Incesantes y autocomplacientes aplausos marcaron el Estado de la Unión. . Foto: www.thestar.com.
Samuel Orozco
Director de Noticias, Radio Bilingue
Leyendo disciplinadamente de un teleprompter y ante un Congreso marcadamente dividido entre sus partidarios del ala republicana que lo interrumpían con aplausos voluntariosos y los legisladores de la oposición demócrata, que escuchaban en escéptico silencio, el presidente Trump ofreció a la nación cuentas alegres y prometió abrir la puerta para por fin trabajar juntos.
Trump presentó cuentas alegres sobre todo en lo que se refiere a la economía: ensalzó la bonanza de la bolsa de valores, el recorte a gran escala de impuestos y las bajas tasas de la desocupación.
Además, Trump pareció extender una rama de olivo a la oposición al pretender seguir una actitud de bipartidismo en el asunto de la inversión en infraestructura y el plan de inmigración.
Por lo que respecta a lo primero, a sus cuentas alegres en lo de la economía, Trump dijo:
“Las solicitudes de desempleo han llegado a un bajón de 45 años. El desempleo afroamericano está en el nivel más bajo de la historia. Y el desempleo de los hispanoamericanos también ha alcanzado sus niveles más bajos de la historia.
“La confianza de la pequeña empresa está en su nivel más alto. La bolsa de valores ha batido un record tras otro, ganando ocho billones y más en valores sólo en este corto periodo de tiempo. Las grandes noticias son que las cuentas de jubilación 401k y cuentas de ahorro para la universidad andan por el techo.
“Y como le prometí al pueblo desde este podio hace 11 meses, promulgamos los mayores recortes y reformas fiscales en la historia del país.
“Nuestros grandes recortes dan un tremendo alivio a la clase media y a la pequeña empresa… Millones de estadunidenses podrán llevar más dinero en su cheque a partir del próximo mes.
“Eliminamos las multas que se imponían a aquellos que ganaban menos de 50 mil al año por no poder costear los planes de salud. Anulamos el eje central del desastroso Obamacare. El mandato individual ya no existe. Gracias al cielo”.
Sobre estas aseveraciones, los observadores a cargo de verificar los datos se han apresurado a advertir que lo menos que se puede decir de algunas de esas pretensiones es que resultan dudosas, sobre todo aquello de que la ley de impuestos trae los mayores recortes de la historia y aquello otro de que los bajos números de desocupados negros y latinos son resultado de las políticas de Trump. El único crédito que hay que darle a Trump, dijo un analista, es que no haya intentado frenar la tendencia a la baja del desempleo impulsada por su predecesor, el presidente Obama.
Por lo que respecta a las oberturas bipartidistas de Trump en su discurso de anoche, su propuesta más notable es la que pide al Congreso “un plan que genere al menos billón y medio para invertirlo en la infraestructura que tan desesperadamente necesita el país. Con esa inversión, que incluiría fondos federales en sociedad con gobiernos locales y estatales y del sector privado, construiremos carreteras, puentes, vías de ferrocarril y acueductos por todo el pais”.
Esta propuesta recibió un cauteloso saludo de una analista demócrata progresista. “Será cuestión de ver cual termina siendo el lenguaje de la legislación, para ver si al final no la contaminan con algún agregado controversial”.
El otro delicado asunto que Donald Trump se ocupó de postular como terreno en el que se puede trabajar juntos y dijo asumir una actitud de voluntad de trabajo bipartidista, es el de inmigración. Muy contradictoriamente, Trump le entró al asunto con un tono sombrío y siniestro, comenzando por señalar los peligros que conlleva la inmigración, y ofreciendo como preámbulo una imagen en la que metió en el mismo costal a gánsters homicidas y a jóvenes Dreamers.
“Esta noche hago un llamado al Congreso para que finalmente cierre todos los agujeros legales que han hecho posible que la MS 13 y otras bandas criminales entren al país. Hemos propuesto legislación nueva que arreglará nuestras leyes de inmigración y apoyará a nuestros agentes de ICE (Inmigración y Control de Aduanas) y de la Patrulla Fronteriza.
“Estados Unidos es una nación compasiva. Nos enorgullece que hacemos más de lo que ningún otro país en el mundo hace por ayudar a los necesitados, los que batallan, y los subprivilegiados del mundo. Pero como presidente de Estados Unidos mi mayor lealtad, mi mayor compasión, mi preocupación constante es con los niños de EEUU, los sufridos trabajadores de EEUU, y las olvidadas comunidades de EEUU”.
Acto seguido, Donald Trump pasó a señalar lo que describió como cuatro pilares de su agenda. El primer pilar “generosamente ofrece una vía a la ciudadanía para 1.8 millones de inmigrantes ilegales que fueron traídos aquí por sus padres a temprana edad”.
A cambio de esta concesión, pidió asegurar por completo la frontera construyendo un gran muro, poniendo fin a la lotería de visas y a lo que llamó migración en cadena; porque “bajo el actual y fallido sistema un solo inmigrante puede traer un número virtualmente ilimitado de familiares distantes”. Según esta propuesta, la reunificación familiar se limitaría sólo a cónyuges e hijos menores de edad.
Trump remató su propuesta con otra imagen siniestra, culpando al actual sistema de la “migración en cadena” y la lotería de visas de dos recientes ataques terroristas en Nueva York.
Quienes le respondieron desde el ala pro inmigrante, criticaron al presidente por faltar a la verdad, por levantar falsos al señalar a los inmigrantes como causantes de la criminalidad en el país o al sistema de visas como origen de los actos terroristas. Esta versión de los hechos es obra del ideólogo de la Casa Blanca, Stephen Miller, quien tiene comprobadas conexiones con grupos de restriccionistas y supremacistas a extremo, señaló una observadora en Línea Abierta.
Las anteriores notas sirvieron de introducción para el programa de Línea Abierta en el que se ventilaron pasajes destacables del discurso de Trump al Congreso.
Consulte el archivo del programa para más información.
