Cada vez más la Suprema Corte sopesa la deformación política de los mapas electorales

De la redacción

Protestan por contra la manipulación de las líneas distritales frente a la Suprema Corte de Justicia. Foto: Mother Jones.

Protestan por contra la manipulación de las líneas distritales frente a la Suprema Corte de Justicia. Foto: Mother Jones.

La Suprema de Justicia volvió a escuchar hoy, por segunda ocasión en lo que va de esta administración, argumentos acerca de si los mapas electorales “pueden ser tan distorsionados por la política como para violar la Constitución” (Gerrymander).

Como se recordará, ya en octubre pasado hablamos en este mismo espacio sobre la manipulación de las líneas distritales para dar ventaja electoral a un partido sobre otro, cuando la Corte Suprema escuchó los argumentos de un caso que envolvió a la Asamblea Estatal de Wisconsin.

Y hoy que la Corte Suprema escuchó por segunda ocasión a las partes contendientes dijo que “si los primeros argumentos alentaron a quienes rechazan la extrema manipulación partidista de los distritos electorales, esta audiencia sólo sirvió para confundirlos”, según The New York Times.

Y es que en un primer caso anterior varios jueces parecían intrigados por la idea de que la Constitución pudiera poner límites al extremismo partidista, ccuando el partido en el poder llama a los distritos para trazar las líneas distritales a fin de darse una gran ventaja en futuras elecciones.

Y aunque se espera una decisión de la Suprema para junio, el Times afirma que “nunca –el máximo tribunal- ha derrotado a un distrito electoral como gerrymander partisano inconstitucional”. Un fallo que permita tales desafíos, dice, “podría revolucionar la política estadunidense”.

Agrega que “El sorpresivo anuncio de la corte en diciembre acerca de que escucharía un segundo caso, generó entonces muchas especulaciones sobre lo que significaba la movida para los desafiantes en el caso de Wisconsin”. Pero el argumento de hoy “no hizo casi nada para aclarar el misterio de por qué los jueces decidieron escuchar un segundo caso”, dice la fuente.

Por su parte, las juezas Ruth Bader Ginsburg y Sonia Sotomayor dijeron que “había pocas razones para que la corte fallara ahora porque su decisión llegaría demasiado tarde”, para afectar las elecciones de 2018. Y el presidente del Tribunal Supremo, John G. Roberts Jr., declaró al Times que “los desafiantes habían esperado demasiado para presentar una demanda”.

Esto por ejemplo ya había pasado en Pensilvania, cuando en febrero la Suprema Corte rechazó una solicitud de los republicanos para retrasar el trazado de líneas congresionales. Si había una pista sobre hacia dónde se dirigía la corte en el caso de Wisconsin, vino del juez

Hoy el juez Stephen G. Breyer sugirió que la corte programe una nueva ronda de argumentos en el caso de Wisconsisn y Maryland, junto con otro de Carolina del Norte, que comenzaría en octubre.

Breyer, “parece estar dispuesto a permitir impugnaciones constitucionales basadas en la manipulación parcial de los partidos”, dice la fuente. Pero “probablemente no habría hecho la sugerencia de haber prevalecido sus opiniones cuando los jueces tomaron su voto preliminar en el caso de Wisconsin en octubre”.

El caso de Maryland es un desafío para un solo distrito congresional, mientras que en el anterior desafió a la Asamblea del estado de Wisconsin es para todo un mapa electoral. El nuevo caso fue presentado por los votantes demócratas, mientras que el anterior fue presentado por los republicanos. Y el nuevo caso se basa únicamente en la Primera Enmienda, mientras que el anterior se siguió en gran medida con los mismos principios de protección.

Cuando se discutió el caso de Wisconsin en el otoño, la mayoría de la corte parecía al menos abierta a la posibilidad de que algunos tipos de manipulación de partidos fueran inconstitucionales, dice el Times. “El juez Anthony M. Kennedy, que probablemente tenga el voto decisivo en ambos casos, formuló varias preguntas en octubre sobre la teoría de la Primera Enmienda en la que se basan los contendientes en el nuevo caso”.

En el pasado, algunos jueces han dicho que la corte debería mantenerse al margen de tales disputas políticas. Otros han dicho que los gerymanders partidistas pueden estar violando la Constitución. “El juez Kennedy ha tomado una posición intermedia, dejando abierta la puerta a tales desafíos”.

En el caso de Maryland, dice el rotativo, un panel dividido, de tres jueces del Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Maryland, negó en agosto la solicitud de los desafiantes de una orden judicial preliminar.

En el desacuerdo entre las partes, “el juez Paul V. Niemeyer, quien ordinariamente se sienta en el Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos para el Cuarto Circuito, en Richmond, Virginia, escribió que el gerrymandering partidista era un cáncer en la democracia”.

De hecho, tanto los demócratas como los republicanos han denunciado esta práctica “cuando la ejercen sus oponentes; pero, no obstante, continúan actuando en su propio interés” cuando se les da la oportunidad.

«El problema es canceroso», escribió Niemeyer, porque «socava los principios fundamentales de nuestra forma de democracia», conluye el Times■

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