Ferguson y Salinas, dos casos paralelos, una atención desigual (primera)

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En la pequeña ciudad de Salinas, California, cuatro hombres latinos fueron asesinados a balazos por la policía el año pasado. Esos incidentes desataron una ola de indignación, protestas y llamados a una investigación federal dentro de esta comunidad predominantemente latina. Aun así, y a diferencia de incidentes similares en Ferguson (Mo) y Staten Island (NY) contra residentes negros que se hallaban desarmados, estos casos de Salinas han pasado claramente ignorados en los principales medios de prensa de la nación. En los temas de discusión están también las propuestas de reforma policial que se ventilan a nivel local y federal, lo mismo que en al menos doce estados. En esta primera mitad de Línea Abierta conducido por Samuel Orozco, Director de Noticias de Radio Bilingüe, participan dos invitados: Tony Barrera, Concejal del Distrito 2 en Salinas y Frank Alvarado Sr, activista por la reforma policial, padre de una víctima de tiroteo con la policía, y miembro de Latinos Unidos, en Salinas.


Un asunto que caldea los ánimos de muchos, en esta comunidad de la costa central de California, es la muerte de varios residentes latinos a manos de la policía, narra Samuel Orozco: Para botón de muestra, esta dramática grabación, de un video tomado por una testigo presencial de los hechos, en el que se ve el momento cuando dos agentes uniformados siguen a pie, apuntando sus armas a un hombre de edad madura. El hombre camina poco a poco en retirada, a dos o tres metros de los agentes. Carga una mochila y tijeras de podar. De repente, sin mayor aviso, los agentes abren fuego, se oyen varios disparos, y el hombre cae abatido sobre la banqueta. Luego se supo que el hombre murió al instante. La cámara graba justo el estremecedor momento en que el hombre pierde la vida. Luego en el video se oyen los gritos de las testigos, que reclaman llenas de coraje a los agentes: “¿Por qué diablos lo mataron? ¿Por qué no usaron el Taser?”…, y otras palabras menos corteses.

Sigue el relato de Orozco: Este incidente ocurrió el 20 de mayo. El difunto fue el inmigrante salvadoreño Carlos Mejía, de 44 años de edad y jornalero de oficio. Los agentes dicen que seguían a Mejía respondiendo a una queja telefónica de que se había metido a una casa y que le dispararon cuando los amenazó con sus tijeras. La familia dice que el jornalero Mejía sólo pedía trabajo tocando de puerta en puerta, y que el video no muestra tal amenaza –que aduce la policía. El cuerpo de Mejía duró horas tirado en la banqueta, a la vista pública, cosa que también causó indignación local.

La de Mejía fue la tercer muerte de latinos en dos meses. Antes, la policía había matado a tiros a Ángel Ruiz y a Osmán Hernández. Le siguió, dos meses después. Frank Alvarado Jr., apunta el Director de noticias de Radio Bilingüe.

Agrega: Estas trágicas muertes han suscitado encendidas protestas locales, denuncias de racismo y brutalidad policial. Pero estas no han tenido el alcance ni la atención nacional de Ferguson, Misuri y Staten Island, Nueva York, -lamenta Orozco-, donde la muerte a manos de policías de hombres negros desarmados ha desatado una amplia cobertura nacional de manifestantes que han popularizado el grito: “¡Manos arriba, no dispare!”, y “¡Las vidas negras cuentan!”.

Las preguntas con que el conductor de Línea Abierta se dirige a sus invitados son: ¿Qué pasa en Salinas? ¿Por qué tanta fuerza mortífera de la policía? ¿Por qué tantos latinos? ¿Pudieron y debieron esas muertes haberse evitado?

El activista pro reforma policial y padre de una víctima fatal de un tiroteo de la policía, Frank Alvarado se refiere a las fuertes protestas suscitadas tras el lamentable incidente que cobró la vida de su hijo, Carlos Mejía, en Salinas.

-¿Por qué la muerte de Carlos causó tanta inquietud en Salina? –pregunta Orozco a Mejía.
-¡Porque fue un abuso de la policía! –responde el invitado.

