Débil y limitada la cooperación con el envío de la Guardia Nacional a la frontera con México

De la redacción

Efectivos de la Guardia Nacional realizan labores de apoyo en la frontera con México. Foto: www.dailymail.co.uk.

Efectivos de la Guardia Nacional realizan labores de apoyo en la frontera con México. Foto: www.dailymail.co.uk.

El presidente Trump firmó una orden ejecutiva para dirigir a la frontera con México tropas de la guardia Nacional, a fin de ayudar a detener la inmigración ‘ilegal’, pero el apoyo para usar el servicio militar allí se ha reducido drásticamente, dice un nueva encuesta telefónica de la firma encuestadora, Rasmussen Report, realizada a mil posibles votantes entre los días 4 y 5 de abril. Además, diversas agencias informan que los miembros de la Guardia Nacional emplazados no portarán armas, y estarán limitados a las circunstancias que puedan requerir defensa propia. Tampoco efectuarán labores policiales ni interactuarán con migrantes u otras personas detenidas sin la aprobación del Secretario de Defensa.

Pocos votantes piensan que sería positivo o que brindaría un impulso a la seguridad nacional de Estados Unidos el envío de tropas de la Guardia Nacional a la frontera con México, dice una encuesta de Rasmussen Repot. La muestra reporta que el 47 por ciento de los posibles votantes de Estados Unidos aún están a favor del uso del ejército a lo largo de la frontera con México para evitar la inmigración ‘ilegal’, pero casi la misma cantidad (43%) se opone, con un 10% de indecisos.

La encuestadora preguntó: «¿Deberían los militares estadunidenses ser usados a lo largo de la frontera con México para prevenir la inmigración ‘ilegal’?».

Y, «Supongamos que Estados Unidos redujo el gasto militar y utilizó parte de los ahorros para proteger la frontera y reducir la inmigración ‘ilegal’. ¿Eso haría que Estados Unidos sea más seguro, menos seguro, o no tenga ningún impacto?».

Por su parte Arizona, Texas y Nuevo México, tres estados gobernados por republicanos se comprometieron ayer lunes a enviar entre los tres unos mil 600 efectivos de la Guardia Nacional a dicha frontera, en respuesta al plan del presidente Trump de usar 4 mil efectivos de la Guardia Nacional para que ayuden a combatir la inmigración ‘ilegal’ y el narcotráfico, dice Prensa Asociada (Ap).

Pero el estado de California, gobernado por el demócrata Jerry Brown, hasta el momento no ha comprometido públicamente ningún envío de soldados de la Guardia Nacional a la frontera con el país vecino, sostiene Rasmussen. Más bien se declaró como un Estado Santuario, y se mantiene en la primera línea de fuego enemigo, es decir de los múltiples e incesantes ataques que por todos los medios le dirige la administración Trump, y que en muchas ocasiones salvaguardan la estabilidad no sólo de California sino del país entero. Como en cuestiones de medio ambiente, económicas, educativas, etcétera.

Como se supo, el fin de semana Trump anunció su intención de mandar unos cuatro mil miembros de la Guardia Nacional para poner orden al “desgobierno de la frontera”. E invocó a la ley federal para pedir el envío de esas tropas, aunque “los gobernadores retienen el mando y el control de los elementos”.

Por su parte el presidente de México, Enrique Peña Nieto, quien está prácticamente de salida, “Da un nuevo paso ante la militarización de la frontera”, dice el periódico La Jornada. Las diversas dependencias federales deberán entregar un informe que coordinará el Secretario de Relaciones Exteriores, Luís Videgaray, quien dijo en una entrevista con Radio Fórmula que tendrá listo el informe próximamente.

Y en un comunicado de Los Pinos (el equivalente a la Casa Blanca), Peña Nieto anunció que “tras integrar la relación de tales instrumentos se decidirá qué hacer con ellos, para que sepa –Trump- lo que hay y lo que podría dejar de haber”.

Con todo, el gobernador de Arizona, Doug Ducey delimitó claramente la cooperación de los miembros de la Guardia Nacional que partirán de la base militar en Phoenix: “Su misión consiste en proporcionar mano de obra y recursos para apoyar a las agencias policiales federales, estatales, de los condados, tribales y locales, para detener el flujo de delincuentes, narcóticos, armas y municiones que están siendo traficados a nuestro estado”.

Pero Ducey también acusó al gobierno federal de haber «ignorado la frontera durante casi una década”. La Guardia Nacional del estado indicó no obstante que enviaría a 113 elementos adicionales al emplazamiento inicial de 225.
Por su parte el gobernador de Texas, Greg Abbott dijo en un comunicado, citado por Ap, que “Algunos miembros de la Guardia Nacional estarán armados si son enviados a sitios donde pudieran enfrentar algún peligro… para minimizar cualquier idea de que nuestra Guardia Nacional se está presentando con bayonetas militares para acometer a cualquiera que esté cruzando la frontera, porque ese no es su papel”.
Como es sabido, Trump ha movilizado a la Guardia Nacional como una forma de presión al Congreso para que financie su muro con México, en un intento desesperado por calmar las aguas que se agitan entre sus bases xenófobas que exigen el cumplimiento de las promesas de campaña, una campaña que a pesar de haber ganado la presidencia parece no terminar aún.
El Departamento de Defensa indicó en un memorando, dice la fuente, que los miembros de la Guardia Nacional no efectuarán labores policiales ni “interactuarán con migrantes u otras personas detenidas” sin la aprobación del Secretario de Defensa, James Mattis: “La portación de armas estará limitada a las circunstancias que puedan requerir defensa propia”■

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