De la redacción
Las últimas semanas na sido de densas negociaciones para la reanudación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, realizadas particularmente entre México y Estados Unidos, según anunció la Casa Blanca. Hasta la semana pasada se creía que el camino había quedado despejado luego del apretón de manos entre el Secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo Villareal y el representante del gobierno de Estados Unidos en estas negociaciones, Robert Lighthizer. Hay quienes piensan sin embargo que sólo fue un apretón de manos para la foto, porque lo medular aún está por verse, y tampoco está clara, aunque es exigencia de México, la incorporación de Canadá a los acuerdos.
Se espera que el anuncio de la reanudación de las pláticas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA / TLC) incluya a los funcionarios canadienses con las otras dos naciones, pero se teme que dicho anuncio sea hecho unilateralmente por parte de Estados Unidos y excluya a los funcionarios mexicanos, ansiosos por cerrar conversaciones bilaterales, aunque demandan que Canadá esté presente en las negociaciones, dijo una de las fuentes.
Al parecer, en las últimas semanas México y Estados Unidos han batallado para reducir las disposiciones laborales en el TLCAN y hacer que se puedan cumplir de una manera que supere el rechazo de la administración Trump que lo sujetan a las reglas comerciales.
Los salarios de los trabajadores en México se levantan como uno de los problemas que impulsan los sindicatos de ambos países, acompañado de la amenaza u obstaculización a los trabajadores cuando intentan organizarse. Además está la regla que determina cuántos automóviles deben construirse en Estados Unidos para recibir los aranceles reducidos contenidos en el TLCAN.
Estados Unidos por su parte ha estado buscando aumentar dicho umbral y agregar nuevas exigencias que determinen por ejemplo cuál debe ser el porcentaje de cada automóvil que sea producido por trabajadores que ganan al menos 16 dólares por hora.
Por otro lado, hasta la semana pasada todavía Estados Unidos insistía en su “cláusula de caducidad”, es decir que los tratados deberían caducar cada 5 años para ser revisados y renovados. Sin embargo, el anunció que la Casa Blanca tenía programado hacer el jueves pasado, lo hizo este sábado y suavizó la parte contenciosa, dijo a The National Post Jesús Seade, el negociador comercial del gobierno entrante de México, “eliminando potencialmente un obstáculo clave para llegar a un acuerdo la próxima semana y renovar el pacto comercial”.
Seade dijo también que incluso “no hace falta que Canadá se una a las negociaciones”, indicando que éstas pueden ser de manera bilateral, porque “gran parte de las regulaciones que se discuten entre ambos países abarcan en gran medida los temas trilaterales”.
Canadá llama a ésta una idea incipiente que generaría incertidumbre y obstaculizaría la inversión. Pero Seade dijo estar «explorando nuevas opciones… Podría ser que terminemos todo entre EE. UU. y México esta semana… Pero no tiene que ser así. Siempre me digo: ‘No te apresures'».
No obstante está la exigencia del gobierno saliente de México, que para firmar dicho acuerdo el 1 de diciembre, fecha en que deja su mandato Enrique Peña Nieto, se necesitan 90 días; para que el Congreso mexicano lo revise y lo apruebe la ley de Estados Unidos.
En tanto, poco se ha dicho públicamente sobre el contenido de esas conversaciones, pero los funcionarios canadienses y otras fuentes sugirieron que se han centrado en las demandas de Estados Unidos en torno al sector automotriz, temas que preocupa particularmente a Estados y a México.
Y aunque la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR) anunciaba el martes por la noche, «No hay acuerdo sobre el TLCAN. Hay grandes problemas pendientes», el anuncio que puso la Casa Blanca en su calendario para la próxima reanudación de las pláticas, a realizarse por estos días, ha sido interpretado con optimismo.
Vale aclarar que en un mitin de campaña el presidente Trump anunció el martes pasado en Virginia del Oeste que las conversaciones con México “están cerca de completarse”, y que unas horas antes tuiteó que era inminente que “Estados Unidos puede llegar a un gran acuerdo comercial con México”.
Es probable que Canadá se vea sometido a una intensa presión para llegar a un compromiso cuando finalmente se reincorpore a las negociaciones, y se le presente un acuerdo final entre las otras dos naciones, dice Reuters. Pero funcionarios canadienses dijeron el miércoles que no están preocupados por los acontecimientos más recientes.
Y aunque Jesús Seade dijo en conferencia de prensa que el tema de las reglas del sector automotriz está «básicamente resuelto», algunos aspectos, incluidos los plazos de caducidad, aún se están discutiendo. Y afirmó que ya se ha acordado sustancialmente un «enfoque correcto» en el capítulo de energía del TLCAN.
De acuerdo con la fuente, ha habido sin embargo serios problemas en las últimas semanas para eliminar las disposiciones laborales en el TLCAN.
Los sindicatos en ambos países argumentan que la supresión de los salarios al sur de la frontera es en gran parte el resultado de la amenaza o la obstaculización a los trabajadores cuando intentan organizarse.
Trump y su yerno, Jared Kushner se reunirán con el presidente de AFL-CIO Richard Trumka; el presidente de Teamsters James P. Hoffa; el presidente de United Automobile Workers Gary Jones; el presidente de la Asociación Internacional de Maquinistas Robert Martínez, y el presidente de United Steelworkers, Leo Gerard. A ellos se unirán varios altos funcionarios de la Casa Blanca, incluido el jefe de gabinete, John Kelly y el asesor comercial, Peter Navarro, dijo a Político Lindsay Walters, subsecretaria de prensa de la Casa Blanca.
Trumka y otros líderes sindicales han elogiado el enfoque de Trump en el comercio, incluso mientras se enfrentan rutinariamente con su administración en otros asuntos contenciosos como la seguridad de los trabajadores y los derechos sindicales para los trabajadores federales. El mes pasado, Trumka elogió la amenaza de Trump de aumentar 200 mil millones de dólares en aranceles a los productos chinos, del 10 al 25 por ciento. Según informes, UAW y AFL-CIO expresaron su apoyo, para avanzar en los aranceles sobre automóviles, camiones y piezas de autos.
Pero en una declaración escrita Trumka dijo que el acuerdo debe comenzar con “fuertes derechos de los trabajadores, respaldados por herramientas legales efectivas en su aplicación, a diferencia de aquellas que fracasaron en el pasado. Que habría que eliminar los tribunales corporativos y las nuevas reglas de origen que son injustas para los trabajadores de Estados Unidos. Y concluyó afirmando que debería haber una disposición para garantizar que estos cambios funcionen para las personas que trabajan» en ambos países■