“Simplemente es que abusa de su poder la policía. No están entrenados para estos casos”, continúa Alvarado. “Porque si no saben, aquí en Salinas todo mundo lleva a su trabajo cuchillo para el ‘fil’ (campo), tijeras para el jardín; y un policía que no puede arrestar a una persona cuando lleva unas tijeras de jardín, sin usar su arma, sin usar el taser, no debería de estar de policía”, afirma enfático el invitado.

Alvarado sostiene que el entrenamiento que le dan en la academia a los agentes de la policía, “forzosamente tiene que incluir self defense, defensa personal; pero si no lo saben usar, ¿por qué les dan ese trabajo?… El jefe de policía dijo hace tres, cuatro días en una junta que tuvieron en la Ciudad, que ‘Todo policía está entrenado para cualquier caso aquí’. ¡Eso es mentira! Y se lo puedo comprobar, que ¡es mentira!”. Y sostiene que al él le consta que muchos policías no están listaos para afrontar ciertos casos. “No saben cómo usar las armas a su tiempo. Sino que lo que pasa es que abusan. ¿Por qué? Porque creen que matar a los latinos está bien. Y eso está mal”.

Alvarado reflexiona al aire, como para sí: “Nueve policías en todos estos casos, y todos son blancos. ¿Y todos los muertos?: ¡Latinos! ¿Qué les dice esto? Que no tenemos representación en la Ciudad. Que dejan hacer lo que quieren (a la policía). Y luego para hacer la investigación viene la investigación, pero adentro del Departamento de la Policía”. Y expone: “Policías investigan a policías. ¿Qué les quiere decir eso? Que no van a salir culpables. ¿Por qué?, porque ‘me rascas la espalda ahora, y yo mañana te la rasco a ti’. Y las personas que los representan, no fueron para investigar luego, luego cuando pasaron los accidentes; ni poner presión a la Ciudad. Ellos pueden decir: ¿Por qué no me hablaste? ¿Por qué no me dijiste? Pero no necesita uno hablar, y decirles, ellos saben lo que está pasando las 24 horas en la ciudad; porque son los que corrieron, e hicieron campaña para la representación de ciertas personas en cada distrito. Y no necesita uno decirles que pasó esto, que pasó aquello; ellos se comprometieron a ayudar, pero no han ayudado como deben ayudar”.

El hijo de Alvarado, Frank Jr., perdió la vida en condiciones similares a las del ahora difunto Carlos Mejía, el jornalero. El deceso de Jr. ocurrió semanas después, el 7 de julio. Al parecer, Frank Jr. sostuvo un teléfono celular como si fuera un arma y apuntó con éste a los policías, plantea Orozco al invitado.

“Bueno, eso es lo que dicen. Cuando dan la información en la televisión sale un carro de la policía, hecho pedazos; que le metieron de balazos, y todo… Y ellos informan que mi hijo tuvo una confrontación a balazos con la policía. ¿Qué les quiere decir eso? Que las personas que vean la información en la televisión van a creer que él –Jr.- tenía pistola; que él estaba tirando balazos contra la policía y que por eso lo mataron. Es la mala información que tiene la televisión, todo el tiempo lo he dicho”.

Alvarado comenta que a él le hicieron una entrevista, y que luego “ya no quise hacer interview con nadie, porque todo lo dicen, todo lo que explican nunca ponen una sola palabra de uno; nomás ponen lo que la policía los deja poner, y lo que el alcalde los deja poner. Y lo demás, todo el tiempo lo hacen a un lado. Primero, para que la policía se vea bien, y el mayor se renazca de decir: ‘Yo estoy haciendo mi trabajo perfecto’. ¡Eso es mentira! Porque toda la gente lo sabe, y todos los que vieron saben perfectamente que lo único que pasó es que lo acribillaron a balazos; no uno, ni dos… No puedo decir de los demás balazos ni cómo lo dejaron, para prevenir lo que va a pasar en la corte. Porque eso es una infamia, lo que hizo la policía: Acribillar a una persona a balazos. No meterle uno o dos. Sino que ya cuando le meten a la persona arriba de 12 balazos, ¿qué quiere decir eso?, usted dígame. Las personas que están oyendo pueden preguntar y decir qué significa eso. A una persona cuando se le meten más de 12 balazos, ¿qué es lo que están haciendo?”, pregunta indignado este padre adolorido a la radio audiencia.

