«Asquerosa” sorpresa relativa a la obesidad se lleva México con el TLCAN

De la redacción

En algún establecimiento público de comida en México. Foto: www.treasurereading.com

En algún establecimiento público de comida en México. Foto: www.treasurereading.com

Cuando México se unió en 1994 al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN /NAFTA) con Estados Unidos y Canadá, pocos predijeron que dicho acuerdo condenaría a millones de mexicanos a padecer enfermedades relacionadas con la dieta, más específicamente a padecer obesidad dice un extenso artículo de The New York Times que señala hoy cómo algunos de los patrones alimenticios propios principalmente de los estadunidenses fueron transferidos a la población mexicana como resultado del referido acuerdo comercial. Y no es que la dieta de los mexicanos desconociera por ejemplo el consumo de hamburguesas, salchichas y papas fritas o de pizzas con pepperoni y queso, o las bebidas gaseosas y azucaradas como la Coca-Cola y la Pepsi-Cola u otras, etcétera, sino que su consumo se aceleró a partir de 1994.

El aumento de restaurantes de comida rápida como Domino’s o McDonald’s y Burger Kings, o el consumo de Doritos, Cheetos, etcétera, en la cadena de tiendas de autoservicio como Oxxo, que proliferaron a partir de esa fech, asegura el Times, fueron factores que nutricionistas y defensores de la atención médica han señalado como causas o factores con consecuencias tras el tratado, malignas para la salud.

Antes en México, dice el periodico neoyorquino, The New York Times, en la década de 1960 era muchos más frecuente el consumo de tamales y comida casera elaborada con productos de granja, con ingredientes a base de guisos de verduras, frijoles, tortillas y huevos, porque “la carne era un lujo”.

Pero a partir del comienzo del TLC la población mexicana “se han convertido en consumidora y participante de una transformación extraordinaria del sistema alimentario del país, gravando a millones de mexicanos con enfermedades relacionadas a la dieta. Se trata de “un cambio sísmico que algunos nutricionistas dicen que tiene una causa poco percibida: el TLC».

Y es que México comenzaron a eliminar paulatinamente aranceles o impuestos a dichos productos y permitieron más inversión extranjera en la década de 1980, como una transición silenciosa hacia el libre comercio que entró con mayor fuerza a partir de 1994 cuando México, Estados Unidos y Canadá promulgaron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Y como se trascenidió en la época, los opositores en México advirtieron que el país perdería su independencia cultural y económica.

Pero la fuente señala que “pocos críticos predijeron que –el TLC, o Nafta- transformaría la dieta mexicana y el ecosistema alimentario para reflejarlos cada vez más al de Estados Unidos”. Y el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud, de la Universidad de Washington afirma que “en 1980 el 7 por ciento de los mexicanos eran obesos, una cifra que se triplicó al 20.3 por ciento en 2016”. La diabetes, dice, “es ahora la principal causa de muerte en México y cobra 80 mil vidas al año”, según informó la Organización Mundial de la Salud.

Timothy A. Wise, un experto en comercio del Small Planet Institute y la Tufts University, afirm que “para muchos mexicanos Nafta prometió hacer realidad los sueños febriles de unirse a la economía moderna… Y que todos los ex trabajadores rurales tendrían empleos nuevos en las pujantes industrias manufactureras del mundo posterior a Nafta. ¡Eso simplemente no ha sucedido!.. La única forma en que México se convirtió en un país del ‘primer mundo’ fue en términos de dieta».

Protesta laboral contra Nafta. Foto: www.lab.org.uk

Protesta laboral en la frontera de Mex-US contra Nafta. Foto: www.lab.org.uk

La epidemia de obesidad no se limita sin embargo sólo a México, dice por su parte T.H. Chan School of Public Health en Harvard. “Investigaciones muestran que el libre comercio es uno de los factores clave que ha acelerado la propagación de alimentos altamente procesados ​​y de baja nutrición en Occidente… impulsando una epidemia de obesidad que se ha desatado tanto en China como en la India y otros países en desarrollo en todo el mundo”.

Si bien las causas de la obesidad son complejas, pues involucran genética, cambios en el estilo de vida y otros factores, “múltiples estudios han relacionado el aumento de peso con el consumo de alimentos procesados ​​con alto contenido de sal, azúcar y grasa que son productos básicos de los gigantes minoristas”, apunta el Times.

En 1991, los años previos a la entrada en vigor del acuerdo comercial, “cuando los negociadores elaboraron los detalles de Nafta, Walmart realizó su primera inversión extranjera al asociarse con el minorista más grande de México, Cifra”.

La fuente agrega que en 1997 “Walmart pagó mil 200 millones de dólares por una participación de control en Cifra. Walmart es ahora el minorista de alimentos más grande de México”.
Oxxo es segundo en cuota de mercado de comestibles, sostiene el Times, “y también es la cadena de tiendas de conveniencia más grande, con una participación de mercado del 75 por ciento», según Euromonitor.

Además, aunque Oxxo es propiedad de la empresa mexicana Femsa, ésta tiene una importante inversión externa. “En 1993 Coca-Cola compró un tercio de la unidad de refrescos de Femsa por 195 millones de dólares, no mucho después de que PepsiCo anunciara que gastaría 635 millones para expandirse en México. Luego, en 1994, la compañía cervecera canadiense Labatt invirtió 510 millones en el negocio de cerveza de Femsa”.

Este dinero le dio a Femsa capital para comprar deuda y ayudarse a crecer, dice la fuente. «El dinero fluyó hacia el sur. Es una de las razones por las que el crecimiento de estos alimentos es tan rápido en estos países», señala Corinna Hawkes, directora del Centro de Políticas Alimentarias de City University London y experta en política comercial y nutrición. «Oxxo es exactamente el tipo de cosas de las que estamos hablando», concluye■

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