Llega la Caravana por la Paz y la Justicia a NY reclamando el alto a la guerra contra las drogas

Miembros de la caravana. Foto: Moysés Zúñiga Santiago.

Miembros de la caravana. Foto: Moysés Zúñiga Santiago.

De La Redacción

“Estoy aquí porque tengo un hijo secuestrado, me lo secuestraron el 15 de marzo de 2014, en Medellín Veracruz. Ese mismo día pague el rescate, pero no me lo devolvieron. Entonces mi hijo de 15 años y mi yerno, llega un supuesto amigo a buscarlos y les dice que él sabe dónde lo tienen. Entonces sale mi hijo con mi yerno a buscar a su hermano, a escasas dos cuadras donde vivíamos. Tocan en una casa, y mi yerno se hace de palabras con la gente de ahí, los salen siguiendo y a tres cuadras de ahí los acribillan”: Maricela Orozco.

Un clamor general cargado de dolor e indignación popular que salió desde Honduras en una Caravana por la Paz y la Justicia, y atravesó el resto de Centroamérica y México y fue nutriéndose a su paso como una bola de nieve rodando cuesta abajo con familiares de víctimas fatales de la violencia generada por las drogas, llegó a la ciudad de Nueva York para participar en la cumbre mundial de las Naciones Unidas (ONU), que dedica esta edición como cada diez años al tema sobre la “mal llamada” guerra contra las drogas.

Foto: Moyses Zuniga Santiago

Foto: Moyses Zuniga Santiago

Pero antes de llegar a la ONU hizo una escala enfrente de la corte federal en el Bajo Manhattan, donde con carteles y fotografías de sus seres queridos, asesinados y secuestrados por sicarios en ocasiones coludidos con autoridades policiales y militares locales, desplegó su reclamo y su grito para dar testimonio de su dolor, pero también para señalar la responsabilidad de Estados Unidos en esta tragedia de dimensión mundial.

La caravana también vino a proponer a los líderes políticos y financieros un viraje en el enfoque tradicional, que criminaliza el problema, para entenderlo como un asunto de salud pública y de corrupción política y financiera, donde entidades del sistema bancario y de negocios se enriquecen con la tragedia humana, pues el consumo y apoyo financiero, así como muchas de las armas parten de aquí, donde reclaman se lava el dinero, y el resto de los países productores ponen la droga y los muertos.

Precisamente los líderes del mundo reunidos en esta asamblea general en la ONU debaten el enfoque punitivo que se le ha dado por décadas al tema de las drogas, con la intensión de introducir cambios que reflejen los tiempos modernos. Es el primer momento en 20 años, dice The New York Times en que los países del globo debatirán soluciones de más largo plazo sobre las leyes que regulan el tema de las drogas.

Miriam Miranda denunciando la politica de Honduras donde dice existe un narco Estado. Foto: Marco Vinicio González.

Miriam Miranda denunciando la politica de Honduras donde dice existe un narco Estado. Foto: Marco Vinicio González.

Miriam Miranda, una mujer afrodescendiente de la etnia hondureña de los garífuna, de la costa Atlántica de ese país, que forma parte la caravana y una de las fundadoras de la Organización Fraternal de Honduras (OFRAH) denunció la expropiación del territorio ancestral que ha sufrido este grupo, convertido en pasillo para el trasiego de armas y de drogas, y señaló que su país “se ha convertido en un narco-Estado”. Apuntó también cómo las políticas antinarcóticos se ejercen para desplazar a las comunidades garífuna de la costa del Atlántico, que asediadas por la violencia y la pobreza a la que han sido reducidas vienen a parar a este país en busca de mejores horizontes. Recientemente vimos como estalló una crisis migratoria con los niños que viajaron solos desde ese país en busca de asilo político y humanitario y quedaron varados en condición de detenidos en centros de Inmigración en la frontera.

Miranda dijo a Radio Bilingüe que apenas “en diciembre dos miembros de la comunidad garífuna fueron asesinados por la fuerza naval de Honduras, y por el escándalo que hicimos sólo les dieron un sobreseimiento, una prisión preventiva, los mandaron a descansar”.

La denuncia de Miranda ocurre en medio de un escándalo internacional que desató ayer una investigación publicada en The New York Times, “Files Suggest Honduran Police Leaders Ordered Killing of Antidrug Officials” (Documentos sugieren que líderes de la policía de Honduras ordenaron el asesinato de un czar anti drogas). Se trata de una investigación cuyos documentos describen cómo la impunidad se enquista en los niveles más altos de la jerarquía policial de Honduras: “El poder indiscutible para llevar a cabo asesinatos”, subtitula el ensayo periodístico.

En la llegada la carqavana al Parque Folley en el Bajo Manhattan. Foto: Marco Vinicio González.

En la llegada la caravana al Parque Folley frente a la corte federal en el Bajo Manhattan. Foto: Marco Vinicio González.