Samuel Orozco expone que este caso está bajo investigación interna, como lo ha dicho el invitado, que la propia policía se está encargando de examinar y averiguar este asunto de la propia policía, y que este proceso se está dando a puerta cerrada. Pero el jefe dela policía, Kevin McMillin, asegura que de manera voluntaria enviará los resultados de la investigación al Fiscal, al FBI y al Departamento de Justicia.

-¿Cómo recibe usted ese anuncio?

“Que necesita venir una persona del Departamento federal para investigar a todo el Departamento de Policía. Porque en todos estos casos está envuelta la policía, que es una porquería de policía la que tenemos aquí”, responde Alvarado, y se disculpa de la rudeza de sus palabras. “Pero es que aquí en Salinas no tenemos representación como debíamos tenerla. Especialmente para los hispanos; si somos el 75 por ciento (de la población), y nos prometen algo y después no lo hacen, no sé para que se ponen a representarnos, las personas que representan cada Distrito; a veces dicen nomás lo que les conviene, y que digan y que pase los que sea. Pero a ellos, no les importa en realidad”.

Toca el turno al representante del Distrito 2 de la Ciudad de Salinas, Tony Barrera. A él se le pregunta sobre el significado que puede tener el hecho de que en apenas cuatro meses se hayan suscitado ¡cuatro muertes!, a manos de la policía.

-¿Qué hay de malo con este cuadro? ¿Se han encendido los focos rojos de alarma dentro del gobierno?

Barrera admite que al respecto, el gobierno local atraviesa por problemas muy serios en Salinas. “Pero nada más para poner las noticias al corriente, ahorita sí hay una investigación a nivel federal; hay representantes del FBI, que vienen desde Washington, DC, y que están investigando estos casos”, asegura el Representante, quien asegura además que dichos agentes son independientes al gobierno local.

“También en el distrito del fiscal, al nivel del condado Monterey, están haciendo su investigación”, continúa Barrera. “Internamente, los miembros del Concilio, que son siervos públicos del pueblo…, nosotros también estamos esperando lo que va a salir de esas investigaciones, y lógico, a la misma vez al nivel interno, nosotros vamos a ver la gravedad sobre estos casos, y mirar cómo vamos a apoyar a las familias que han perdido a sus seres queridos”.

Pero en la comunidad local existe bastante desconfianza con la policía, y se percibe entre la población expresiones de rabia, que se han manifestado en el lanzamiento de objetos a la policía como parte de dichas manifestaciones, señala Orozco. Y apunta que Salinas, con 150 mil habitantes, tiene una población latina que alcanza la inmensa mayoría del ¡75%!

-¿Es justificable esa rabia?
-Lógico. Y nosotros estamos pensando y sintiendo también lo mismo que siente la comunidad –responde Barrera.

“Lo que me molesta, así como usted habló de Ferguson”, dice el Representante a Orozco, “un pueblo, me parece, de 23 mil habitantes; estamos hablando de porcentajes, y de cuántos tenemos… La mayoría, y la rabia, viene de afuera, de otros pueblos que vienen a hacer sus marchas, a dar sus mensajes de brutalidad…”.

-Así que nos sugiere que la mayoría de las protestas provienen de afuera –acota Orozco.
-Vienen de fuera, y está bien eso.

“Lo que pasa es que aquí tenemos que servir al pueblo local, buscar la manera de apoyarlos”, dice Barrera. “Ahora, yo vivo en mi casa, en mi hogar, que están en el centro de Salinas. La gente, mis vecinos, a las personas que representamos. Ellos tienen el deber de venir a tocar a mi puerta, y decirme: ‘Barrera, ¿qué estás haciendo?’. No es como si estuviéramos fuera de la ciudad, o donde no se pudieran comunicar con nosotros”.

