Por Julie Rovner
Kaiser Health News
A pesar de las promesas de generar su propio proyecto para rehacer la ley de salud, el Senado republicano siguió el liderazgo de la Cámara Baja.
Los republicanos en el Senado de Estados Unidos revelaron hoy jueves 22 de junio un proyecto de ley que transformaría dramáticamente el programa Medicaid, haría cambios significativos a los créditos tributarios de la ley federal de salud vigente, que ayudan a las personas de bajos ingresos a comprar cobertura; y permitiría a los estados cambiar algunas de las garantías de la ley.
El proyecto de ley también deroga los impuestos que financiaron los beneficios de la Ley del Cuidado de Salud Costeable (ACA), lo que resultará en cientos de miles de millones de dólares en recortes de impuestos para los más ricos y para la industria de la salud.
La mayoría de los senadores obtuvo su primer vistazo a la ley cuando fue publicada este jueves por la mañana, ya que fue elaborada en secreto durante las últimas semanas. El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (republicano de Kentucky), está buscando que el proyecto de ley se vote antes que el Congreso empiece la próxima semana el receso del 4 de julio.
Los senadores habían prometido que su propuesta de reemplazo de ACA sería muy diferente de la versión que aprobó la Cámara Baja en mayo. Sin embargo, el proyecto de ley siguió la dirección de la Cámara en muchos aspectos.
A la velocidad de la luz y con poco más de una semana para una revisión más amplia, el proyecto de ley de los republicanos podría influir en la atención médica y el seguro de salud de cada estadunidense. Al invertir el curso de algunas de las disposiciones más populares de ACA, amenaza con dejar a decenas de millones de estadunidenses de bajos ingresos sin seguro; y, una vez más, a aquellos con condiciones médicas crónicas o costosas en una posición financiera vulnerable.
Al igual que la medida de la Cámara de Representantes, el proyecto de ley del Senado, que se denomina un «borrador de discusión», no derogaría completamente ACA, pero anularía muchas de las disposiciones clave de la ley. Ambos proyectos de ley también limitarían -por primera vez en la historia- el financiamiento federal para el programa Medicaid, que cubre a más de 70 millones de estadunidenses de bajos ingresos. Desde su creación en 1965, el gobierno federal ha igualado el gasto estatal para Medicaid. El nuevo proyecto de ley transferiría gran parte de esa carga a los estados.
El proyecto de ley también reconfigura cómo los estadunidenses con ingresos ligeramente altos, que no son elegibles al Medicaid, obtendrían créditos fiscales para ayudar a pagar las primas de sus seguros; y elimina las sanciones para aquellos que no logran obtener cobertura y para los empleadores que no proporcionan beneficios de salud. La ley también facilita que los estados puedan renunciar a las protecciones de los consumidores establecidas por ACA, que requieren que las compañías de seguros cobren las mismas primas a las personas enfermas y a las saludables, y a proporcionar un conjunto específico de beneficios.
«Acordamos en la necesidad de liberar a los estadunidenses de los mandatos del Obamacare, y las políticas contenidas en el borrador de discusión anularán el mandato individual para que los estadunidenses ya no se vean obligados a comprar seguros que no necesitan o no pueden pagar; también derogará el mandato del empleador para que los estadunidenses ya no vean sus salarios recortados por esta razón», dijo McConnell en la sala del Senado después de dar a conocer el proyecto de ley. Agregó que el proyecto ayudaría a «estabilizar los mercados de seguros que también están colapsando bajo el Obamacare«.
No está claro si el proyecto de ley pasará la barrera del pleno del Senado. El Senado (como la cámara baja) está operando bajo un conjunto especial de reglas presupuestarias que le permiten aprobar esta medida con sólo una mayoría simple, impidiendo que los demócratas puedan alargar el debate cabildeando. Pero el proceso de «reconciliación presupuestaria» se debe realizar bajo reglas estrictas, incluyendo el requisito de que todas las disposiciones del proyecto de ley impacten principalmente en el presupuesto federal, ya sea añadiendo o restando al gasto federal.
