Para combatir la trata humana (última)

Trabajadoras de la jaiba en Maryland.

Trabajadoras de la jaiba en Maryland.

Continuando con la reseña de Línea Abierta sobre la iniciativa ciudadana entre México y Estados Unidos, que combinan esfuerzos por primera vez de forma binacional contra la trata y la explotación transfronteriza de los trabajadores migrantes. En esta segunda entrega hablamos de Polaris, la organización civil líder paralela del ramo en Estados Unidos. A través de la Línea Telefónica Binacional contra la Trata de Personas, Polaris brinda un canal de denuncia confidencial para los ciudadanos de ambas naciones que resultan víctimas o potenciales víctimas del tráfico humano. Este programa de Línea Abierta que informa sobre un canal de denuncia confidencial para los ciudadanos de ambas naciones, como parte de nuestra serie: “Voy Contratado”, derechos del Migrante en Radio, realizado en parte por el apoyo de la Fundación John y Catherine MaCarthur.


My Lo es una profesionista internacional contra la trata humana, del proyecto Polaris en Colorado Springs, CO. Es una red de líneas telefónicas internacionales de ayuda y asistencia a las víctimas de trata y sus familiares, que empezó con Polaris en diciembre de 2007 con una subvención del Departamento de Servicios Humanos del Departamento de Estado de Estados Unidos. “También para entender mejor y poder diseñar mejores intervenciones, en conjunto con otras organizaciones y las autoridades, para luchar contra la trata humana aquí en los Estados Unidos”.

La población que atiende Polaris son las personas más vulnerables a ciertas y recurrentes violaciones tipificadas como crímenes en este país, dice My Lo. El personal que atiende las llamadas es profesional y además cursa una capacitación de 80 horas, “para que ellos entiendan las situaciones de entrada que pueden surgir, y para que entiendan también la psicología de las víctimas que nos hablan. Y así nos aseguramos de que los servicios que proveamos se hagan de manera sensible e inmediata”, explicó.

A través de un cuestionario se identifican los indicadores sobre la trata, contemplados en la ley de Estados Unidos. “Ayudamos también a personas de otros países, hombres y mujeres, con ‘papeles’ y sin papeles, adultos y menores de edad, y la mayoría en situación de explotación, tanto laboral como sexual, pero que pueden ignorar que el suyo es un caso de trata humana”, y además conectan a estas con la red de servicios en su comunidad, afirmó la experta invitada.

¿Cuándo saber que estamos ante un caso de trata? –pregunta Chelis López, conductora de Línea Abierta.

“Si se encuentran en una situación donde les fuerzan a proveer un servicio, ya sea un trabajo manual o doméstico, o sexual, y que no puede salir de esa situación a causa de fraude, de fuerza o de control, esto se calificaría como trata humana”, aseguró.

Un informe revela datos recopilados de las llamadas de auxilio, del 1 de agosto del 2014 hasta el 3 de julio de 2015, un periodo con 823 casos de trata con fines de explotación sexual y laboral de migrantes que viene a Estados Unidos, cada uno de esos casos relacionado a visas de trabajo temporal. El estudio revela que no es cierta la percepción de que personas que se encuentran bajo este tipo de explotación en Estados Unidos son sólo aquellas que se hallan indocumentadas.

“Lo que el sistema nos dice, es que hay una relación estrecha entre el sistema de visas de trabajo temporal y la explotación laboral y la trata de personas en los Estados Unidos”. Estas personas son víctimas incluso de abusos a veces muy violento, y de prácticas ilegales de empleo, sostiene My Lo, “por la estructura misma de esas visas de trabajo. El informe nos pinta la realidad desde el momento del reclutamiento en el país de origen hasta la llegada en Estados Unidos”.

La experta invitada de Línea Abierta desglosa las visas en varias categorías: “La visa A-3, y F-5; la visa B-1 y la H-2A, la H-2B y la J-1; con la mayoría de los casos de explotación relacionados con las visas H-2A que son para el trabajo de agricultura, con las visas H-2B que son para el trabajo de turismo o la alimentación, los restaurantes por ejemplo, pero también la visa J-1, para intercambios culturales y educativos… Además trabajos domésticos, de jardinería y de construcción, y tal vez menos conocidos, son los trabajos relacionados las ferias que viajan de ciudad a ciudad en Estados Unidos.

«Y cuando estudiamos un poco más esos caso de explotación, vemos que las incidencias de trata y control incluyen por ejemplo fraude, contratos en idiomas en los que la víctima no entiende, o con contratos que tiene estipulaciones falsas de pago, de alojamiento y de horarios de trabajo, de salario, o de servicios de salud que se le prometen al trabajador pero que al final no se brindan”.

En los casos más graves pueden observarse el miedo a las amenazas de deportación, amenazas contra sus familiares en sus países de origen, amenazas de que van a estar también en una ‘lista negra’ que prohibirá la oportunidad de volver a trabajar en el futuro en Estados Unidos. “Es algo que como sabemos son amenazas con repercusiones inmediatas y prolongadas, lo que puede tener consecuencias muy graves para esas personas y sus familias, que suelen provenir de medios con pocos recursos”.

Y este miedo es lo que frena muchas veces a las víctimas de trata para hacer sus propias denuncias.

“Es un medio de control muy fuerte, y la persona se queda atrapada en su situación sin saber que sí hay leyes que le protegen”.

Algunas recomendaciones de Polaris para el diseño de políticas federales son prohibir que se cobre por reclutar a los trabajadores con visa H2, y establecer que se les ofrezca un contrato en su propio idioma, y que puedan cambiar de empleador ya estando en Estados Unidos sin perder la visa.

Polaris, www.polarisproject.org en Estados Unidos, 1-888-3737-888. Y en México, 01-800-5533-000

Escuchar el programa comleto:

Lista de hechos concretos: http://www.polarisproject.org/facts

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