Añade: “Yo sinceramente le voy a decir, cualquier persona que traiga su queja para hablar conmigo… yo hablo con todos, aunque sé que algunos están enojados conmigo, pero nosotros hablamos con todos. Y nomás para darle información interna, acabamos de hacer una campaña política, que el pueblo nos apoyó, y estamos reelegidos, y el Departamento de Policía decidió no darme su apoyo…”

Orozco retoma el hecho de las cuatro muertes en cuatro meses, en condiciones más o menos parecidas todos esos decesos. Y agrega un dato más que considera seguramente incriminante hacia este orden de cosas: los cuatro muerto son latinos, dice, y como ya comentaba arriba Frank Alvarado, los nueve policías implicados, son blancos.

¿Sería esta diferencia crucial, a la hora de decidir jalar el gatillo? El hecho de que otra vez la protección está a cargo de gente que, como nos dice Frank, no conoce a la comunidad local, no sabe cómo desactivar una situación ahí en la que por lo visto el más peligroso era el que traía -en el caso de la grabación-, ¡unas tijeras de podar!, señala Orozco.
-¿Qué está pasando aquí? ¿Sería una diferencia crucial el hecho de que los nueve policías eran blancos, y las cuatro víctimas, latinos?

“Todos tenemos opiniones en eso. Sea blanco, negro, chino o lo que sea para mí lo importante es que haya justicia”, sostiene el representante Barrera. “Entonces, Yo no puedo decir… Tenemos tres oficiales latinos horita, elegidos por el pueblo de Salinas. Nosotros estamos encargados de todos estos Departamentos. De estas tragedias nosotros somos responsables también, porque tenemos que darle razón al pueblo. Pero yo no me voy a poner a mirar, siendo que los difuntos eran mexicanos, si los que dieron el disparo son americanos, o blancos; yo quiero ver qué, o justificadamente por qué se hizo lo que se hizo. Y tenemos que llegar a la conclusión, ¿qué es lo justo? Entonces, creo que donde está la justicia aquí, ya está fuera de las manos de del jefe de la policía. Horita está en las manos del fiscal de distrito, y también del FBI. Entonces yo no creo, como algunas personas ya me han dicho: ‘No, están todos ustedes juntos, no van a hacer nada… entonces, es lógica esa opinión, verdad, si es lo que creen. Pero nosotros al final tenemos que dar el resultado, qué es lo que vamos a hacer”.

Por su parte Frank Alvarado opina: “Bueno, así como dice el señor Barrera, que ellos tienen que representar a su distrito; y que dice que están pasando todas las investigaciones, hasta ahorita lo estoy sabiendo; porque nunca dan la información a su distrito. Era para que ellos informaran qué es lo que está pasando. Porque él dice, ‘Vayan a mis casa e infórmenme. Él tiene que hacer el trabajo sobre qué está pasando en su distrito, y tiene que hacerlo mejor por su distrito e informar a su distrito. Porque muchos no saben dónde vive, dónde hablarle, porque el distrito es grande. Y la cuestión es que si él anunciara o dijera por el radio, por el periódico, entonces iba a ser diferente. E informar a la gente de lo que está pasando, para que viera la gente que ellos están representando a su distrito. Pero si nunca dicen nada, y como me dijo él, ‘Si no me preguntas, ¿cómo voy a saber qué pasa?’. Yo no necesito preguntar”.

Pasando a la investigación federal Frank Alvarado había exigido que no que se necesitaba a es una investigación federal a fondo de todo el sistema policial. Y tomando en cuenta que el gobierno federal sí ha expresado la intensión de estar investigando Orozco pregunta a Alvarado si confía en que dicha investigación irá al fondo.

-¡No! No confío.
-¿Por qué?

“Porque las personas que han venido, del gobierno federal, han venido a la policía, y no han dejado que uno hable con ellos, de persona a persona, en privado. Tiene todo el tiempo que estar alguien de la policía ahí con ellos, y preguntar preguntas que tienen que oír ellos. Cuando uno no quiere privacidad de nada. No puede uno dar información. Porque esa información la policía la va a tomar”.

