Un nuevo encuentro o encuentro entre Carmen y Román, al volver San Luis Potosí, México tras ser deportado.
Durante el primer año del gobierno de Donald Trump se puso a la orden del día la deportación de inmigrantes que durante décadas han vivido en el país, muchos de ellos con hijos ciudadanos y sin antecedentes penales. Y esta realidad es más palpable en el estado fronterizo de Texas, que aprobó la ley más estricta para deportar indocumentados, vigente sólo en parte por demandas judiciales. A pesar de todo, un inmigrante mexicano con permiso de trabajo que fue deportado hace cinco años logró regresar para vivir de nuevo con su familia. ¿Cómo le hizo? Desde Austin Texas Joy Díaz nos presenta los detalles de esta inusual historia de reunificación familiar.
Román y Carmen Zubieta son una pareja de migrantes mexicanos con 25 años viviendo en Estados Unidos. En el año 2001 una pelea doméstica ‘a grito pelado’ los llevó a parar en la corte de lo familiar. Román se declaró culpable y aparentemente todo quedó resuelto. Su matrimonio mejoró tanto, que los nombraron consejeros matrimoniales en la iglesia católica donde asisten.
“Ayudando a matrimonios, especialmente cuando habían tenido una violencia doméstica”
Pero lo que no se imaginaban era que ese incidente doméstico quedó registrado como crimen violento y activó el proceso de deportación de Román, quien tenía un permiso de trabajo legal y sin embargo, 13 años después lo citaron a la corte. La mañana de la cita, Román fue al banco con su bebé de dos años que iba muy inquieto.
“Se me abrazaba y no me quería dejar ir, llore y llore, como que presintió que ya no iba a regresar yo pronto”
Ese mismo día lo deportaron. Su esposa Carmen en vez de llorar su pena, pidió ayuda de varias organizaciones defensoras de inmigrantes.
“Busqué a mi congresista, le pedí una carta, la oficina del mayor (alcalde) también me dio una carta, yo no acepto un no se puede, no está en mi vocabulario”
Se oyen consignas…
Carmen visitó iglesias, organizó marchas, una frente a la oficina del conservador gobernador de Texas, Greg Abbott.
Carmen se oye hablando frente a la movilización…
“Es un insulto…”
Carmen, Román y sus hijos.
Román regresó a su natal San Luis Potosí, México. Carmen siguió su activismo y además con muchos sacrificios contrató al abogado Andrés Pérez:
“El caso del señor Zubieta legalmente hablando era muy viable. No tiene ni tickets ni historial criminal”
Afirma que el abogado que representó a la pareja durante la disputa doméstica no lo hizo adecuadamente porque no era especialista en ley migratoria.
“Y esto le pasa a mucha gente, que quizá el abogado criminal sea bueno pero al no saber nada de leyes de migración, no saben que hay ciertos detalles que pueden activar el proceso de deportación de sus clientes”
Ante la corte, el abogado Pérez mostró a una madre que limpiando casas, a duras penas pagaba los gastos de sus dos hijos menores de edad, la mayor muy deprimida, intentó suicidarse por la deportación de su padre, y estos son daños irreparables, o “Substantial Hardship” en el idioma inglés, como destacó Pérez.
El juez aceptó los argumentos y cinco años después de su deportación, habiendo gastado casi 20 mil dólares en multas y procedimientos legales, Román está de nuevo con su familia y con tarjeta verde en mano.
“Es un regalo para mis hijos que llegue y estoy aquí, mi hijo me extrañaba mucho –sonrisas-, y esta es la pura verdad”, afirmó.
Y este regalo, que es muy raro ver en el tóxico clima antinmigrante que se vive, Carmen lo considera posible gracias a su fe y a la ayuda de mucha gente.
“No siento que migración me está regalando nada porque si hubiera sido por ellos, él nunca hubiera regresado, así que es algo ganado, mío y de la comunidad, de todos mis compañeros activistas”
Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino desde Austin, Texas, Texto y fotos de Joy Díaz.
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