizar la integridad de nuestros sistemas de asilo”.

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