Tanto la familia de Alvarado como la familia de Carlos Mejía están actualmente acudiendo a las cortes federales acusando a la policía local de algunos ilícitos, particularmente de violación a los derechos civiles de ambas víctimas.

-Díganos concretamente, cuáles son esos cargos que están dirigiendo a las cortes federales.

Alvarado responde que esa información la maneja el abogado encargado del caso.

Orozco señala que lo que se ha publicado al respecto, a parte de la violación a los derechos civiles es que otros de los cargos que pesan en contra del Departamento de la Policía local, en dichas demandas federales, es la existencia de una indiferencia deliberada en contra de los casos de los latinos; de flagrante negligencia ante estos ciudadanos que resultaron victimados pro la policía. Y que también se sabe que las familias de Alvarado y de Mejía están en estos momentos yendo a las cortes federales, y acusando a la policía local de algunos ilícitos, particularmente a la violación a los derechos civiles de ambas víctimas.

Otras de las que quejas que pesan contra el Departamento de la Policía y contra el gobierno local, es la de que en el cuerpo de policía local a nadie se ha condenado, procesado o disciplinado, cuando ocurren esta clase de actos, sostiene Orozco.

-¿Es posible que nunca haya motivo de castigo”

El representante Tony Barrera responde: “Sí lo ha habido, lo que pasa a veces, vamos a decir, cuando a un policía lo van a castigar en esta ciudad, lo van a arrestar y a ponerlo en una cárcel diferente, en otro condado. Ahorita, como les estaba diciendo al principio, no hablando de estos cuatro incidentes, en un par de ocasiones hemos tenido que los han encontrado culpables, y están en la prisión. Y en un tiempo fueron oficiales”.

-¿Y esos casos a los que usted se refiere, fueron casos en interacción con los ciudadanos?
-Sí.

“¿Entonces qué está pasando con estos?”, interviene Frank Alvarado.

-Por eso digo, en esos casos se pasó por las cortes –responde Barrera.

“Entonces, hubo justicia en las cortes, con el jurado”, continúa el Representante, “y miraron que pues había cierta culpabilidad. Horita estamos esperando la investigación. Cuando supe que iba a venir aquí –a Línea Abierta- a hablar un poco, yo le llamé al abogado de la Ciudad; quería saber dónde están estos casos ahorita, porque quiero dar hechos factuales. Entonces, el abogado me dijo, “Horita estamos todavía investigando, y dice que vamos a saber por lo menos en dos meses, más o menos, lo que va a pasar… si va a llegar a la corte esta clase de crimen”.

-¿Qué cree, Barrera, que hay que hacer en el gobierno local para devolver a la comunidad la confianza en la policía?

“Pues sinceramente la confianza están en los hechos, verdad. Entonces, cuando cada policía sale, en su tiempo en que está trabajando para la gente, viene siendo como se dice, liavility, una carga de responsabilidad legal. Porque cargan pistola, tienen mucha autoridad”.

Y agregó que lo que pide a los residentes de Salina, cuando se busca la justicia, es que “si el policía me llega a parar a mí, como residente de Salinas, por X motivos, voy a hacer todo lo posible por obedecer todo lo que el policía me pide que haga en ese momento. Si yo creo o pienso en ese momento que me están cometiendo algo injustificadamente, entonces yo debo poner atención al nombre del oficial, al número de la patrulla…, algo, para poder identificarlo y ejercer mis derechos después de que esta persona me haya tratado injustificadamente”.

-Así que usted le pone la responsabilidad al ciudadano. El ciudadano es el que debe portarse bien, hacer lo que se le ordene, por parte del agente… ¿No siente usted que es el gobierno el que deba tomar algunas medidas?

“Los dos. Oh sí, el gobierno debe tomar responsabilidad. El problema es que en ese momento, estamos nosotros ante la autoridad de esa persona. Ahora, si esa persona está haciendo algo mal, va a haber el momento en que podamos hacer algo contra eso. Como creo yo, la corte nos va a dejar saber exactamente qué es lo que va a pasar■

Continuará…

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