Se enfrentan seguidores de Trump y opositores a su discurso de odio, a las afueras del Centro de Convenciones de Phoeniz, Arizona, donde el presidente realizo esta semana un ‘mitin de campaña’. Foto: Arizona Daily Star.
A una semana de los actos de terror en Charlottesville, Virginia, y pese a las objeciones del gobierno local de Phoenix, el presidente Trump viajó a Arizona donde, en un mitin de campaña, se lanzó agresivamente contra los medios que le cuestionaron su actitud ante los atentados de los supremacistas blancos y amenazó con paralizar el gobierno si el Congreso no da fondos para la construcción del muro fronterizo. Además, dejó entrever que perdonará al ex sheriff y hoy convicto delincuente, Joe Arpaio. José López Zamorano nos presenta un recuento. Este reporte es parte de la serie, Hablando de la Raza.
Se escuchan los coros: No KKK, No Hate…
En la ciudad de Boston, Massachusetts, más de 20 mil manifestantes en su mayoría blancos, ahogan las consignas racistas de menos de un centenar de supremacistas que intentan replicar en esta ciudad las movilizaciones de Charlottesville.
Se escuchan sirenas de la policía…
Las protestas antirracistas fueron principalmente pacíficas, con algunos arrestos por delitos menores. El alcalde demócrata de Boston, Marty Walsh señaló esto a los grupos supremacistas:
“Tenemos un mensaje para los grupos de odio. Rechazamos al racismo, a la supremacía blanca, al antisemitismo, al KKK, a los neonazis, a los terroristas domésticos y rechazamos el odio”
Aunque mediante un tuit el presidente Trump felicitó a los anti racistas de Boston, cuando llegó a Phoenix, Arizona, fue otra historia.
Se escuchan porras a favor de Trump en Phoenix…
En un mitin tipo campaña y ante miles de sus seguidores Trump defendió su reacción a Charlottesville. Más aún, amenazó con paralizar el gobierno para forzar al Congreso a darle dinero para el muro fronterizo y dio a entender que perdonaría al polémico ex alguacil Joe Arpaio, convicto por desacatar una orden judicial que le ordenó que sus agentes no colaboraran con ICE.
“¿Debe el alguacil Joe ser convicto por hacer su trabajo? Saben qué, voy a hacer una predicción. Creo que va a estar bien”
Sonido de manifestantes fuera del mitin de Trump…
La visita de Trump fue repudiada por miles de manifestantes. Una las organizaciones que participó en la protesta es MI Familia Vota. Su dirigente, Ben Monterroso señaló lo que significaría la clemencia presidencial para el polémico ex alguacil:
“Un perdón a Joe Arpaio es un voto a favor de la comunidad racista, nazi de este país, y es un permiso para que sigan insultando y violando los derechos de la comunidad latina”
A pesar de estos insultos el que haya latinos que sigan asesorando a Trump, como Javier Palomares, líder de la Cámara Nacional de Comercio Hispana, bajo el argumento de que esta cercanía asegura que los latinos tengan una voz en el equipo del presidente es algo que no le cabe en la cabeza a Juan Cartagena, presidente de la organización Latino Justice, de Nueva York.
“No entiendo cómo un líder de una cámara de negociantes tan importante para el país entero pueda mantener esa posición; al fin y al cabo, el presidente va a tener su capacidad de enterarse de los intereses de nuestra comunidad hispana”, sostuvo Cartagena.
Palomares no respondió a las repetidas invitaciones de Radio Bilingüe. Otro cuestionado empresario es Gonzalo Ferrer, presidente de la Asociación Hispana Republicana de San Francisco, California, quien aunque sigue defendiendo sus lazos con Trump acepta la posibilidad de retirarle su apoyo.
“En los próximos tres meses hay una reunión en la Casa Blanca sobre migración, y si se habla negativamente… la gente nuestra se va”, dijo Ferrer.
La amenaza de Trump de paralizar el gobierno no recibió el aplauso del presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan.
“No creo que un cierre del gobierno sea necesario y no creo que la mayoría de la gente quiere un cierre del gobierno, incluidos nosotros”
Esta nueva polémica sigue profundizando las divisiones en las filas republicanas, deterioradas ya por el distanciamiento de Trump con el líder del Senado, Mitch Mcconell. A menos que se pongan de acuerdo, la parálisis gubernamental podría hacerse realidad tan pronto como el primero de octubre.