Por ejemplo, la legislación que se publica incluye una prohibición de un año de financiación del Medicaid a Planned Parenthood. Esa es una demanda clave de los grupos contra el aborto y algunos conservadores del Congreso, porque Planned Parenthood realiza abortos con fondos no federales. Pero aún no está claro si el parlamentario del Senado permitirá que esa disposición sea incluida en el proyecto de ley.
También todavía está entre signos de interrogación una disposición del proyecto de ley del Senado que permitiría a los estados renunciar a las regulaciones de seguros impuestas por el Obamacare. Muchos expertos en presupuesto dicen que se opone a las reglas del presupuesto del Senado porque el impacto de la financiación federal es «meramente incidental» para la política.
Redactar el proyecto de ley del Senado ha sido una danza delicada para McConnell. Con sólo 52 republicanos, y los demócratas unidos oponiéndose a cambiar la ley de salud, McConnell puede permitirse el lujo de perder sólo dos votos y seguir aprobando la ley con un voto de desempate del vicepresidente Mike Pence. McConnell ha liderado un pequeño grupo de trabajo de senadores -todos hombres- pero incluso algunos de ellos se han quejado de que no pudieron participar plenamente de la configuración del proyecto, que parece haber sido en gran medida escrito por el propio personal de McConnell.
Hasta ahora, McConnell había estado recibiendo quejas de las alas más moderadas y más conservadoras de su partido. Y el proyecto que ha surgido parece tratar de aplacar a ambos.
Por ejemplo, según lo que buscan los moderados, el proyecto de ley reduciría gradualmente la expansión del Medicaid, de 2020 a 2024, algo más lentamente que el proyecto de ley de la Cámara de Representantes. Pero finalmente terminaría. El proyecto de ley del Senado también se aparta de los créditos de impuestos fijos de la Cámara de Representantes para ayudar a pagar los seguros, lo que habría agregado miles de dólares a las primas de las personas más pobres y mayores que aún no son elegibles para el Medicare.
Se espera a principios de la próxima semana un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) que estima el impacto del proyecto de ley del Senado sobre las personas y el presupuesto federal. De acuerdo con la CBO, el proyecto de ley de la Cámara Baja, resultaría en 23 millones de estadunidenses menos con seguro de salud a lo largo de 10 años.
Para los conservadores, sin embargo, el proyecto de ley del Senado impactaría aún más al Medicaid en años posteriores. El tope impuesto por la Cámara de Representantes crecería más lentamente que el gasto del Medicaid, pero el tope del Senado crecería aún más lentamente que el de la cámara baja. Eso dejaría a los estados con pocas opciones, aparte de aumentar los impuestos, reducir la elegibilidad o reducir los beneficios para mantener sus programas.
Los defensores de la actual ley de salud reaccionaron rápidamente.
El senador Ron Wyden (demócrata de Oregon) se quejó de los cambios en las garantías de cobertura en ACA.
«También quiero hacer una nota especial sobre la disposición estatal de renuncia. Los republicanos han retorcido y abusado de una parte de la Ley de Cuidado de Salud Costeable que escribí para promover la innovación estatal, y la están usando para dar a las compañías de seguros el poder de asediar a las personas», dijo en un comunicado emitido poco después de que se publicara la ley. «Esto equivale a ocultar un ataque a las garantías básicas de atención de la salud detrás de renuncias estatales, y voy a luchar contra ella en cada oportunidad».
Por su parte, el grupo de defensa que se opone a los cambios republicanos a la ley de salud, Protect Our Care, un dijo en un comunicado que «el desalmado proyecto de ley de salud del Senado hace que la atención de la salud sea peor para todos: eleva los costos, reduce la cobertura, debilita las protecciones y reduce aún más los fondos para el Medicaid que el odioso proyecto de la Cámara».
Escribieron su plan en secreto, continúa, “y se apresuran a votar la semana que viene porque saben el daño que su proyecto de ley les hará a millones de personas».