Al morir Fidel Castro, líder histórico de la Revolución Cubana, Cuba declaró 9 días de luto y las cenizas del comandante viajaron en caravana de un lado al otro de la isla, siguiendo en sentido inverso el viaje que Fidel y Ernesto ‘Che’ Guevara hicieron para tomar la capital. Andalucía Knoll siguió la caravana, platicó con la gente que hizo presencia en el funeral y nos entrega este reportaje.
Se escucha: «Yo soy Fidel, Yo Soy Fidel”…
Estas tres palabras se han vuelto el lema más popular en Cuba, después de la muerte de Fidel Castro. En la calurosa ciudad de Santiago, cientos de jóvenes como Alina Betancourt, estudiante universitaria, pintaron sus caras con el lema.
«Soy estudiante de Estomatología, soy santiaguera y soy fidelista, por eso tengo en mi frente ‘Soy Fidel’, porque Fidel ha sido mi guía, desde que nací; soy de una familia muy revolucionaria, y a Fidel le debo mi carrera, a Cuba le debo mi carrera, por eso soy Fidel, siento en carne propia, siento en mi corazón la perdida de nuestro comandante y jefe; lo llevare siempre presente, todo mi carrera, todo mi vida será siempre mi comandante, por eso lo tengo en mi frente y lo tengo tatuado en mi corazón también», aseguró Betancourt.
Portando retratos de Fidel y banderas de Cuba miles de personas llenaron la plaza de la revolución para dar su última despedida. Hubo un ambiente festivo aunque la música estuvo prohibida.
Se oye poema para Fidel, y un poco más de lemas…
Al amanecer del siguiente día, en el cementerio Santa Ifigenia el ambiente era más sombrío, y varios con lágrimas en los ojos. Uno de los reguetoneros más famoso de Cuba, Reynier Casamayor, conocido como El Médico, vino al cementerio para ver la tumba de Fidel.
«Es real que nos sentimos triste pero también me siento contento, por lo menos de que sus cenizas están depositados aquí en mi ciudad, de Santiago de Cuba, un orgullo; para mí el hombre más importante del siglo veinte está aquí en su tumba, en Santiago»
El Médico dijo que seguramente vendrán cambios en Cuba, como más acceso al Internet, pero ya los cambios estaban ocurriendo desde antes.
El estudiante Daniel Núñez afirmna que los cubanos no temen los cambios:
«Los cambios que ha hecho Raúl van a parar al mejoramiento de nuestra sociedad… son cambios principalmente en el tema económico, la nueva política y la economía del país, la inversión extranjera y las nuevas relaciones que estamos sosteniendo con los Estados Unidos, y me parecen cambios muy positivos y sobre todo cuentan con el apoyo del pueblo»
El único cambio que quisiera ver Vismade Arias, ama de casa, es que se quite el bloqueo económico impuesto desde hace más de 50 años:
«Con el bloqueo aquí estamos troncados con todo. Cuántos niños enfermos, con el medicamento y pagando más; necesitamos que este bloqueo que se rompa, lo necesitamos, todos los cubanos lo necesitamos»
Arias también espera que Cuba continúe con los valores de solidaridad de Fidel. Varios presidentes y ciudadanos de países de África, Latín América y Asia asistieron al tributo en La Habana.
«Vine hoy para despedirme del comandante, jefe Fidel Castro, que es como mi padre»
Salom Heito viajó desde Namibia. De joven Haito vino a Cuba para estudiar. Pero también está agradecido con Cuba por lo que hizo por su país:
«Los cubanos nos ayudaron para tener la independencia de nosotros; luchamos juntos en la guerra en el sur de África. Si no tuviéramos a él, no tuviéramos la independencia»
Muchas personas expresaron su orgullo por el sistema de educación gratuita y salud universal de Cuba. Entre los cientos de miles de asistentes fue difícil encontrar a alguien que se atreviera a criticar al líder fallecido. En La Habana, la estudiante Sheila Alexandra Terrero rechazó las críticas extranjeras sobre la falta de libertad en Cuba:
«Una cuba libre, para nosotros es sin que nadie nos domine, y que nosotros mismos tengamos nuestra forma a pensar, nuestra forma de actuar y nuestras expresiones»
El luto terminó y el país regresó a la normalidad. El cambio más notable fue que ahora Cuba luce más patriótica que nunca, con los retratos de Fidel colgados en las ventanas de casas, negocios y edificios gubernamentales.