“Eso por un lado, y por el otro, yo fui secuestrada con varios de mis compañeros en julio de hace dos años, y amenazados de muerte por sicarios de los narcotraficantes en un territorio por el que hemos venido luchando desde el 2011. Y gracias a las medidas cautelares que tenía, y por el escándalo que se armó, por una llamada milagrosa logramos salir de ese impase. Porque nosotros estamos luchando por la recuperación de un territorio de más de mil 200 manzanas de tierra en Honduras, que fue tomado por narcotraficantes, y esa experiencia nos hizo tomar conocimiento también de cuan coludido está el ejército y la policía en el tema del narcotráfico”.

Entrevistada por este medio acerca de la expectativas que se tienen para resolver casos de secuestros y asesinatos, como el recientemente cometido contra una reconocida líder ambientalista, distinguida con el Berta Cásares, distinguida con el premio Goldman, considerado el ‘Nobel verde’, Miranda sonrió irónicamente para mencionar la falta de acciones y de voluntad política de las autoridades para resolver ese y todos los casos de asesinato brutal como ese. Y denunció la responsabilidad de Estados Unidos en esta lucha contra el narcotráfico.

Foto: Moyses Zuniga Santiago

Foto: Moyses Zuniga Santiago

Agregó que Estados Unidos se negó a reconocer que hubo golpe de estado en Honduras cuando la deposición del presidente Celaya Manuel Celaya, detenido primero en una base militar estadunidense en Honduras. “Al contrario, después –E.U.- hicieron todo lo posible para que después hubieran una simulación de elecciones, que las votaron como las más votadas de la historia… E.U. propugnó y alentó las elecciones en el marco de una crisis institucional de poder, después de un golpe de Estado”.

Y mencionó que el problema del narcotráfico debe enfocarse desde un punto de vista económico, “porque hay mucho dinero envuelto… la industria armamentista, por ejemplo, o el tema de la inseguridad, donde están sacrificando a este país para darle dinero que debía ser invertido en educación, salud… millones de dólares se van a mantener ejércitos y policías corruptas… Yo en mi opinión pienso que hay un interés particular de E.U. para mantener esa situación de esa forma… El Plan de Prosperidad, es un ejemplo, donde van a ir a fortalecer a los bancos, donde van a hacer carreteras… y cuando yo le digo eso al Banco Mundial se me quedan mirando”. Afirma que esta multimillonaria inversión sirve para la creación de infraestructura para sus bases y el trasiego de armas y drogas “y la gente oriunda de la región va seguir igual de pobre”.

Por su parte, Maricela Orozco integrante de la caravana y originaria de Veracruz, con un nudo en la garganta contó como su hijo fue secuestrado, y permaneces así sin que las autoridades de esa entidad, donde han sido asesinados por lo menos unos diez periodistas y se acaban de descubrir fosas clandestinas en donde han enterrado a mucha gente asesinada por sicarios y presuntamente también por autoridades policiales de la localidad coludidas con el narcotráfico.

Maricela Orozco, quien se unió a la caravana luego de infructuosos esfuerzos para solicitar la intervención de las autoridades veracruzanas y federales en la búsqueda de su  hijo secuestrado y su otro hijo y su yerno asesinados que se ven en la manta. Foto: Marco Vinicio González.

Maricela Orozco, quien se unió a la caravana luego de infructuosos esfuerzos para solicitar la intervención de las autoridades veracruzanas y federales en la búsqueda de su hijo secuestrado y su otro hijo y su yerno asesinados que se ven en la manta. Foto: Marco Vinicio González.

Orozco contó también a Radio Bilingüe cómo en medio de la desesperación y tras haber hecho denuncias a las autoridades locales apenas dos días después del secuestro de su hijo, su yerno y su otro hijo fueron acribillados y asesinados a dos cuadras de su casa. Entonces se deslazó a la capital mexicana en busca de ayuda de las autoridades federales, que hicieron también caso omiso de su problema, y por eso se unió a la Caravana por la Paz y la Justicia para intentar hacer oír su voz ante los líderes del mundo sobre este flagelo y las soluciones punitivas que se han intentado sin éxito.

Otros testimonios fueron escuchados por la audiencia que se aglutinó alrededor del micrófono, donde víctimas de la violencia y miembros de organizaciones internacionales denunciaron el fracaso de la guerra contra las drogas y exigieron un cambio de enfoque en el combate a este problema fundamentalmente de salud pública y de ganancia económica.

Por cierto que en esta asamblea de la ONU trascendió que Canadá ha prometido legalizar la mariguana, y la Suprema Corte de Justicia en México ha permitido a algunos individuos cultivar esta planta para uso personal. Por su parte Colombia ha revisado sus políticas de varias décadas de duración, de irrigación con pesticidas sobre los plantíos de la planta coca, que se usa en la producción de cocaína, sostiene el Times

Foto de la portada: Moyses Zuniga Santiago

Nota relacionada: Clamor popular ante la ONU contra la ‘guerra antinarco’

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