Indignados protestan en contra de proyectado centro de detención de menores concesionado a la organización, Southwest Key.
En medio de una ola de indignación nacional por la política de detención y separación de niños inmigrantes de sus padres, grupos civiles y líderes políticos de Houston, repudian la política y la denuncian como una maniobra política y una fuente de ganancias para las empresas carcelarias. Desde Houston, Texas, reporta Mariana Pineda.
Se escuchan consignas…
“When families are under attack, we standup and fight back»
Más de un centenar de personas se manifiesta frente al edificio que fue refugio de los damnificados del huracán Harvey, cuando trascendió que en ese lugar albergarían a poco más de 200 niños que recientemente fueron separados de sus padres. Los manifestantes, en su mayoría mujeres, algunas acompañadas de sus hijos exigen la libertad de los niños migrantes. Uno de los organizadores de la protesta es César Espinosa, Director Ejecutivo de Familias Inmigrantes y Estudiantes en la Lucha (FIEL).
César Espinosa , directivo de FIEL, durante la protesta en apoyo a familias refugiadas.
“La detención de inmigrantes es un negocio. El gobierno federal paga 132 dólares por cada persona que tengan detenida cada día”, dice Espinosa.
El centro será operado por Southwest Key, organización no lucrativa que administra albergues y centros de detención de menores inmigrantes en siete estados. El año pasado albergó a 5 mil, que le redituaron más de 240 millones de dólares. Pero no es el único centro que existe en la región, señala Espinosa:
“Hay aproximadamente otros seis centros de similar tamaño. Estamos hablando de unos mil a mil 200 niños que están ahorita detenidos en el área de Houston”
Pero además, las bases militares de Fort Bliss y Goodfellow en Texas serán refugio temporal de los niños que continúan cruzando la frontera, según confirmó el jefe del Pentágono, James Mattis.
Durante una conferencia de prensa ajena a las protestas, se sumó a la ola de indignación el alcalde de Houston, Sylvester Turner:
“Hay momentos cuando los americanos, los residentes de Houston y texanos tienen que decirle a los que están más arriba que nosotros: esto está mal”
Además de la indignación porque arrebataron a sus hijos de los brazos de sus madres y los trasladaron a diferentes partes del país, critican también que estén lucrando con su dolor, denuncia el activista Espinoza.
“Están haciendo muchísimo dinero. Estamos hablando de 428 millones de dólares en el estado de Texas, con el CEO (Director Ejecutivo) ganando 1.5 millones más bonos. Al final del día se trata del dinero”
La senadora estatal, con el megáfono, Sylvia García también se sumó a la protesta contra la detención separación de los niños inmigrantes de sus padres.
A pesar de la negativa de permitir el acceso de los medios de comunicación a los centros de detención infantil, un video que dio a conocer la cadena MSNBC, filtrado por una trabajadora social quien después renuncio, muestra a la niña Jessica sentada en una silla llorando por su mamá.
Según la pequeña, su mamá se encuentra en el estado de Virginia. Jessica no acepta comida ni agua, sólo pide una cosa: !ver a su mamá!
Cuando los menores son expuestos a estos serios choques emocionales suelen originar trastornos mentales, dice el director de la organización, “Children at Risk”, Andy Canales:
“Sabemos que cuando alguien separa a un niño o niña de su familia, esto causa mucho trauma, mucho dolor y mucho daño”
Ante la ola de condenas por la falta de un plan de reunificación el gobierno federal anunció que más de 500 migrantes ya habían sido reunificados con sus familias; y un juez de California fijó un plazo de 14 a 30 días para que dicha reunificación sea efectiva. Mientras tanto, los grupos pro inmigrantes de Houston, indignados por el lucro político y económico que están haciendo con estas familias que huyeron de la violencia en Centroamérica, piensan continuar con la presión.
¡No Baby Jails! ¡No Baby Jails!
