Repensando la disciplina escolar en el Valle de Coachella

Actividades culturles en organización juvenil de Raíces. Foto: Raíces

Actividades culturales en la organización juvenil de Raíces. Foto: Raíces

Las políticas disciplinarias de cero tolerancia en muchas escuelas de Estados Unidos han resultado en altísimos números de alumnos latinos y afro americanos suspendidos y expulsados, que así pierden la oportunidad de aprender, y muchas veces terminan en la cárcel. Para mejorarles las perspectivas a esos estudiantes, cada vez más distritos escolares están abrazando la práctica de la justicia restaurativa, un método que favorece el resolver los conflictos mediante el diálogo y la mediación, en vez del castigo. Una escuela que se adelanta a tomar los primeros pasos hacia esta nueva forma de disciplina está en el Valle de Coachella en California. Marco Vinicio González tiene los detalles.


“Todo mundo nos vamos a beneficiar porque estos niños van a estar con ganas de estudiar y van a ser un éxito académico…”

Sandra Ramírez es una madre de familia y co-presidenta del equipo de Acción Escolar del Consejo de Federaciones Mexicanas, o COFEM, en Coachella, California. Ella dice sentirse optimista con el método de resolución de conflictos conocido como la justicia restaurativa en las escuelas.

“Yo estoy positiva y todo el equipo estamos positivos de que esto va a tener éxito. Mi visión a futuro es que más niños se sigan beneficiando de esta nueva práctica, verdad. No queremos que vayan a caer a la cárcel. Nosotros estamos en desventaja, por el hecho de ser hispanos, por nuestro color, por nuestra educación. Yo quiero echarle ganas aquí para que mi hijo no sienta la discriminación que yo sentí cuando llegué a este país”

Ramírez llegó en la última década Coachella, y al igual que su compañera Loeda Valenzuela, quien sí creció en ese valle y regresó al terruño, decidieron entrarle a este asunto de la justicia restaurativa en Coachella. Valenzuela afirma que una suspensión de la escuela sale demasiado cara. Porque cada alumno que es expulsado es afectado en su imagen, y la probabilidad entonces de que tenga éxito académico es mucho menor. Y los más propensos al castigo son los alumnos latinos y afro americanos.

“Muchos de los estudiantes aquí vienen de hogares de bajos ingresos. Tenemos muchos aprendices de inglés, la comunidad habla, la mayoría hablan en español. Pues eso es un reto, verdad. Se tiene que ayudar a esos estudiantes que ya entrando a la escuela tienen más retos que algunos de sus compañeros, ¿no?”

La justicia restaurativa es un método para resolver conflictos a través de la realización de círculos de sanación, o de diálogo entre alumnos, maestros y padres de familia, que antepone al castigo la discusión y comprensión de los problemas del alumno en el salón de clases.

La idea es entender las razones detrás de un mal comportamiento de los niños en la escuela, explica Sandra Ramírez.

“La realidad es que hay muchos niños que están pasando hambre, en este país… tal vez les toca ser la niñera de sus hermanitos, porque a los papás les toca levantarse a trabajar desde las 4 de la mañana, van a dejarlos a la escuela… Entonces, esto no es sólo pensando en los niños que están en un hogar cariños sino también es pensando en todos los niños, verdad”

La primera organización comunitaria de la región que comenzó a practicar con círculos de discusión fue Raíces. Jaquelin Aguilar es líder juvenil de Raíces.

“Así que nos reunimos en un círculo y estábamos hablando de qué era lo que necesitábamos para que se diera, estar bien conmigo misma, y sanar mentalmente… es un sitio para desahogarse, para que seamos escuchadas y luego que podamos salir a la vida y ya no tener este resentimiento, ya no tener esos problemas en la mente, ya sanar completamente… con muchos consejos de nuestra comunidad”

Se trata de un método que ayuda no sólo a los alumnos, sino también a los maestros, afirma Silvia Romero, de COFEM. Y asegura que esta práctica le ha traído muchos beneficios personales.

“Tengo más conexión con mis hijos, o con los maestros también. Podemos tener más profundo, un acercamiento, y me gusta estar más involucrada en las escuelas, para poder apoyar más a mis hijos”

Por su parte, Sahara Huazano, coordinadora de la campaña, Building Healthy Communities en el Este del Valle de Coachella, afirma que para asegurar el éxito de este piloto de justicia restaurativa en la escuela Bobby Duke, y luego su expansión a las demás escuelas del distrito, se tiene primero que entrenar a los maestros y diseñar una estrategia con ellos para implementar el programa en el salón de clases y en las distintas materias de acuerdo a sus respectivas necesidades:

“Y en esos entrenamientos también estamos alineando puntos, donde también el Distrito puede venir y demostrar su apoyo, para que este piloto se pueda ver como un ejemplo positivo, y que sí funciona. Para que puedan implementar esto en el resto de las escuelas”

Para la Edición Semanaria de Noticiero latino, yo soy Marco Vinicio González.

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